Rostros del México antiguo

Uno de los principales legados de los antiguos mexicanos era la de mostrar, a través de las mascaras, parte de sus conocimientos. Estos rostros se muestran a lo largo de toda la
cultura sagrada de Anáhuac. Existe mucha enseñanza en cada rostro , que se plasmó a través de las diferentes técnicas manuales.

Podemos encontrar rostros que nos muestran una gran enseñanza. En esta máscara, procedente de Teotihuacán, podemos apreciar un personaje con grandes orejeras, que nos recuerdan la capacidad de escuchar, el saber atender a los demás paciente y serenamente. Bien sabemos que es muy fácil hablar, pero más difícil es aprender a escuchar la palabra del semejante sin juzgar. Sobre su cabeza sale el fuego sagrado del Tercer Logos, resplandece como un sol en la Pineal, su mirada está dirigida hacia el infinito.

En esta muestra, de una forma bastante clara, los conocimientos sobre el Ego y la Personalidad humana. El rostro que encontramos al final, y completo, es la cara real, es lo que realmente somos. Los dos primeros corresponden al Ego y a la Personalidad, que al ser eliminados queda lo que es nuestra causa existencial, el Ser.

Debemos comprender que los antiguos maestros de Anáhuac enseñaron una Psicología revolucionaria (Psicología Gnóstica), basada en el conocimiento de sí mismo, en el auto-descubrimiento, para lograr la libertad interior. Mucho es lo que debemos trabajar sobre sí mismos para lograr la belleza interior. El descubrimiento del verdadero rostro, no se da por simple casualidad, es necesario hacer grandes esfuerzos y super esfuerzos para lograrlo.

Se puede apreciar también todo un proceso en este trabajo artístico. En el primer rostro se observa como los ojos están cubiertos, están cerrados, es decir, estamos totalmente dormidos mientras no trabajemos sobre sí mismos. El segundo rostro nos muestra ya un despertar aunque aún tiene heridas y el tercero es la perfección.

Otro de los rostros más significativos se encuentran en la cultura Totonaca, se le conoce como las “caritas sonrientes”. Es un tipo de máscara excepcional en todo Mesoamérica, ya que por lo común se muestran rostros hieráticos en las demás culturas. Estas caritas nos muestran todo una sabiduría sagrada. La Alegría debe ser parte de la libre expresión del alma. Un rostro sonriente expresa sinceridad y tranquilidad. Mucho debemos aprender cada uno de nosotros a las culturas solares; en los tiempos que vivimos se nos ha olvidado sonreír, ahora solo vemos por las calles rostros de preocupación, de soledad, de impaciencia, etc.

Reflexionemos en estos rostros sagrados y en las grandes enseñanzas que van directo a la conciencia y, por favor, no olvidemos sonreír….

Leonel Cruz / Agia Valencia España

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