El misterioso gato

Diosa Bast o Bastet
Diosa Bast o Bastet

Los egipcios le rendían culto a Bast , Bastet o Basht, Diosa del Antiguo Egipto con cuerpo de mujer y cabeza de este animal. Personificaba al calor bienhechor, viviente y fecundante del Sol. Siendo sus atributos: un sistro (instrumento musical, una égida (coraza) y una cesta colgada del brazo.

Los antiguos egipcios le rendían culto al gato porque lo asociaban con el mercurio de la filosofía secreta. Hemos de saber que el mercurio es el alma metálica del esperma hablando en términos alquimistas. Obsérvese que el gato es un gran vidente: él ve en la noche, en las tinieblas e incluso sale de noche, se reproduce de noche, y es precisamente en la noche profunda de los sabios, en la supra-oscuridad, entre el augusto silencio, donde se trabaja con el mercurio; es decir, con el mercurio de la filosofía secreta. La actuación del gato indica que está íntimamente relacionado con el mercurio y por eso se le ha rendido culto. No olvidemos que el mercurio nos convierte en el Gentilhombre, en hombres iluminados.

Efigie de diosa Bast o Bastet
Efigie de diosa Bast o Bastet

Todo en la Naturaleza tiene doble uso. El gato negro, algunas veces, es usado criminalmente por los perversos de la Magia negra, más también puede ser utilizado por los santos de la Magia blanca. Los elementales en sí, no son buenos ni malos, todo depende del uso que hagamos de ellos. Si los empleamos para el bien, buena obra hacemos, mas si los empleamos para el mal, mala obra haremos.

Estos elementales felinos pueden ser ideales para todos los aspirantes a la vida superior. Con esta clase de náhuatls, cualquier ocultista puede aprender a salir en cuerpo astral, consciente y positivamente. Lo importante es no tener miedo (se necesita muchísimo valor).

No está de más decir que para esta clase de experimentos psíquicos se requiere que el gato sea de color negro.

El elemental del gato negro es extraordinario para la alta magia
El elemental del gato negro es extraordinario para la alta magia
Muchos ignorantes ilustrados pueden darse el lujo de reírse de todas estas declaraciones esotéricas, pero, eso no nos importa. Estamos escribiendo para gentes de inquietudes espirituales. Estamos hablando para personas que realmente anhelan el despertar de la conciencia.

Los antiguos aborígenes de América trabajaron siempre con los elementales maravillosos de los animales, de las plantas, con éstos realizaron infinitos fenómenos mágicos, curaciones a distancia, conjuración de tempestades, etc., etc. También eran relacionados y protegidos desde el nacimiento por sus propios nahuales con los que estaban relacionados. Un nagual muy extraordinario es un gato negro, son ideales cuando realmente los amamos y respetamos.

Por: César Owen/España

El burro de la mente

La mente y sus yoes

A través de los tiempos siempre se ha utilizado al burro, al asno, para simbolizar a nuestra mente incipiente, o en todo caso para señalar nuestra incapacidad intelectual y de aprendizaje. “Eres tan bruto como un burro”, suele decir la gente; o simplemente se nos colocan unas largas orejas de burro, para demostrar lo mismo. Pero resulta paradójico que al analizar a este simpático animal (al que Juan Ramón Jiménez, dedicara su prosa “Platero y Yo”, y Apuleyo su mítico relato del “Asno de Oro”), encontremos que no es tan bruto como se piensa, porque, por ejemplo, no tropieza dos veces en la misma piedra, como sí lo puede hacer el caballo, y hasta es capaz, si conoce una ruta, recorrerla sin guía hasta el final.

Entonces, ¿por qué esta relación con la brutalidad? Tal vez se deba más bien a su tozudez, al querer seguir por el camino trillado aunque se le esté indicando otro, y porque, ciertamente, la familia Elemental de este équido animal está en relación con el Departamento Elemental de la Mente Cósmica.

Podríamos decir que en su aspecto destructivo representa al Mercurio Seco, es decir, al Ego, a todos esos yoes que nos manejan y dirigen nuestros pensamientos y eclipsan nuestra conciencia; pero si lo dominamos, quiere decir que la mente se pone al servicio del Intimo.

Entrada en Jerusalén, de Pedro Orrente
Entrada en Jerusalén, de Pedro Orrente

Los Egipcios decían que el burro, la mente, cuando no es dominada y limitada, es el gran destructor de la Realidad. Cuando la fuerza Crística nace en el pesebre del mundo, está el asno allí, señalando que se deben eliminar los yoes y dominar la mente, para que se ponga al servicio del Intimo y nos conduzca a la Jerusalén Interior.

Pero veamos que nos dice el V.M. Samael acerca de este animal y su relación con Jesús: Por estos tiempos del Kali-Yuga (Edad de Hierro), las gentes se han dedicado al “mentalismo”, y por aquí, por allá y acullá, se encuentra uno, en las librerías, millares de libros hablando maravillas sobre el borrico de la mente”. “Lo interesante de todo esto es que Jesús, el Gran Kabir, montó en el borrico (la mente) para entrar en la Jerusalén Celestial en Domingo de Ramos. Así lo explican los Evangelios, así lo dicen, pero las gentes crucifican a Jesús El Cristo y adoran al burro. Así es la humanidad, mis caros amigos, así es la época de tinieblas en que vivimos.

¿Qué es lo que quieren desarrollar los mentalistas, la fuerza mental, la fuerza del Burro? Mejor sería que los comprensivos se montaran en este animal y lo domaran con el látigo de la voluntad. Así cambiarían las cosas y nos haríamos buenos Cristianos, ¿verdad?” “Desafortunadamente la gente de estos tiempos ya no quieren nada con el Espíritu; ahora, hincados de rodillas, besan las patas del Borrico, del Asno, y en vez de purificarse, se envilecen miserablemente.

Si las gentes supieran que no tienen Cuerpo mental y que lo único que poseen es una suma de agregados psíquicos, asqueantes cristalizaciones mentales, y si en vez de fortificar y robustecer a esos yoes bestiales los desintegraran, entonces sí trabajarían para bien de sí mismos y para su propia felicidad. Empero, desarrollando la fuerza de la Bestia, el poder siniestro del Ego mental, lo único que consiguen es volverse cada día más tenebrosos, izquierdos, abismales.

Por: César Owen / España

Dios Madre, el Eterno Femenino

Dios Madre, el Eterno Femenino y su relación con el Jeshua particular

Cuando se celebran acontecimientos tradicionales como el Día de los Muertos, La Navidad o la Semana Santa, normalmente no se le da importancia a un aspecto de nuestro propio Ser y del contenido simbólico de tales sucesos. Sin desconocer la importancia del acontecimiento natal, en el Solsticio de Invierno, y el esoterismo que refleja en su simbolismo, queremos ahora, en este artículo, tratar sobre ese aspecto que, normalmente, pasa desapercibido para la mayoría, sean estos conocedores o profanos.

Cuando llega el 21 de diciembre, en el Solsticio de Invierno, justamente es el momento en que la constelación de Virgo se levanta por el horizonte, y esto es profundamente significativo… Virgo es la Virgen Celestial. Virgo representa a todas las vírgenes madres del mundo: María, la Madre de Jesús, tiene los mismos atributos que Isis, Juno, Deméter, Ceres, Vesta, Maya, Adonía, Insoberta, Rea, Cibeles, Tonantzin, Coatlicue, Hoa -Se, Chimalman, etc, etc., etc.

Todo Gran Maestro es hijo de una Virgen Inmaculada. Si estudiamos las religiones comparadas, descubriremos por doquiera inmaculadas concepciones, vírgenes antes del parto, en el parto y después del parto. Las escrituras religiosas dicen que Buda, Júpiter, Zeus, Apolo, Quetzalcoatl, Fu-Ji, Lao T‘se, Huitzilopochtli, etc., etc., fueron hijos de vírgenes.

Tenemos por ejemplo, que los anales aztecas dicen que Coatlicue, la madre de Huitzilopochtli, cuando estaba barriendo el Templo, se encontró una bola de plumas y la colocó en su seno, e inmediatamente quedó encinta…

Igualmente Chimalman, la madre de Quetzalcoatl, caminaba con dos de sus hermanas y se le apareció un enviado del Cielo y le dijo que quedaría gestando a Ce Acatl Topiltzin Quet-zalcóatl, sin varón alguno. (¡Qué semejanza con la anunciación del Ángel Gabriel a María!). En China se cuenta, que al caminar por las orillas de un río, Hoa-Se pisó la huella del Grande Hombre, y quedando cubierta de un maravilloso resplandor, sus entrañas comenzaron a concebir al Cristo Chino Fu-Ji.

En este último caso, hay unos datos que resultan curiosos y evidentemente esotéricos, ya que la Virgen Hoa-Se, dio a luz el 4º día (los 4 elementos de la Naturaleza), de la 10ª luna (los misterios de I-O, del Limgan-Yoni), después de 12 años (el Zodíaco, los 12 trabajos de Hércules o 12 peldaños de la Alquimia). Todas estas concepciones por obra y gracia del Espíritu Santo nos deben hacer reflexionar…

El Espíritu Santo o Tercer Logos, en forma de blanca paloma hace fecundo el vientre de toda Virgen, en lo macrocósmico, como Madre Naturaleza o en lo microcósmico como la Virgen Madre del Cristo Intimo particular individual. La Paloma es un símbolo fálico, recordemos que Peristera (la ninfa del cortejo de Venus) es transformada en paloma por el amor.

El fuego del amor, el fuego sexual del Tercer Logos es conocido en el indostán con el nombre de Kundalini, y éste debe subir en forma de fuego serpentino por el canal anular medular de la columna vertebral, para hacer fecundo el vientre de nuestra Divina Madre. Solo así viene la Inmaculada Concepción y la Iniciación Venusta (Nacimiento Segundo), que no es otra cosa que el nacimiento de la Fuerza Cristo en el corazón del ser humano, que celebra su Navidad Interior.

La Inmaculada Concepción, la Navidad, la Semana Santa, etc, son acontecimientos cósmicos, solares, que deben celebrarse en cada uno de nosotros. Se sabe pues, que sólo con el Tantrismo es posible hacer subir el fuego sexual del Tercer Logos o Kundalini, por nuestro canal medular, y que este último no ascendería jamás por la columna vertebral de los fornicarios, adúlteros, iracundos, soberbios, ladrones, usureros, mentirosos, etc.

Es por eso, que en las tradiciones eternas que encierran los misterios del Cosmos, vemos que previo al acontecimiento de Beth Lehem, (Torre de Fuego) previo a la Iniciación Venusta, es decir, al nacimiento del Niño-Sol, el Cristo, en el interior del Iniciado, viene la celebración del Día de los Muertos, para terminar, finalmente, en Semana Santa con su muerte y resurrección. Así es, si no se está “bien muerto”, no es posible que el Kundalini ascienda por el canal central de la columna vertebral.

Estar “bien muerto”, quiere decir, que hemos eliminado el Ego, el Yo, el mí mismo, etc, que hemos disuelto todos esos agregados psíquicos que personifican nuestros errores: Ira, Codicia, Lujuria, Orgullo, Envidia, Gula, Pereza, etc., etc. Por eso vemos también que en muchas culturas se simboliza a nuestra Divina Madre Kundalini con rostro de calavera o acompañada de un cráneo, para simbolizar esa muerte psicológica.

Entre los aztecas es Coatlicue, la del rostro cubierto con la máscara de la calavera y con faldellín de serpientes. En las iglesias góticas, vemos a veces a la Virgen acompañada de un mudo cráneo. Ella es la misma Hékate o Proserpina, reina de los infiernos y de la muerte. En la Psicología Gnóstica y Revolucionaria, se dice que necesitamos un poder superior a la mente para poder eliminar el Ego, y que afortunadamente más allá del cuerpo, los afectos, y de la mente, subyace ese poder: la Divina Madre Kundalini que tiene el poder de reducir a cenizas a cualquier agregado psíquico inhumano.

Como vemos, se necesita de la Virgen Madre, de Dios Madre dentro de nosotros si queremos que el Cristo nazca en nuestro corazón, ella es muerte, concepción y nacimiento. Si quieres volver al Padre que está en secreto, debéis regresar primero al seno de vuestra Divina Madre Kundalini.
Necesitáis levantar por el canal medular la Serpiente de Vida: eso es Alquimia. Os habéis olvidado de vuestra Divina Madre Kundalini. Necesitáis adorar a la Divina y Bendita Diosa Madre Cósmica, ella es la Virgen de todos los cultos religiosos. Si vosotros queréis el retorno de vuestra Divina Madre, necesitáis trabajar con la Piedra Filosofal (el Sexo), y morir en sí mismos, aquí y ahora
, nos dice el V.M. Samael.

Por eso vemos que los acontecimientos cósmicos, solares y las tradiciones de los Misterios nos señalan el camino: ¡Solvet (disolver, desintegrar, morir) et coagula! (Cristalizar, Renacer). Este es el oculto sentido de la celebración del Día de los Muertos, de la Navidad, de la Semana Santa. etc.

Para finalizar nada más os recordamos, querido lector,
que no olvidéis jamás a vuestra Virgen Interior, porque el hijo que se olvida de su madre, se extravía y cae en el error y todo error se paga caro; pero el hijo que se acuerda de su madre, ella le lleva de la mano por el camino recto que conduce a la liberación final; a ella siempre elevemos oración: ¡Oh adorable madre mía, tú que tienes al niño Horus en tus brazos, yo sin tí, en la hora de la muerte estaría perdido, por eso clamo a ti en nombre de los dioses del alto Cielo, para que siempre me des tu auxilio y sanes mi adolorido corazón!

Por César Owen/España

El Toro sagrado

Culto Neptuniano, Atlante y Solar

Toro alado de Mesopotamia
Toro alado de Mesopotamia
Desde los más antiguos tiempos, el toro ha servido para representar
trascendentales verdades del Cosmos, de la Naturaleza y del Hombre. Recordemos, por ejemplo, al toro alado de los babilónicos que adornando las puertas de sus templos y sirviendo de columna se muestra hierático y majestuoso. Su cabeza humana representa la inteligencia, su alas el Espíritu, y su cuerpo de toro la fuerza; en algunos casos, como los toros alados persas, muestran sus patas delanteras como garras de león, entonces se convierte, esta figura, en el solemne símbolo de los 4 Elementos: tierra, agua, aire y fuego.

Se asocia al elemento tierra y al Evangelio de Lucas.
En el buey Apis de los misterios egipcios, era el creador y fiscal de las almas. Fue consagrado a Isis o a la diosa Hathor, porque de hecho se halla relacionado con el culto a la Vaca Sagrada, la Madre Divina, por lo que este toro debía ser negro con una luna blanca en creciente en su frente y la marca del Escarabajo Sagrado debajo de la lengua.

El buey Apis es el amo del cielo, dueño de la luz que sale de la llama, es el Fohat que vive y palpita en el Ens Séminis salvador, la piedra filosófica de los alquimistas medievales y de todos los tiempos.

En Grecia tenemos a Júpiter tonante transformado en toro, pero no en uno común y corriente sino en un bello ejemplar color de sol y con cuernos de luna en creciente, ojos azules destilando amor y su cuerpo exhalando un olor divino de ambrosía para raptar a Europa y atravesar el “Mar de la existencia” y el “Mar de los filósofos” hasta la “otra orilla”.

Símbolo maravilloso del Logos, el Cristo auxiliando a la Conciencia. No olvidemos a los bueyes del sol que pacían tranquilos en la isla de Sicilia y fueron robados por Mercurio y los que Hércules, el héroe solar, roba a Gerión. Todos estos, vienen a representar el mismo contenido simbólico ya mencionado en relación con la Alquimia y la piedra filosofal.

Hércules y el toro
Hércules y el toro

Pero no todos los toros eran negros o blancos o del color del sol. En
algunos casos eran rojos, como los del rebaño del rey Gerión. Ni tampoco todos representan solamente al Logos y la mismísima piedra filosofal. Hay entre los misterios de los antiguos tiempos, también el simbolismo opuesto al Ser, representado por el mismo toro, y en este caso se convierte en la Bestia bramadora, el Ego, es decir, en la representación o personificación de todos nuestros defectos psicológicos.

¿Y qué diremos del Minotauro cretense, aquel que Teseo tiene que vencer para poder salir del laberinto ayudado además por el hilo de Ariadna.

Teseo y el Minotauro
Teseo y el Minotauro
Y como sabiamente le había anunciado el Oráculo délfíco: “guiándose por amor?” ¿No es acaso el maravilloso símbolo de la lucha psicológica que debe librar el Iniciado contra sí mismo, tal y como sucede en la historia de Mitra.

En el celebérrimo circo taurino, que no es otra cosa que una supervivencia ancestral de la fiesta atlante que se celebraba con toros sueltos en el templo de Neptuno, a los que se les vencía, no brutalmente como hoy, sino con lazos y otras artes clásicas de la Tauromaquia, vemos el símbolo inequívoco de la lucha contra esa Bestia bramadora.

Todo esto nos recuerda los misterios Isíacos y los cultos arcaicos de
Io, relacionados con el sacrificio solemne de la Vaca sagrada.

La vaca sagrada
La vaca sagrada
La madre Divina posee en realidad ese Poder mágico que nos permite reducir a polvareda cósmica el Ego animal, la Bestia bramadora, en el ruedo de la existencia, es por eso que nosotros debemos convertirnos en boyeros, es decir, en los conductores de la Vaca sagrada.

Por: César Owen/España

Nueva página del Movimiento Gnóstico Guatemalteco

Esta semana, la más antigua de las escuelas gnósticas en Guatemala, el Movimiento Gnóstico Cristiano Guatemalteco, ha publicado una nueva página web. Se trata de un boletín informativo, que en principio tendrá a la disposición de los interesados, información de las conferencias que se programen para cada mes. En el presente boletín, aparece la lista de conferencias del mes de mayo.

La nueva página, no sustituye, ni cancela la anterior. Pero tendrá fines distintos y ambas serán complementarias. En la nueva página del Movimiento Gnóstico Guatemalteco, aparece también la Reseña histórica de la Gnosis en Guatemala, contada por algunos estudiantes gnósticos que se iniciaron en la Gnosis en la década de los años sesenta, entre ellos Isidro Mecías y René Mazariegos. Es un formidable trabajo, nunca antes emprendido en el país y del cual esperamos que con el tiempo pueda enriquecerse con más aportes.

En la página, también aparece una explicación de Que es Gnosis y, según se nos ha informado, los dirigentes del Movimiento Gnóstico Guatemalteco y responsables de la página, tienen previsto fortalecerla y mejorarla gradualmente.

Felicitamos al Movimiento Gnóstico Cristiano Guatemalteco, en especial al hermando Armando Castañón y colaboradores por la iniciativa para divulgar los estudios gnósticos de mánera más amplia y universal. Invitamos a nuestros lectores a que visiten el nuevo sitio. La dirección de la nueva página es:

http://guategnosisboletin.wordpress.com

El Quetzal

EL QUETZAL MARAVILLOSO (El ave de Minerva)

Entre Chiapas, en México. y el oeste de Panamá. en alturas que oscilan entre los mil y tres mil metros, tiene su hábitat el rojo y verde quetzal (pharomachrus Mocinno), que es muy difícil de observar. No obstante, según sea el momento en que se pueda captar, su doble cola y en general su plumaje, parece crisparse, oscilar, destellar entre el azul fosforescente y el verde agua, ya bajo un sol crepuscular o con los primeros destellos de la aurora, entre la «neblina de la selva fría.

Codiciado durante las primeras décadas del siglo veinte, (por el valor de sus plumas, cazado y sin piedad. El Quetzal estuvo a punto de extinguirse. Pero como no soporta bien la cautividad, los zoólogos defendieron muy pronto su derecho a vivir libre y distante en sus cumbres.

Se ignora toda la grandeza de su pasado ligado a dioses mayas y aztecas, pero hoy se le venera como ave símbolo de Guatemala, la moneda del país, lleva su nombre y en su Himno nacional se canta: “…bajo el ala de grana y de oro te adormeces del bello Quetzal. Ave indiana que vive en tu escudo, paladión que protege tu suelo…” También ocupa un lugar en más de algún libro de aves exóticas.

Partícipe del drama CRISTICO DE QUETZALCOATL, (Dios benéfico de los aztecas, quien les enseñó la agricultura. la industria. la escritura. el arte. los misterios de la muerte y la resurrección). El Quetzal. asociado a esta divinidad y debido a que la pluma del Quetzal es para mexicano y guatecomaltecos «COSA PRECIOSA », se convierte en símbolo de lo más preciado: la Fuerza Crística en el corazón del Hombre.

También. el Quetzal. junto con otras aves, es una de las 13 tonas o aves protectoras. que desde el nacimiento se le asignaban al recién nacido, conjuntamente con su dios tutelar, en este caso Quetzalcóatl, en su representación de lucero del alba.

Debido a que algunos expertos lo sitúan entre los trogoniformes, y sostienen que
se alimenta de frutas, batracios pequeños y reptiles, se quiere a través de esto, solamente, acercarlo a Cóatl: la Serpiente. Pero tanto entre los aztecas como en los mayas, dentro de los dramas de Quetzalcóatl y Kukulkán (la misma deidad Nahua entre los del Mayab), la simbiosis de estos dos sacros animales. es la representación de lo humano o terrenal que debe ascender hacia lo trascendente o superior, y lo celeste que debe descender hacia lo material, es decir lo humano se diviniza y lo divino se humaniza. «El Verbo se hace carne y habita entre los hombres».

Es asociado de igual manera con el planeta Venus y con el Sol. El primero (Venus), llamado por los aztecas, Tlahuizcalpantecuhtli. que quiere decir el «Lucero o Estrella del alba o de la mañana », (Jesús en el Apocalipsis dice: «Yo soy la Estrella del alba», en el que se convierte Quetzalcóatl después de incinerarse a la orilla del Agua Celeste o de ricos joyeles), y con el Sol, porque es la representación del VERBO, del Logos, del Cristo, del Fuego.

En la zona arqueológica de Palenque, aparece sobre la Cruz potenzada maya, como símbolo de RESURRECCIÓN. En su libro «Logos Mantram Teurgia», el V M. Samael Aun Weor, nos dice lo siguiente: «EL Quetzal: El Ave de Minerva es el símbolo de la SABIDURÍA. No poco se ha hablado del Quetzal; pocos son, sin embargo. capaces de entender todo el misterio de este pájaro sagrado: el Ave de Minerva,

el Quetzal milagroso, resulta de las incesantes transmutaciones del Fuego. ¡El poder secreto de esta ave permite al hombre transformarse en un Dios! Concede metamorfosearse en lo que cada quien quiera. El poder secreto de esa ave está capacitado para abrir los chakras, discos o ruedas magnéticas del Cuerpo Astral.

Cuando el Fuego Sagrado de Pentecostés asciende por el Canal Central de la Médula Espinal tiene el poder milagroso de transformarse en un Ave de Fuego. ¡Y esa Ave es el símbolo del Quetzal! Y es el Ave de Minerva. Y es la clave del poder sacerdotal »:

Si se vocaliza el mantram del Ave Maravillosa del Fuego: JAO RI durante el trance supremo del A.Z.F. y se ordena al Ave de Minerva desarrolle tal o cual chakra, ella lo desarrollara positivamente. «lo importante es no cansarse. porque esas facultades no se desarrollan inmediatamente», termina diciendo el sabio maestro. Si el ser humano quiere volver a establecer esa necesaria e importante alianza entre la Naturaleza, los reinos y elementos que la forman, con él mismo, y ponerse en contacto con las entidades anímicas que poseen los animales. plantas y minerales y servirse de sus cualidades y poderes, es necesario, a parte de muchas otras cosas, que en principio, comprenda que existen otros mundos y otras realidades y se proponga a experimentarlas.

Para finalizar digamos con el poeta: «Ha llegado el momento. «Oh amigos nuestros; con collares os ciño, con plumajes de quetzal os adorno y aderezo, sobre la balsa de nueve cañas. de nueve serpientes. Ha llegado el momento de incineramos a orillas del Agua Celeste, para que con el pardear del alba se eleven nuestras cenizas convirtiéndose en la Estrella de la Mañana y nos sumerjamos en el seno de «aquel por quien vivimos» para vivir como el Quetzal: SIEMPRE EN LIBERTAD.»
Por: César Owen / España Bibl: Conferencias y Obras de Samael Aun Weor

El león

Señor y Rey por Antomasia

El león, en sí mismo, como animal y como símbolo esotérico es muy importante, muy interesante… Por su belleza, por su fuerza, por su presencia, por su fiereza, le reconocemos como el “Rey de la
selva”. Pero hay otras razones por las que el león resulta majestuoso: El león, asociado al elemento fuego, se asocia también al Evangelio de San Marcos

En algunas de sus obras, el V.M. Samael se refiere a este imponente animal: En la Atlántida sirvieron como animales de tiro: arrastraban carruajes, eran mansos. Después de la sumersión de la Atlántida, se volvieron furiosos.

El carro, arrastrado por leones, es una alegoría muy esotérica que viene de tiempos arcaicos. EL carro representa al ser humano y el león (el fuego) no es más que un símbolo vivo del hombre solar. Cuando se habla del «Carro» se alude a los «Cuerpos Existenciales Superiores del Ser»: Físico, Astral, Mental y Causal. En ese “Carro» se debe montar el Real Ser.

El «Zoar» nos pinta al «Anciano de los Días» viajando en un carro a través del infinito. No
hay duda que el Real Ser tiene siempre que viajar en su «Carro», para trabajar en los mundos
.

En muchos cuentos infantiles, es el majestuoso león el que imparte justicia y al que acuden los
animales de la espesura para dirimir sus diferencias. Además, es el que establece en ese mismo lugar las reglas del juego. Y curiosamente, en esoterismo suele también relacionársele con la Justicia Objetiva del Omnimiseriscordioso, la Ley Divina; por eso se dice: “Al León de la Ley se le combate con la Balanza”.

En los doce Signos del Zodiaco, Leo (el león), es el quinto signo, número que igualmente se relaciona
con la Ley y con la Carta 5 del Tarot egipcio que es el “Jerarca de la Ley”. En este signo se relaciona con el Sol, con el fuego, con el oro y con el color amarillo.

A este respecto recogemos del V.M. Samael lo siguiente: “Leo es el fuego; el fuego latente es
una maravilla. Allí encontramos los «soplos igneos» de la constelación de Leo, que son seres vivientes (imposibles de describir con palabras), vivas representaciones, cada uno de ellos, de la «Corona Sephirótica» de la Kábala Hebraica: KETHER, CHOKMAH Y BINAH”.

“Hay doce órdenes de adeptos en ese Cosmos, relacionadas con los doce signos zodiacales: No cabe duda que aquella «orden de los leones de fuego, o LEONES DE LA VIDA» (de la constelación de Leo), es la más exaltada. ¡Así está escrito y así es!”…

En los “doce trabajos de Hércules” aparece el León visto desde otro ángulo, desde otro punto
de vista, es decir, en su aspecto negativo. Por eso el primero, entre todos, es la captura y muerte del “león de Nemea”, que representa la fuerza de los instintos y pasiones incontroladas que todo lo devasta y lo devora.

En ocasiones aparecen leones bicéfalos que nos vienen a representar las dos tierras: La visible
y la invisible. Por último, tenemos en la Alquimia el león rojo y el león verde, símbolos del fuego y el Intimo, respectivamente. Además de su imponencia, belleza y majestad, no podemos olvidar la nobleza del león, tal y como nos narra la historia de «Andrócles y León», en la que se describe a un joven cristiano que ha sido arrojado a los leones en la arena del Circo romano, y cuando está a punto de ser atacado por un león, para asombro del público y del emperador, el león se acerca mansamente a lamer la mano del joven, debido a que reconoce en él al mismo que un día en el bosque le sacó una espina de la pata y le curó, aliviándole de su intenso dolor y malestar.

Por: César Owen/España

¿Por qué la Semana Santa es una fiesta movible?

El Drama Cósmico y la Mecánica celeste

La Semana Santa es profundamente significativa. Recuerden los SIETE y los TRES PASOS de la Masonería: El Cristo debe arder, primero que todo, en nuestro cuerpo humano; más tarde la llama debe depositarse en el fondo del Alma y por último en el fondo del Espíritu.

Incuestionablemente, la Semana Santa tiene raíces esotéricas muy hondas, porque el Iniciado debe trabajar sobre las fuerzas lunares y sobre las fuerzas de Mercurio, y con las fuerzas de Venus y del Sol, y de Marte, de Júpiter y Saturno. El Drama Cósmico se desenvuelve en siete regiones y de acuerdo a los siete planetas del Sistema Solar. (Samael Aun Weor Conferencia: “El Cristo Cósmico y la Semana Santa”).

Formando parte de una mesa redonda sobre Astrología, en el programa “Controversial” de WAPA televisión, en la “Isla del Encanto” (Puerto Rico), una persona del público hizo una imprecación a una astróloga que nos acompañaba, y en general a todo el panel de invitados, afirmando que todo lo que ella había dicho sobre los signos del Zodíaco, el Horóscopo, etc., eran cosas diabólicas y de hechicería o de brujería y, que todo eso era condenado por la Biblia.

Sin inmutarse, y con una esbozada sonrisa en los labios, la astróloga, de manera socrática, preguntó al joven que hacia tan desafortunada afirmación: – ¿Sabes tú por qué la Semana Santa se celebra en fechas diferentes?…

Un frío silencio cayó sobre el plató, y especialmente sobre el interpelado que no atinaba a responder, y tan sólo un balbuceante “no lo se” salió de sus labios…

La astróloga, entonces, le dijo: Yo te lo voy a decir: se debe a un problema de Mecánica celeste. Tiene que ver con la entrada de la Primavera y su primer plenilunio, y las únicas cosas diabólicas, brujescas y fanáticas, son las que realizan quienes te han metido esas ideas tontas en la cabeza, de que quienes nos dedicamos a estudiar los movimientos de los astros y sus influencias, seamos diablos o hechiceros; siendo la Iglesia la primera en basarse, para calcular la celebración de la Semana Santa en la Mecánica Celeste, el Calendario Lunar y la entrada de la Primavera. Bueno, al fin cada uno dio su opinión y por supuesto se formó la polémica…

Ciertamente, si la Navidad se celebra cada año el 25 de diciembre, el Día de Reyes el 6 de enero, el Día de todos los Santos el 1 de noviembre, ¿por qué la Semana Santa es una fecha movible?

La respuesta a esta pregunta ya la dio en parte la astróloga de nuestra anécdota: La Semana Santa se celebra durante el primer plenilunio de Primavera…

De acuerdo a la Mecánica celeste esto es así: La entrada de la Primavera esta definida por la fecha del 21 de marzo (Equinoccio de Primavera, en el día en que la noche es igual al período diurno). Y de acuerdo a la misma mecánica, al cabo del año, se cuentan casi 13 lunaciones, que no se podrán repetir por estar dividido el año en 12 meses. Así que, siguiendo el Calendario Lunar, observamos que la luna llena de marzo puede darse poco antes del 21, entonces la Semana Santa será a mediados o finales de abril; si cayese a primeros de marzo, será el siguiente plenilunio, es decir a primeros de abril o incluso a finales del mismo marzo, como ocurre en 2010.

Pensemos ahora en el por qué cuando se acordó todo esto en el Concilio de Nicea (325 d. J.), aparentemente, se convierte una cuestión puramente astronómica, es decir relacionada con el viaje estelar de la Tierra dentro de su órbita, en una cuestión religiosa, fijándose el Domingo de Pascua como el domingo siguiente, después de la primera luna llena de Primavera.

A este respecto, ya hemos dicho en pasados artículos relacionados con este tema, en el de Semana Santa, la tradición del Equinoccio de Primavera y en el de la Navidad, que gracias a que el Cristianismo floreciente revestía los principios religiosos vivientes del Paganismo decadente, justamente para que estos principios no se perdiesen, las fiestas que se celebraban desde la antigüedad en conmemoración, de los acontecimientos solares y celestes o terrestres, y a la vez también del Mito Solar y el Drama Crístico, del Niño Sol, representado en los mismos movimientos estelares, continuaron siendo festejados en la nueva religión. No tan sólo, como a veces se piensa, como simple estrategia para ganar adeptos, sino para que a través de la tradición se conservase la sabiduría oculta.

Ni en el presente, ni en el pasado, han sido estas fechas escogidas al azar, o hechos casuales y aislados, antes por el contrario, son la más profunda estructuración y relación entre el hombre y el Cosmos, por lo que ellas, como la de la Natividad, los Reyes, y la misma Semana Santa, etc., vienen a constituirse como un acontecimiento cósmico, solar y humano a la vez.

Por otra parte, aunque la “Era cristiana” (nuestro calendario) no se propuso hasta el año 532, cuando Dionisio Exiguos estableció el nacimiento de Jesús de Nazareth el 25 de diciembre del año 753 de los romanos (para algunos 750). Este hecho no es casual. Primero porque Jesús el Gran Kabir, Como nos dice el V.M. Samael, no nació en diciembre sino en marzo (era pisciano) y porque como ya anotamos, las fiestas paganas relacionadas con el Solsticio de Invierno y el nacimiento del Niño Sol, se celebraban por esas fechas con grandes hogueras en la cumbres de las montañas.

De igual manera, la Semana Santa coincide con las fiestas celebradas desde la antigüedad en honor de los cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego) y de la fertilidad que se realizaban en el Equinoccio de Primavera (21 de marzo). Es en esta cruz equinoccial donde la fuerza solar del astro que nos ilumina debe crucificarse, para que madure la fruta, para que fructifique el grano. Es en esta cruz de los elementos donde la fuerza del Logos Solar (el Cristo Intimo en nosotros) debe crucificarse, para que madure la simiente y fructifique el “Hijo del Hombre”, y reconquiste su antigua estirpe solar, celebrando así su Semana Santa interior.

Lo fijo del nacimiento del Cristo y lo variable de su muerte tienen, en esoterismo, un profundo significado.

Por César Owen/España

Semana Santa, la tradición del Equinoccio de Primavera

“La Semana Santa tenemos que vivirla dentro de nosotros mismos, aquí y ahora, en la Gran Obra. Esta es la más Santa de todas las semanas, porque es la semana en la que tiene uno que vivir el Drama Cósmico”. Samael Aun Weor.

Los espectadores del drama, inconscientemente, pasaban a formar parte de la escena… Era su amigo, su bienhechor, su creador, su salvador… El padecía los tormentos por la salvación de ellos… ¡Todos sus pecados recaían sobre él y por sus latigazos ellos se salvaban! Abusaban de él y lo afligían y él no abría su boca. La majestad de su silencio (mientras los ministros de un Dios ofendido lo clavaban de manos y pies en el Monte Cáucaso), sólo podía ser comparada con la modestia con que él relataba, mientras colgaba con las manos extendidas en forma de cruz, sus servicios a la humanidad, que en pago le daba tan terrible crucifixión.

Estas palabras de T.W. Daone, tomadas en parte del original, nos hace recordar muchos detalles de la crucifixión de Jesús el gran Kabir, el Cristo. Sin embargo, se refieren a la muerte del héroe griego Prometeo, y si no hubiera sido escrita por Esquilo en su inmortal obra de teatro, 500 años antes de Jesucristo, podría considerase como una copia de las representaciones de la “Muerte y Pasión” que conocemos por la Historia Sagrada o por las películas que vemos en las fechas de Semana Santa en los cines del barrio o la televisión.

Otro “Salvador Crucificado” fue, en América, Bacab. Los sacerdotes españoles que llegaron al nuevo mundo se quedaron pasmados al hallar crucifijos entre los indios y en sus altares la cruz. Cuando se les inquirió por el origen de ellos (los crucifijos), dijeron que se trataba de Bacab, el hijo de Dios , quien había sido colocado en una viga de madera con los brazos abiertos y así había muerto. En los Códices Borgia y Vaticano, hay representaciones de Bacab con los brazos extendidos y con los pies y manos agujereadas.

Estudiosos de las religiones comparadas, han hallado más de 48 “historias” bastante semejantes a la de Jesucristo, referentes a personajes sagrados de la antigüedad, en su mayoría anteriores a Jesús de Nazareth. La Antropología Gnóstica nos enseña que si no cerramos los ojos ante los hechos, podemos afirmar que la vida de Jesús, tal como la conocemos hoy, es a la vez historia y símbolo, entremezclados para darnos una enseñanza: la del hombre fusionándose a la misma Divinidad; el Padre, a través del desarrollo de los siete grados de Poder de INRI, el Fuego o Fohat luminoso y purificador de la naturaleza mundana del ser humano, es decir, en palabras del propio Jesús: “Así como Moisés (un Iniciado) levantó la Serpiente (el Kundalini) sobre la Vara (la columna vertebral) en el desierto (la Vida), es necesario que el Hijo del Hombre (el Cristo Intimo) sea levantado”.

La Gnosis explica que esta Inteligencia Cósmica, esta Energía Divina, se manifiesta y es representada a través del Sol, nuestra fuente de luz y vida.

Conforme al Mito Solar, desde el Nacimiento de Jesús o Navidad, celebrado el 25 de diciembre (cerca del Solsticio de Invierno), cuando la Tierra está más lejos del Sol y este aparece al horizonte como “recién nacido”, hasta su muerte y pasión, conmemorada precisamente durante el Equinoccio de Primavera, cuando la Tierra está más cerca del Sol y este parece haber resucitado y estar en su esplendor; Así pues, la figura de “Nuestro Señor Jesucristo el Sol”, como rezaban los primeros Cristianos, está ligada al Astro Rey.

Los siete días de la Semana Santa son los mismos siete días del Génesis, porque los dos hacen referencia a la creación del Hijo del Hombre, El Cristo, en cada uno de nos.

De acuerdo con el Drama Cósmico, en las mismas fechas del Equinoccio de Primavera, se lloraba la muerte de Tammuz en Babilonia y Siria; de Adonis en Grecia y Siria y de Attis en Frigia (hoy Turquía), cuya efigie era “como un hombre clavado con cordero a sus pies”. En todos estos casos, al culto de la muerte sucedían inmediatamente los regocijos de la Resurrección.

También es interesante que el ayuno, la Cuaresma moderna, (que debe ser posterior a la muerte en el Equinoccio Primaveral) se encuentre en México, Egipto, Persia, Babilonia, Asiria, Asia Menor; y en algunos casos, definidamente por cuarenta días.

Como afirma la escritora Teosófica Annie Besant: “Estas tradiciones solares, siempre repetidas a través de los siglos, no pueden quedar inadvertidas para el hombre estudioso, aunque las ignore, como es natural, el simple devoto; y cuando se les emplea como arma para mutilar o destruir la majestuosa figura de Cristo, hay que hacerles frente, no para negar los hechos sino para comprender el significado mas profundo de las narraciones: las verdades espirituales que las leyendas expresan bajo su velo”.

El Kalki Avatara de la Era de Acuario afirma que: “Ante todo es necesario comprender a fondo lo que es realmente el Cristo Cósmico. Urge saber, en nombre de la verdad, que el Cristo no es algo meramente histórico”

“Cuando estudiamos a Quetzalcoatl, descubrimos en él, el mismo Drama Cósmico de Jeshuá Ben Pandirá, Jesús el Cristo. Quetzalcoatl, cargando la cruz a cuestas, nos recuerda precisamente, al martir del calvario”

Por: César Owen /España

La Esencia maravillosa

En los estudios gnósticos, el estudiante aprende que la mayoría de seres humanos que poblamos el planeta Tierra, somos seres incompletos, no somos seres humanos auténticos. Somos animales pensantes o animales intelectuales. Nadie puede negar que en la clasificación taxonómica de seres vivos, hombres y mujeres pertenecemos a la clase de los mamíferos.

Cualquier persona, al estudiarse a sí misma y con la conciencia despierta, podrá observar que lo único que diferencia a la humanidad, del resto de mamíferos es el intelecto. A muchas personas, si se les quitara lo poco que tienen de intelecto, se comportarían peor que los animales.

Somos seres incompletos, es decir, no estamos plenamente realizados, porque no poseemos Alma, somos desalmados. Afortunadamente poseemos algo valioso y digno en nuestro interior: la Esencia maravillosa, también conocida como chispa divina, Budhata, o fracción de alma.

En la Esencia se encuentran los valores, las virtudes, las cualidades más sublimes y mejor cimentadas en cada quien. La Esencia es el germen, la semilla, la materia prima, el material psíquico primordial para fabricar eso que se llama: Alma. En la Esencia, se encuentra lo mejor de nosotros mismos. La Esencia se define en Psicología Gnóstica, como el conjunto de valores positivos que se poseen en forma innata.

El Alma auténtica debe ser formada por quien busca una transformación psicológica radical. Solo la poseen los seres humanos auténticos, los verdaderos santos, los grandes iniciados de la Logia Blanca, los grandes guías espirituales de todas las religiones. Ejemplo de mujeres y hombres auténticos: Jesús de Nazaret, María Magdalena los primeros apóstoles, Francisco de Asís, Elena Petronila Blavatsky (HPB), Budha, Krishna, Mahoma, Quetzalcoatl, Gucumatz.

El Alma se forma gradualmente a base de enormes esfuerzos conscientes y padecimientos intencionales. El proceso para el nacimiento del alma puede compararse al del nacimiento de un bebé a partir de la concepción. Constituye parte fundamental del trabajo esotérico gnóstico. El trabajo para desarrollar la Esencia hasta convertirla en Alma es de tipo psicológico y alquimista.

Así, la Esencia se convierte en Perla seminal, más tarde deviene el Embrión áureo y finalmente con la formación del Alma viene el verdadero nacimiento segundo del que se habla en el capítulo 3 del Evangelio de Juan y entonces, el iniciado se convierte en auténtico hijo de Dios “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios” (1 Jn 3:9). “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”. (1 Jn 5:18).

En el capítulo titulado precisamente: La Esencia de la obra Psicología del Despertar, José Jesús Leal explica que: “en la Esencia tenemos los elementos conscientivos necesarios para nuestra propia auto realización íntima. En la Esencia están la sabiduría, el amor y el poder”.

De acuerdo con la Gnosis, las razones de que la humanidad en general, solo tiene Esencia y no una legítima Alma son muchas. Basta observar los actos humanos, las guerras, la pobreza, la violencia, los crímenes, las traiciones y muchas conductas indeseables por todas partes del mundo.

Esos elementos indeseables de conductas se originan en los defectos de carácter, personificados en el mi mismo, en el sí mismo, en el Ego o yo psicológico. El yo de la Psicología Gnóstica tiene encarcelada, atrapada, embotellada a la Esencia o chispa divina e impide su expresión y desarrollo. Quien quiera alcanzar la divinidad, la santidad, convertirse en auténtico hijo de Dios y alcanzar la salvación debe trabajar sobre sí mismo liberando a la Esencia de la prisión en la que el Ego la tiene esclavizada y fragmentada.

En este sentido, resulta oportuno transcribir lo que anota Henri Charles Puech, en el Prefacio (página 18) de su obra: En torno a la Gnosis: la gnosis no hace sino incitarle ante todo a liberarse de él, sino reforzar y justificar su anhelo de liberación, impulsándole a “apresurarse” a su abandono, a dejarlo atrás para ir más allá…

Más adelante en la página citada de la obra de Pueck, se lee: salvarse, es en efecto, ante todo huir, fugarse, evadirse, “salir del mundo” o, si se utiliza una expresión igualmente técnica, “renunciar a él”, emprender una travesía, efectuar un “éxodo” que conducirá fuera de él. Pero, mientras tanto, el gnóstico habrá de concentrar en sí mismo todas sus fuerzas, tendrá que “reunir sus miembros”, todas las “parcelas” de su alma disipadas, ahogadas en la masa confusa del cuerpo que le oprime, tendrá que desembarazarlas del estado de dispersión, de torpor, de olvido, de inconsciencia, en que se hallaban sumidas, a fin de devolverles su vigor y conducirlas a la unidad de una conciencia plenamente lúcida y afirmada en sí misma.

Al estudiar la Esencia, desde el punto de vista de la Gnosis, resulta indispensable diferenciarla también de la personalidad. La Esencia es lo natural, lo auténtico, mientras que la personalidad es lo adquirido. A este respecto, J Vaysse, en el capítulo titulado: Esencia y Personalidad de su obra: “Hacia el despertar a sí mismo” , publicado por Ganesha, explica: Desde este punto de vista, estamos divididos en dos partes: Una es aquella con lo que hemos nacido, contiene el germen de nuestras cualidades propias, nuestras capacidades, nuestras incapacidades, y, más generalmente, todo lo que nos ha sido dado como propio. La llamaremos nuestra “esencia”, término que no puede dejar de ser discutido en las circunstancias actuales, pero que reencuentra aquí su primer sentido.

Más adelante explica el autor que: la otra parte es lo que hemos adquirido: todo nuestro saber y la mayor parte de nuestras inclinaciones y comportamientos. Estos son inexistentes en el momento de nuestro nacimiento y se instalan poco a poco debido a todo lo que el medio ambiente nos añade.

En la página 219 de su obra: Fragmentos de una enseñanza desconocida”, obra publicada en español por Hachette de Argentina, Pedro Ouspensky explica: “La esencia en el hombre es lo que le pertenece. La personalidad en el hombre es lo que no le pertenece. Lo que no le pertenece significa: lo que le ha venido de afuera, lo que él ha aprendido, o lo que él refleja; todas las huellas de impresiones exteriores grabadas en la memoria y en las sensaciones, todas las palabras y todos los movimientos que le han sido enseñados, todos los sentimientos creados por imitación, todo esto es “lo que no le pertenece”, todo esto es la personalidad”.

Finalmente, en el capítulo titulado: La Esencia de la obra: Psicología Revolucionaria de Samael Aun Weor, leemos lo siguiente: “lo que hace bello y adorable a todo niño recién nacido es su esencia, esta constituye en sí misma su verdadera realidad. El normal crecimiento de la esencia en toda criatura, ciertamente es muy residual, incipiente. El cuerpo humano crece y se desarrolla de acuerdo con las leyes biológicas de la especie, sin embargo tales posibilidades resultan por sí mismas muy limitadas para la esencia.
Incuestionablemente la esencia solo puede crecer por sí misma sin ayuda en pequeñísimo grado. Hablando francamente y sin ambages, diremos que el crecimiento espontáneo y natural de la esencia sólo es posible durante los primeros tres, cuatro o cinco años de edad, es decir, en la primera etapa de la vida.

La gente piensa que el crecimiento y desarrollo de la esencia se realiza siempre en forma continua, de acuerdo con la mecánica de la evolución, mas, el Gnosticismo Universal enseña claramente que esto no ocurre así. Con el fin de que la esencia crezca más, algo muy especial debe suceder, algo nuevo hay que realizar. Quiero referirme en forma enfática al trabajo sobre sí mismo. El desarrollo de la esencia únicamente es posible a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios. Explica además el Venerable Maestro que nunca podríamos liberar a la esencia sin desintegrar previamente al Ego o yo psicológico.