La Anti Navidad

La Navidad, es indudablemente la fiesta más grande y hermosa de todo el año alrededor del mundo. Es muy reconocido que la época de Navidad, es la más linda del año. Muchas personas logran expresar sentimientos de fraternidad, compasión, concordia, armonía, solidaridad. Surge el impulso de compartir o reencontrarse con los seres queridos y con aquellas personas que han dejado huella en las vidas de cada ser humano. En algunos lugares, los últimos días de noviembre anuncian que ha llegado la época de Navidad.

Celebraciones, como la noche de Acción de Gracias, en Estados Unidos, concurren para la preparación de la celebración de la Pascua. Diciembre se caracteriza en algunos países por los los días de adviento, los villancicos y la celebración de convivios, convivencias o fiestas de Navidad entre familiares, amigos o compañeros de trabajo. No faltan los bellos mensajes de reflexión para celebrar esta hermosa fiesta, los adornos y las luces de colores iluminando de manera singular calles y hogares. Sin embargo, es claro que algunas personas no celebran la Navidad o expresan un sentimiento, contrario al esperado en época de Navidad. Sentimientos como el del famoso Scrooge en el cuento de Charles Dickens o como el del Grinch, en el cuento de Seuss. En estos dos casos, se hace evidente la “Antinavidad” que impulsan los que se encuentran fascinados por el ateísmo y el materialismo, los enemigos del Eterno y los amos del capital. Un ejemplo de esto es el marketing anticipado, con las campañas publicitarias, que impulsan al consumismo. Muchas personas se lanzan a los comercios a comprar, comprar, comprar; como ocurre a partir del famoso “Viernes negro”, en los Estados Unidos y otros países.

Esa “Antinavidad”, es impulsada también por las empresas de licor y cerveza, que promueven la borrachera, el olvido, el escándalo, la intoxicación alcohólica y muchos pretextos para el consumo de productos etílicos, entre ellos, la llamada maratón de “Guadalupe-Reyes”, acompañadas de orgías y otros excesos sexuales, el ocio, los juegos de azar para que las gentes olviden el verdadero propósito, significado y espíritu de la Navidad y se extravíen por el camino del error. Lo mismo ocurre con las tendencias que propician la gula, el derroche en el comer, hasta “reventar”. De acuerdo con la ley del Péndulo, del otro lado del péndulo de esas tendencias por promover el olvido del profundo simbolismo de la Navidad y de la importancia de su celebración anual, están quienes “huyen” de Navidad y no la celebrar, entre otras razones porque le ven un origen pagano y hasta satánico a la fiesta sagrada.

Es abundante la información manipulada que se encuentra en la web exhortando a no celebrarla. Con verdades a medias o desinformación, se entresacan ejemplos aislados para desvirtuarla, degradarla, desprestigiarla. Uno de los argumentos más esgrimidos es el que la relaciona con la celebración del nacimiento del Sol invictus.

Los romanos tenían, desde el 22 al 25 de diciembre, el Festival del nacimiento del Sol Inconquistado (en latín: Dies Natalis Solis Invicti), que se celebraba cuando la luz del día aumentaba después del solsticio de invierno, en alusión al “renacimiento” del Sol. Sin embargo, la Antropología cultural, la religión comparada, los fundamentos astronómicos de todas las antiguas cosmovisiones demuestran fehacientemente que la celebración del nacimiento de la deidad principal de todos los cultos antiguos, se celebraba, en el hemisferio norte, precisamente tres días después de la noche más larga.

En la actualidad, los mismos cristianos de la Iglesia de Roma, reconocen que el cristianismo adaptó con mucha facilidad la fiesta del Sol, porque en la Biblia Jesús es comparado con ese astro. Pero no se trataba de introducir una celebración pagana en el cristianismo, sino lo contrario: mostrar que en realidad Cristo es el Sol espiritual y por ende, la verdadera luz que ilumina a los seres humanos.

En el Nuevo Testamento, se lee que Jesús se denominó a sí mismo como la “luz del mundo” (Juan 8,12). Ya antes, Zacarías, el padre de Juan el Bautista, se había referido al nacimiento de Cristo comparándolo con el Sol, mediante un himno: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lucas 1, 77-79).

El acontecimiento de la Navidad, es una realidad suprema inherente a la religión universal y no es patrimonio de nadie; sino más bien, viene siendo un patrimonio intangible de la humanidad solar. No se trata de negar el origen pagano de esta sagrada celebración; pero tampoco de verla como una fiesta satánica. El Gnosticismo universal, propone la vía intermedia.

En la actualidad no se puede divorciar la Navidad de los cultos paganos, porque en el mundo del Señor “todos somos uno” y por ende, hemos de reconocer y valorar la uidad de todo. Esa es la razón de los ritos de todas las antiguas cosmovisiones con dioses, héroes y sus historias de nacimiento, muerte y resurrección, La errónea tesis de divorciar al Judeocristianismo de la religión universal, común a todas las cosmovisiones, hizo que los cristianos más ortodoxos rechacen estas celebraciones. Así, fue que los puritanos ingleses que colonizaron la ciudad de Boston a principios del siglo XVII, llegaron a declarar ilegal la Navidad. Cuando los Padres Peregrinos y puritanos llegaron en el Mayflower huyendo de Europa en 1620 trajeron con ellos su estricto y muy frugal estilo de vida, sus creencias religiosas y su desprecio por la Navidad, a pesar de que esta ya se celebraba ampliamente en Europa como fiesta cristiana que marcaba el nacimiento de Jesucristo.

En el mismo sentido, el parlamento inglés prohibió por decreto las navidades en 1644 por su carácter de “regodeo». En Massachusetts, por las mismas razones que en Inglaterra, no hubo Navidad entre 1659 y 1681”. Los árboles se guardaron o quemaron, los adornos acumulaban polvo año tras año en sus cajas y las luces sólo duraban unos minutos encendidas, antes de que el Ejército las destruyera. Otorgó poderes a los soldados para confiscar todas las comidas preparadas para las fiestas, además de imponer un férreo silencio en torno a los «Christmas carols».

«No sólo se cancelaron las celebraciones debidas al nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, sino que, para consternación general, se ordenó tratarlo como cualquier otro día laborable. El propio Parlamento celebró sesión en el mismo día de Navidad entre 1644 y 1656», afirma el escritor e investigador inglés Desmond Morris, en su libro Tradiciones de Navidad. Esta prohibición duró hasta 1660.

Más recientemente, en el siglo XX, en la extinta Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas –URSS-, en los años 1927-1935 estaba estrictamente prohibido celebrar la Navidad y el Año Nuevo. Fueron prohibidos los adornos navideños cristianos, como las estrellas de Belén, los angelitos o las campanillas. En Cuba, la Navidad fue prohibida durante tres décadas, tiempo durante el cual fueron prohibidos los árboles de Navidad, Papa Noel, fue declarado “non grato” y cualquier celebración navideña era considerada una celebración burguesa y una desviación ideológica. Desde 1968 y durante décadas la Navidad había sido abolida, el 25 de diciembre era considerado un día más, los niños iban a la escuela y sus padres al trabajo, no había cenas especiales ni regalos, ni árbol. Esta prohibición duró más de treinta años, hasta que en 1997, poco antes de la visita del Papa Juan Pablo II a La Habana, el gobierno cubano decretó, o retomó como día feriado el 25 de diciembre.

Obsérvese con estos ejemplos, como los dos extremos del péndulo de la filosofía, se tocan. Por un lado, los puritanos con su celo y fanatismo religiosos, niegan a la humanidad esta celebración santa y por otro lado, los materialistas ateos, hacen lo mismo.

 

El nacimiento de Jesús

 

Es mundialmente reconocido que nadie sabe con certeza el nacimiento de Jesús. Esto nos advierte que, más importante que la vida privada del Señor, lo es su mensaje y el profundo simbolismo oculto tras su nacimiento, vida, pasión, muerte y resurrección. Conforme al principio de Correspondencia, que reza: “Tal como es arriba, es abajo”; conforme al Mito solar, el nacimiento del Cristo es una fiesta que ocurre anualmente en el Macrocosmos y se debe realizar en el microcosmos del ser humano. En tal sentido es muy significativo que de los Evangelios canónicos, dos nos hablen, aunque sea brevemente de su nacimiento y los otros dos, se centran en el Jesús adulto. Y es que, tal como lo enseñan los estudios gnósticos, el Cristo no puede nacer en un bebé, en un niño que está viniendo a la vida. Su poderosa energía solar, resulta imposible de resistir para máquinas humanas o animales intelectuales. El segundo Logos solo puede nacer y manifestarse en mujeres y hombres auténticos, ya adultos; pero que se prepararon esotéricamente para su advenimiento en su interior.

El esoterismo gnóstico explica que solo se conoce la vida pública de Jesús y que apenas se han ido descorriendo algunos velos para develar el misterio de la vida privada del Señor de perfección, que como hemos dicho: resulta menos importante que su ejemplo a sejir. Sin embargo, se sabe que el nacimiento de Jesús fue durante el reinado de Herodes, pero las teorías sobre el momento concreto varían tanto como los expertos y sus explicaciones. Los hay que sitúan este hecho en abril o mayo, otros en septiembre y otros en pleno agosto según se analicen desde los textos bíblicos o los datos bíblicos relativos a las condiciones del cielo y la situación de los astros en aquella época o las actividades campestres con las ovejas que también mencionan los textos sagrados.

Se han hecho mucho análisis acerca del año en que nació el bodhisattva Jesús o mejor dicho: Jeshua Ben Pandhira. Si seguimos el calendario cristiano, Jesús nació “antes de Cristo”. El error es el resultado de los cálculos hechos en el siglo VI por el monje Dionisio el Exiguo. Al hacer el cómputo del año primero de nuestra era, no tuvo en cuenta el número cero. Recordemos que en esa época, solo mayas e hindúes conocían el número cero. De manera que Dionisio hizo coincidir el nacimiento de Cristo con el año de la fundación de Roma en el 754. El historiador Flavio Josefo nos dice que Herodes murió después de un eclipse en la noche del 12 al 13 de marzo, un mes antes de la Pascua Judía. En el año 750 hubo un eclipse que coincide punto por punto con el relato de Josefo, por lo que, de momento, ya hay cuatro años de diferencia. De los cuatro Evangelios canónicos, solo los de Mateo y Lucas nos hablan muy someramente del nacimiento del Mesías. Los otros dos Evangelios, los de Marcos y Juan, nos presentan a un Jesús ya adulto. Mateo sitúa el nacimiento de Jesús en los días del rey Herodes el Grande quien ya había muerto cuando se dice que nació Cristo en el calendario occidental.

Lucas nos habla del edicto de César Augusto para que se empadronasen todos los judíos en su ciudad natal y de que Cirino era gobernador de Siria. Los censos tributarios realizados por Augusto fueron tres, uno en el año 28 a. C., otro en el 8 a. C. y el último en el 14 d. C. Por otra parte se sabe que Cirino fue gobernador no antes del 6 d. C., aunque desempeñó cargos desde los años 6 y 5 a. C. y quizá sea a estos cargos a los que se refiere Lucas. En definitiva, vemos que Mateo nos da una fecha para la natividad entre el 7 a. C. y el 5 a. C. Lucas da un margen más grande, del 8 a. C. al 14 d. C. El investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias, Mark Kidger, cree posible la fecha del 5 a. C., como año del nacimiento de Jesús. Otros sitúan el margen entre el año 8 y 6 de nuestra era. En lo que sí coinciden muchos investigadores es que esto ocurrió en la primavera o el verano, y no en una fría noche de diciembre cuando los pastores no realizaban sus labores en el campo y, según el Talmud, era el periodo del parto de las ovejas y los corrales estaban cerrados.

En la web, se encuentra abundante información respecto de la discusión que suscita la fecha de nacimiento de Jesús. Es así como, eexistieron 136 fechas distintas asignadas al nacimiento de Jesús. Los gnósticos iniciados resolvieron con suma sabiduría fijar la fecha de nacimiento de Jesús para el 24 de diciembre a las doce de la noche, es decir, para los primeros minutos del 25 del mismo mes. Así, en el calendario litúrgico conocido como Cronógrafo del 354 y compilado por Firius Dionisius Philocalus donde aparece por vez primera el 25 de diciembre como fecha del Natalis Invicti. Al principio se celebraban la Navidad y la Epifanía juntas, ya que se consideraba que Jesús nació y fue bautizado el 6 de enero, tradición que aún se conserva en algunas culturas.

Las razones por las que se propuso la fecha del amanecer del 25 de diciembre para el nacimiento del Señor, son más simbólicas y tienen una profundidad esotérica, que rebasa las raíces paganas que se le quieren atribuir.

Samael Aun Weor, en su obra: “Mensaje de Navidad 1966-67 (El Collar del Buda), explica que: “El Cristo, Señor nuestro, nacerá siempre dentro del humilde establo individual de todo iniciado preparado. La madre del Señor ha sido, es y será siempre la divina madre Kundalini, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes. Los reyes de la inteligencia, los tres reyes magos, los verdaderos genios, reconocerán siempre al Señor y vendrán a adorarle. El niño se verá siempre en grandes peligros; Herodes, el mundo, los tenebrosos, querrán siempre degollarlo. El bautismo en el Jordán de la existencia será indispensable, las aguas de la vida limpian, transforman, bautizan. La transfiguración interpreta con suma inteligencia la ley de Moisés, enseñando a las gentes y desplegando en su trabajo todo el celo maravilloso de un Elías”.

“El Señor vendrá a nosotros caminando sobre las olas embravecidas del mar de la vida. El Señor íntimo siempre establecerá el orden en nuestra mente y devolverá a nuestros ojos la luz perdida. El Señor interior multiplicará siempre el pan de la Eucaristía para alimento y fortaleza de nuestras almas. El Adorable, encarnado en el iniciado, predicará en las calzadas de esta gran Jerusalén del mundo, entregando a la humanidad el mensaje de la nueva era, y su rostro coronado de espinas, una y otra vez, quedará grabado para siempre en el paño de la Verónica. En la conciencia del iniciado habrá siempre eventos cósmicos formidables y, entre rayos y grandes terremotos del alma, el Señor siempre entregará su espíritu al Padre, exclamando: «Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu», y después el cuerpo al sepulcro se repetirá la resurrección a los tres días y medio”.

“El mito solar tiene dos aspectos: el primero representa la actividad cósmica del segundo Logos, en el amanecer de todo nuevo mundo que nace de entre el vientre de la gran Madre. El segundo aspecto viene a resumir la vida de todo individuo sagrado que se convierte en una encarnación del segundo Logos, el Cristo Cósmico. El héroe del mito solar ha sido siempre presentado en todos los tiempos como un hombre-Dios, y su vida se desarrolla y desenvuelve conforme a la carrera del Sol, que es el vehículo cósmico del Logos solar”.

“En el pasado, en los antiguos tiempos, el nacimiento de Mitra se celebró siempre con grandes regocijos en el solsticio de invierno. Horus, espíritu divino, hijo de Isis y Osiris, en el viejo Egipto de los faraones, nacía también en el solsticio de invierno”. Explica además el Buda Maitreya que: “En otro mito solar, el divino Salvador, el Cristo íntimo de todo individuo sagrado, nace siempre de entre el vientre de la Virgen inmaculada, la divina madre Kundalini; esto nos recuerda al niño Sol del 24 ó 25 de diciembre, avanzando, naciendo, caminando hacia el norte en instantes en que la constelación de virgo, la Virgen Inmaculada, brilla resplandeciente en el cenit”.

“Siempre el Sol, siempre el Cristo cósmico, en el cosmos o en el hombre, nace de entre las entrañas de la virgen madre Cósmica. Buda nace de una virgen llamada Mayadevi, de acuerdo con el drama cósmico sabiamente comprendido por los chinos iniciados. La muerte y resurrección del Señor, en el equinoccio de primavera, está tan ampliamente difundida como su nacimiento en el solsticio de invierno. En tal época moría Osiris en manos de Tifón, y se le representaba con los brazos extendidos como si estuviera crucificado. Por esa época llorábase cada año la muerte de Tammuz en Babilonia, y en Siria, por esa época del equinoccio de primavera, había también muchos lamentos sagrados, entonces se lloraba por Adonis, no solamente en Siría sino en Grecia también.

En Persia se celebraba la muerte de Mitra por la misma época del equinoccio de primavera. En todas las escuelas de misterios se representaba en forma dramática toda la carrera solar, desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección. El iniciado constituía su vida con el drama solar y se convertía de hecho en un individuo solar”.

Es así como en el siglo II, los cristianos solo celebraban la Pascua de Resurrección, desconocían la fecha del nacimiento de Cristo y les parecía irrelevante. El fundamento de esta conducta es muy explícito: no interesa la vida privada del Señor. Durante el papado (del 236 al 250) de san Fabián, fue sacrílego intentar siquiera determinar dicha fecha.

Otros analistas apuntan a que los primeros cristianos asociaron la fiesta hebrea de Janucá, que coincide con el solsticio de invierno; con el nacimiento de Cristo. Este argumento se basa en que fue hasta el año 274 d.C. a instancias del emperador Aureliano que la fiesta del Sol pasó a ser parte del Imperio, consagrando la autoridad del sol-invictus como culto oficial estatal dedicándole el campo de Marzio. Sin embargo, desde mucho antes los cristianos ya celebraban el nacimiento de Jesús en la fecha que conocemos hoy.

Janucá, era también llamada la fiesta de la Dedicación del templo, que el mismo Jesús conmemoró según el evangelio de San Juan 10:22-23: “Se celebró en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, en el pórtico de Salomón”.

Hay que resaltar que los primeros cristianos conmemoraban la fiesta Judía del Janucá (Hanukkah) o de las luces, como el Maestro había enseñado, por esas circunstancias fue que Teófilo de Antioquia, propuso entre los años 171 y 183 d.C. celebrar la natividad el 25 de kislev del calendario judío, que coincide con la fiesta luminaria, sabiendo que Jesús es la luz del mundo, y esa iniciativa fue acompañada por San Hipólito de Roma tomando como fecha la propuesta anterior, ello ocurrió aproximadamente en el año 204 de nuestra era.

 

El árbol de navidad

 

En todas las cosmovisiones, hay referencias a los árboles sagrados. Los árboles están profundamente arraigados a lo profundo de la Tierra y elevándose de la Tierra a los Cielos constituyen un símbolo espiritual en todas las culturas. En el Génesis hebraico se habla del Árbol de la ciencia del bien y del mal y del Árbol de la vida. “Había Jehová Dios hecho nacer de la tierra todo árbol delicioso á la vista, y bueno para comer: también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia del bien y del mal”. (Gn 2:9. Reina Valera 2009). El Árbol de la vida, aparece en todas las antiguas cosmovisiones. El concepto de un árbol de la vida es un mitema o arquetipo generalizado en las mitologías del mundo, relacionado con el concepto más general de árbol sagrado y, por lo tanto, en la tradición religiosa y filosófica de todo el mundo.

En la mitología nórdica, se venera el árbol Yggdrasil (o Yggdrasill), un fresno perenne: el árbol de la vida, o fresno del Universo. Sus raíces y ramas mantienen unidos los diferentes mundos. Para los mayas, el Árbol del mundo, es la Ceiba, la Ceiba Pentandra, árbol nacional de la república de Guatemala. En el Sintoísmo la Naturaleza es sagrada. Estar en contacto con la Naturaleza es estar cerca de los divinidad, y los objetos naturales son adorados como espíritus sagrados.Especialmente sagrado es el sakaki (Cleyera japonica), un árbol siempre verde que se encuentra en la mitología japonesa, la literatura y los rituales sagrados. En el Shinto la Naturaleza es sagrada. Estar en contacto con la Naturaleza es estar cerca de los divinidad, y los objetos naturales son adorados como espíritus sagrados. En Japón existen cientos de bosques sagrados repartidos por toda la gran isla cuidados y protegidos por monjes sintoístas herederos de una antigua tradición milenaria. En estos santuarios vivientes existen árboles longevos, especialmente sagrados, a los cuales se les considera y venera como Kami. Es raro encontrar un santuario Shinto que no tenga un árbol sagrado, los orígenes de los santuarios comenzaron con los árboles y su naturaleza simbólica puede permear la conciencia humana. El término Kami no designa a las divinidades como a seres absolutos creadores del mundo y de la vida ya que no marca una diferencia entre el Ser creador y lo creado. Las dos cosas son Creador y Creación a la vez. Como si se tratara de deidades personificadas al estilo de los dioses menores de la Grecia y Roma antiguas. Así pues, se denomina Kami a cualquier cosa que tenga un poder sobrehumano que pueda influenciar un gran conjunto de cosas. Los monjes que habitan estos bosques milenarios permanecen en un continuo contacto con sus Kami o árboles sagrados; son pues artífices de prácticas y cultos que perduran vigentes en la actualidad y poseedores de un vasto conocimiento vivo sobre el mundo espiritual de los árboles o llamado también el reino de los seres arbóreos. Finalmente, citaremos la acacia, que en el antiguo Egipto, fue el árbol sagrado de Hathor, diosa del amor y la belleza, y más tarde de Isis, diosa madre. En el Antiguo Testamento se dice que el Arca de la Alianza y el Tabernáculo de los hebreos estaban hechos de madera de acacia, árbol que para los hebreos representaba la inmortalidad del alma. Los masones lo consideran símbolo de pureza y entereza del alma, y plantaron una en el lugar donde fue asesinado Hiram, arquitecto del templo de Salomón.

Para entender el porqué de la veneración al árbol sagrado; es conveniente entender que todas las mitologías podemos explicarlas a la luz de la Gnosis, pero encontrándoles explicaciones dentro de nosotros mismos. Es innegable que el Árbol de la vida, que se encuentra al centro del paraíso, se halla dentro de nosotros mismos y se corresponde con nuestra columna vertebral.

En Europa existió desde muy antiguo un culto al árbol y al bosque en general. La dendrología tiene diversos orígenes, uno de ellos de clara influencia celta, pero su culto no era solo religioso, también tenía un significado en la vida social, política y legal. El roble era el árbol sagrado entre los celtas, el “árbol del solsticio” por excelencia que era adornado con manzanas y otras ofrendas. Y sus troncos eran quemados en diciembre para que cuidara los hogares con su fuego sagrado y guiara a los espíritus de los familiares fallecidos en su vuelta a casa. Este rito se conserva hoy día en los Pirineos aragoneses con la tradición de La Tronca, El Tió catalán o El Cepo de Nadal gallego, por citar solo unos cuantos. Sus cenizas servían para fertilizar los campos, curar heridas del ganado y como talismán benéfico contra toda clase de sortilegios. En el Antiguo Testamento también se habla de los árboles sagrados que eran utilizados para celebrar juicios y reuniones bajo sus copas. Los romanos colgaban máscaras del dios Baco en los pinos en sus ritos de fertilidad.

Curiosamente, son muchos los que creen que la tradición de adornar los árboles en Navidad es una costumbre moderna y separada de nuestras tradiciones populares, lejos de ello. Los ritos y tradiciones botánicas navideñas se pierden en la noche de los tiempos de la vieja Europa y son más antiguos que la propia tradición del pesebre.

Lo que ocurre es que, aunque los ritos son ancestrales, la documentación sobre el árbol de Navidad es mucho más reciente que la que se refiere al pesebre. En Alemania y Suecia son los protestantes los que potencian el árbol en contra del Belén o “nacimientos”, incluso se llegaron a inventar leyendas sobre el árbol con el propio Martín Lutero como protagonista. Aunque en la propia Alemania coexistieron el árbol de Navidad y el Belén durante mucho tiempo.

En obras literarias como las que conforman el círculo artúrico y en romances bretones muy antiguos se describen árboles adornados con luminarias, estrellas y coronados con un niño Jesús simbolizando el Sol. Charles Dickens en su primera novela Las Aventuras de Pickwick de 1837 no habla del árbol en su descripción de una Navidad campesina, pero en 1869 en sus Nuevas Historias de Navidad hace un prólogo con un ensayo sobre esta tradición. Goethe en Werther habla de un árbol adornado con golosinas y las figuras del pesebre colgando que el protagonista vio en 1765 en la ciudad alemana de Leipzig.

 

La falsa historia de Nemrod y Semiramis

 

A continuación, analizaremos uno de los argumentos falaces para promover el rechazo a la Navidad para que no sea celebrada. Se argumenta, por ejemplo, que el origen de la Navidad se remonta a uno de los descendientes del Noé bíblico. Se quiere asociar a Nimrod o Nemrod, “gigante cazador”, bisnieto de Noé y descendiente de Cam (Cham o Ham, según las versiones bíblicas), el hijo por el que Noé maldijo a Canaan, su nieto e hijo de Cam. Entre los atributos que se han inventado para Nimrod, está el de haber sido el “primer” ser humano que se convirtió en el Sol. Se entremezclan relatos similares a los de Edipo y su tragedia. Se pretende hacer ver, erróneamente, que Cam, también padre de Nimrod, se desposó con la emperatriz Semíramis.

Según las especulaciones que algunos partidarios de la anti Navidad sostienen, de la unión entre Cam y Semiramis, nació Nimrod o Nemrod. Decimos erróneamente, porque Nemrod, según la cronología bíblica, fue nieto de Cam (Cham), es decir, hijo de uno de los hijos de Cam: Cus (Chus) y no hijo de Cam. Vease al respecto, el capítulo 10 del libro de Génesis:

“Éstas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Châm y Japhet, á los cuales nacieron hijos después del diluvio. Los hijos de Japhet: Gomer, y Magog, y Madai, y Javán, y Tubal, y Mesech, y Tiras. Y los hijos de Gomer: Ashkenaz, y Riphat, y Togorma. Y los hijos de Javán: Elisa, y Tarsis, Kittim, y Dodanim. Por éstos fueron repartidas las islas de las gentes en sus tierras, cada cual según su lengua, conforme á sus familias en sus naciones. Los hijos de Châm: Cush, y Mizraim, y Phut, y Canaán. Y los hijos de Cush: Seba, Havila, y Sabta, y Raama, y Sabtechâ. Y los hijos de Raama: Sheba y Dedán. Y Cush engendró á Nimrod, éste comenzó á ser poderoso en la tierra. Éste fué

vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. Y fué la cabecera de su reino Babel, y Erech, y Accad, y Calneh, en la tierra de Shinar. De aquesta tierra salió Assur, y edificó á Nínive, y á Rehoboth, y á Calah, Y á Ressen entre Nínive y Calah; la cual es ciudad grande”. (Gn 10: 1-12, Reina Valera 1909)

En esa ficción arreglada por los promotores de la anti Navidad, se afirma que Nemrod, mató a Cam y luego se desposó con su madre, Semiramis. Estos datos manipulados, no aparecen en el relato bíblico y no tienen bases históricas. Son producto de la especulación, de acomodar a conveniencia datos históricos, de adulterar historias y mezclarlas antojadizamente con leyendas e incluso mitos de honda fundamentación cosmogónica. Cam, el abuelo de Nemrod, fue el hijo por el cual Noé maldijo a su descendiente Canaan, tal como se narra en Génesis:

“Y comenzó Noé á labrar la tierra, y plantó una viña: Y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. Y Châm, padre de Canaán, vió la desnudez de su padre, y díjolo á sus dos hermanos á la parte de afuera. Entonces Sem y Japhet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. Y despertó Noé de su vino, y supo lo que había hecho con él su hijo el más joven; Y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será á sus hermanos”. (Gn 9: 20-26, Reina Valera 1909) Una de las interpretaciones a este hecho y del por qué fue maldecido Canaán, hijo de Cham (Cam), fue porque Cam sodomizó a su padre, Noé.

En Wikipedia, se lee que: algunos eruditos han sugerido que Cam pudo haber tenido cópula con la esposa de su padre. Bajo esta interpretación, Canaán es maldecido como el «producto de la unión ilícita de Cam». Es así como en los Haftarot del libro de Génesis (Bereshit) con traducción, supervisión y selección exegética del rabino Marcos Edery, publicado por Editorial Sinai de Tel Aviv, se explica que: «En cuanto a las palabras que dice la Escritura “… lo que le hizo su hijo, el pequeño” los midrashim y algunos comentaristas creen que esto hace referencia no a la burla o a la risa que habría provocado la desnudez de Noah a su hijo sino a algún otro acto sexual abominable que la Toráh encubre y no explicita”.

El esquema cronológico del Libro de los Jubileos estima que Cam nació en el año 1209 A.C- dos años después de Sem, tres antes de Jafet y 99 antes del diluvio. Da el nombre de su esposa: Na’eltama’uk quien también sobrevivió al diluvio. De nuevo se evidencia el manipuleo y la tergiversación en el análisis anti Navidad. Cam, según la Historia, no estuvo casado con Semíramis y no fue padre de Nemrod.

Si bien es cierto, hay leyendas que asocian a Nemrod, con Osiris, las leyendas más aceptadas sostienen que fue el constructor de la torre de Babel, fue promotor de la idolatría, el arquetipo del monarca rebelde a los mandatos divinos y modelo de despotismo. Asimismo que murió víctima de un animal salvaje. Recordemos que, según la Biblia, fue un poderoso cazador. Por otro lado: una leyenda hebrea indica que fue enemigo de Abraham, a pesar que, los tiempos que vivieron en Mesopotamia se sucedieron con diferencia de unas siete generaciones.

La Biblia no menciona ningún encuentro entre Nemrod y Abraham. Tal cosa es poco probable, pues hay una diferencia de siete generaciones entre ellos. Abraham nació alrededor del año 2000 a. C., mientras que Peleg, de quien menciona la Biblia nació poco después de que Dios confundiera las lenguas en la Torre de Babel (Génesis 10: 25); por lo que Nemrod, según la cronología de analistas contemporáneos, nacería unos 200 años antes que Abraham. Nemrod era bisnieto de Noé, en tanto que Abraham está separado de Noé por diez generaciones (Génesis 10,11). Sin embargo, tradiciones judías tardías los ponen enfrentándose.

Estas tradiciones aparecen por primera vez en los escritos del Pseudo-Philo (Van Der Toorn y Van Der Horst 1990, p. 19), continúa en el Talmud y va a través de escritos rabínicos de la Edad Media. En general, estas versiones presentan a Nemrod como un hombre opuesto a Dios. Algunas señalan que se autoproclamó un dios y que fue adorado por sus súbditos. Se dice también que fue el primer monarca y conquistador de la antigüedad. A Nemrod también se le atribuye la construcción de las primeras metrópolis que existieron en el mundo después del Diluvio, iniciando la tendencia por la que los seres humanos abandonan el campo y se alejan del contacto con la Naturaleza y prefieran vivir apiñados en ciudades. En algunas ocasiones la leyenda de Nemrod, se entremezcla con la de Nino, el mítico fundador de Nínive.

Según la leyenda, una señal en los astros anunció a Nemrod y a sus astrólogos el nacimiento de Abraham, quien pondría fin a la idolatría. Así que Nemrod ordenó matar a todos los niños recién nacidos. Sin embargo, la madre de Abraham escapó y dio a luz secretamente. Algunas versiones la sitúan dando a luz en el campo, donde pasta el ganado, otras, en un establo. Estas leyendas relacionan de manera inequívoca el drama del nacimiento de Abraham, el patriarca fundador del linaje de Israel, con la natividad del Señor.

Al crecer Abraham se enfrentó a Nemrod y le instó a que desistiera de su idolatría, por lo que Nemrod mandó que fuera quemado. Algunas versiones dicen que se reunió madera durante cuatro años para quemar a Abraham en la hoguera más grande que jamás se hubiera visto. En todas, Abraham es echado al fuego y sale caminando.

En algunas versiones, Nemrod declara la guerra a Abraham. Nemrod se presenta mandando un enorme ejército, pero Abraham trae una multitud de insectos que destruye el de Nemrod. Algunas versiones dicen que un mosquito entró hasta el cerebro de Nemrod volviéndole loco. Una leyenda similar a una de las plagas de Egipto previas al Éxodo.

Otra leyenda plantea que Abraham se negó a adorar la estatua de Nemrod, por lo que fue echado en un horno de fuego. Esta leyenda, es similar al relato bíblico narrado en el libro de Daniel, cuando cuatro israelitas se negaron a adorar la estatua de oro de Nabucodonosor y fueron echados a un horno de fuego ardiendo: “Hablando y diciendo al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, pusiste ley que todo hombre en oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, se postrase y adorase la estatua de oro: Y el que no se postrase y adorase, fuese echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Hay unos varones Judíos, los cuales pusiste tú sobre los negocios de la provincia de Babilonia; Sadrach, Mesach, y Abed-nego:”

“Estos varones, oh rey, no han hecho cuenta de ti; no adoran tus dioses, no adoran la estatua de oro que tú levantaste. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen á Sadrach, Mesach, y Abed-nego. Al punto fueron traídos estos varones delante

del rey. Habló Nabucodonosor, y díjoles: ¿Es verdad Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que vosotros no honráis á mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? Ahora pues, ¿estáis prestos para que en oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, os postréis, y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo: ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos? Sadrach, Mesach, y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: no cuidamos de responderte sobre este negocio. He aquí nuestro Dios á quien honramos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará”.

“Y si no, sepas, oh rey, que tu dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la estatua que has levantado. Entonces Nabucodonosor fué lleno de ira, y demudóse la figura de su rostro sobre Sadrach, Mesach, y Abed-nego: así habló, y ordenó que el horno se encendiese siete veces tanto de lo que cada vez solía. Y mandó á hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen á Sadrach, Mesach, y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, y sus calzas, y sus turbantes, y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y porque la palabra del rey daba priesa, y había procurado que se encendiese mucho, la llama del fuego mató á aquellos que habían alzado á Sadrach, Mesach, y Abed-nego. Y estos tres varones, Sadrach, Mesach, y Abednego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantóse apriesa, y habló, y dijo á los de su consejo:

¿No echaron tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Es verdad, oh rey. Respondió él y dijo: He aquí que yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún daño hay en ellos: y el parecer del cuarto es semejante á hijo de los dioses. Entonces Nabucodonosor se acercó á la puerta del horno de fuego ardiendo, y habló y dijo: Sadrach, Mesach, y Abed-nego, siervos del alto Dios, salid y venid. Entonces Sadrach, Mesach, y Abed-nego, salieron de en medio del fuego. Y juntáronse los grandes, los gobernadores, los capitanes, y los del consejo del rey, para mirar estos varones, como el fuego no se enseñoreó de sus cuerpos, ni cabello de sus cabezas fué quemado, ni sus ropas se mudaron, ni olor de fuego había pasado por ellos”. (Dn 3:10-27. Reina Valera 1909).

Vestigios de la leyenda de Abraham en el horno ardiendo aparecen en Nehemías 9,7, donde el traductor de la Vulgata traduce el original “Ur de los caldeos” (de donde el Señor llamó a Abraham) por “fuego de los caldeos”. Estas leyendas de Abraham, son de por sí, suficientes para desvirtuar la relación de Nemrod con Osiris. Más bien se asocia a Herodes, Seth, Kansa, Wukub kakix y a todos los enemigos de los dioses solares.

El nombre de Nemrod no se ha visto todavía entre los hallados en las inscripciones cuneiformes, y los intentos hechos por los asiriólogos para identificarlo con personajes históricos o legendarios conocidos para nosotros a través de esas fuentes descansan sobre conjeturas. Este es el caso de Nino, un antiguo rey de Asiria. Algunas leyendas vinculan a Nemrod, con Nino o Ninus y de quien se dice que durante el asedio a la ciudad de Bactriana, conoció a la esposa de su oficial Menón, Semíramis, de quien se enamoró y desposó tras forzar el suicidio de su marido. Algunas leyendas narran también que tiempo después, Semiramis se deshizo de Nino. Sin embargo, según historiadores, no coinciden las fechas en las que vivieron Nemrod y Nino, cónyuge de Semíramis.

Semíramis

Semíramis, es identificada por algunos como la reina asiria Sammuramat, no aparece en los relatos bíblicos. Sin embargo, entre las referencias a ella, es nombrada en La Divina Comedia como emperatriz de mucha gente y desenfrenada en el vicio de la lujuria. Según Dante, promulgó el placer como lícito entre sus leyes para librarse de la infamia en la que había caído. De ella, en algunas leyendas se dice que dio de mamar a Nino y llegó a ser esposa suya. Según la tradición, Nino, fue hijo del demonio Baal.

Según una leyenda, Semíramis fue hija de una diosa siria llamada Derceto, de rostro de mujer y cuerpo de pez, que la abandonó en el desierto para que pereciese. Unas palomas se cuidaron de alimentarla y un pastor llamado Simas la recogió.

Según la Historia, Semiramis, años después, fue la fundadora del reino babilónico. Cuando tuvo la edad suficiente se casó con Oannes, oficial de Nino y gobernador de Siria, a quien siguió en la campaña emprendida por aquel monarca. Determinó por su valor la toma de Bactres y poco tiempo después se casó con el mismo Nino, de quien se desembarazó más tarde haciéndole asesinar. Dueña absoluta del imperio asirio, fundó o reedificó en los pantanos del Éufrates la más bella y célebre ciudad de Oriente y del mundo, Babilonia, a la que rodeó de muros y de fortificaciones inmensas y adornó con palacios suntuosos y jardines pensiles que se han colocado entre las maravillas del mundo.

Enseguida, dieron comienzo sus famosas conquistas y las expediciones que parecían una marcha triunfal a través de Asia. Media, Persia, Armenia y Arabia, países ya subyugados por Nino pero que habían recobrado su independencia, fueron sometidos de nuevo. Poco tiempo después incorporó a su reino Egipto, Libia y toda el Asia hasta el Indo, y después de un reinado glorioso de cuarenta y dos años renunció a la corona en favor de su hijo Ninias.

Otra leyenda dice que Semíramis desapareció del mundo, siendo transportada al cielo en forma de paloma. Por otro lado: no hay evidencia histórica de que el hijo de Semiramis haya sido Tammuz, como tampoco que se pueda asociar a esta con Inanna o Ishtar; salvo en los estudios de los defensores de la Anti navidad. Así que, nuevamente, el manipuleo de la leyenda es evidente para intentar desviar la atención de las personas y confundirlas, para que no celebren Navidad. Samael Aun Weor, la menciona brevemente, pero en varias obras. Así, en el capítulo titulado: “El cáliz y la lanza” de su Mensaje de Navidad 1970, titulado: El Parsifal develado, explica que: “Se nos ha dicho que el gran cáliz estuvo en poder de Abraham; se nos informa que Melquisedec, el Genio de la Tierra o Changam -como también se le llama-, lo llevó del país de Semíramis a la tierra fecunda de Canaán”.

Similar explicación da en el capítulo titulado: La resurrección de su “Mensaje de Navidad 1972”, titulado: Las tres montañas: “El gran cáliz fue poseído por el patriarca Abraham; Melchisedek, el Genio planetario de nuestro mundo, lo transportó con infinito amor del país de Semiramis a la tierra de Chanaam, cuando inició algunas fundaciones en el lugar que más tarde estuvo Jerusalén, la ciudad querida de los profetas; lo utilizó sabiamente cuando celebró el sacrificio en que ofreció el pan y el vino de la transubstanciación en presencia de Abraham, y se lo dejó a este maestro. También estuvo este vaso santo en el arca de Noé…” Y, confirmando lo afirmado por el Dante, en el capítulo titulado La Luna, del “Mensaje supremo de Navidad 1967”, “Los cuerpos solares”, explica que: “La infrasexualidad es el fundamento de la perversa magia lunar. La infrasexualidad reina soberana en las regiones sub-lunares del reino mineral sumergido. En las regiones sub-lunares encontró Dante a la lujuriosa Semíramis, aquella emperatriz que permitió en sus leyes todo lo que excitaba el placer, y de quien se lee que sucedió a Nino y fue su esposa y reinó en la tierra de un antiguo sultán”.

Asimismo afirma en el capítulo titulado Mortalidad e inmortalidad de su “Mensaje de Navidad 1969”, Mi regreso al Tíbet: “Vienen en pos las cortesanas lujuriosas del Lacio, los vates bohemios y degenerados, las doctas greyes hipócritas y perversas, los cerdos materialistas enemigos del eterno. Y en el fulgor de la segur que esgrime contra el mísero mortal la Parca inexorable, nuncio no ven de tránsito sublime, ni entienden voz que de espiritualidad les hable. ¡Ved allí a la famosa emperatriz Semíramis tratando de saciar la sed de su lujuria!”

En forma similar afirma en el capítulo VI de su “Mensaje de Navidad 1973”, titulado: Sí hay infierno, sí hay diablo, sí hay karma, al referirse al segundo círculo dantesco: “Allí encontramos a la emperatriz Semíramis, terrible fornicaria que estableció en su país leyes que favorecieron las pasiones animales”. De manera que, sus atributos en nada se asemejan a los de la virgen María, Isis, Devaki, Ixquic u otra doncella asociada al culto solar.

Es de advertir, sin embargo, que entre los relatos parcialmente leyenda y parcialmente mitológicos, se esconden verdades cósmicas que trascienden a humanas personalidades. No es posible leer los libros sagrados de la humanidad en forma literalista, a la letra muerta. Este es el caso de los libros del Antiguo Testamento hebreo, en particular, el Génesis u otro relato bíblico. Es preciso, leer entre líneas y comprender que más allá de historias de personas, hay hechos de clanes, tribus, naciones y hasta eras o razas. Reconocido es que Noé fue uno de los grandes patriarcas bíblicos. De él nacieron muchas naciones. Así, de Cam, su hijo, se dice que fue el padre de cuatro hijos de quienes surgieron diversos pueblos. Sus descendientes son interpretados por Moisés, Flavio Josefo y otros como habitantes de África y partes adyacentes de Asia. La Biblia se refiere a Egipto como «la tierra de Cam», muy cercano al antiguo nombre egipcio para estas tierras, “las tierras de Kem”, que los egiptólogos europeos la tradujeron como «la tierra negra», el «fértil barro del Nilo que prolonga la vida», por oposición al color ocre, rojo del desierto, “la tierra del color rojo”. La tierra de Kem, correspondía a aquella zona en la que las tierras eran fértiles por efecto de los limos negros depositados tras las crecidas anuales del río Nilo, arteria vital de la civilización del Antiguo Egipto. Algunos afirman que de allí viene el nombre de alquimia o alkeme, que nos recuerda al primero de los cuatro colores de la gran Obra alqumista. Algunos de estos lugares, son: Canaán, Mizraim (Egipto) y otros pueblos africanos como Cus (Etiopía) y Fut; Flavio Josefo creía que Fut era Libia. Ya que abordamos el asunto de los cuatro colores de la gran Obra, algunos analistas asocian a los cuatro hijos de Noé, con las cuatro grandes razas o etnias humanas: la europea, asiática, africana y americana; cada una representativa de uno de los colores de la Alquimia: negro, blanco, amarillo y rojo, que singularmente se relacionan con los cuatro reyes magos y con los cuatro ríos de Xibalbá en el Popol Wuj.

Otro de los aspectos del falso relato de la muerte de Cam a manos de Nemrod, su nieto y no su hijo, como ya lo advertimos se asemeja a la tragedia griega de Edipo, de quien el oráculo anunció a sus padres que siendo adulto mataría al padre y se casaría con la esposa.

El Talmud deduce dos posibles explicaciones para la maldición de Cam. Una atribuida al Rabí Samuel y de la cual, ya la consideramos, relativa a que Cam sodomizó a Noé. La otra, atribuida a Rab, quien afirma que para justificar la maldición. Cam castró a Noé con base a que, como Noé maldijo a Cam por su cuarto hijo Canaán, Cam debe haber lesionado a Noé con respecto a un cuarto hijo. Emasculando así privó a Noé de la posibilidad de un cuarto hijo.

En Wikipedia, se lee: “Se ha aducido que ver desnudo el padre es un eufemismo para un acto de sodomía, gravemente castigado en la época, como se puede comprobar en el relato de Sodoma y Gomorra.

Por tanto Cam habría mantenido relaciones sexuales prohibidas con su padre —añadiendo el incesto— a la transgresión aprovechando que él no se podía defender por estar inconsciente, lo habría llevado, pues, a pecar contra su voluntad. Determinadas traducciones del pasaje, de hecho, sustituyen el verbo «ver» por otras palabras relacionadas con el sexo. Una variante aduce que le habría castrado, en analogía a los relatos de varias mitologías donde el hijo castra el padre, como el caso del griego Crono. El hecho de no poder engendrar nuevos hijos hace que Noé maldiga el hijo de Cam y su descendencia”.

Esta leyenda, a escala cosmológica, recuerda la guerra entre dioses y titanes en la Arcadia y las luchas, primero entre Cronos (Saturno) y su padre, Urano y más tarde, entre Zeus y su padre Cronos. En el caso del mito de Urano, se dice que su hijo Cronos, lo destronó castrándolo con una hoz o guadaña. Según la Teogonía de Hesíodo, Urano, luego de haber engendrado a sus hijos, los retenía en el vientre de Gea, su esposa y madre de Cronos y los Titanes, impidiéndoles que vieran la luz. Gea urdió un plan para liberar a sus hijos. Fabricó una hoz de pedernal y Cronos la usó para castrar a su padre. Así pudieron salir del vientre de Gea, De la sangre o semen de Urano, surgieron los míticos gigantes y otros seres. Cronos, era para los clásicos, también dios de la cosecha.

Tiempo después, Cronos, se casó con Rea y supo por parte de su madre Gea (la Tierra), que sería derrocado por uno de sus hijos. De modo que cada vez que nacía uno de sus hijos, se los tragaba tan pronto como nacían.

Ese fue el caso de Deméter, Hera, Hades, Hestia y Poseidón. Cuando iba a nacer Zeus, Gea y Rea urdieron un plan para salvarlo. Rea dio a luz en secreto a Zeus en la isla de Creta y entregó a Crono una piedra envuelta en pañales, también conocida como Ónfalos, que este tragó enseguida sin desconfiar creyendo que era su hijo. Rea mantuvo oculto a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta.

Según algunas versiones del mito, Zeus fue criado por una cabra llamada Amaltea, mientras una compañía de Curetes o Coribantes, bailarines armados, gritaban y daban palmadas para hacer ruido y que así Crono no oyese los llantos del niño. Zeus fue criado por su abuela Gea; por una ninfa llamada Cinosura, a quien en agradecimiento Zeus subió entre las estrellas tras su muerte; o por Melisa (la ninfa que descubrió la miel de las abejas), hija de Meliseo, rey de Creta que junto a sus hermanas Ida y Amaltea escondieron al pequeño Zeus en una caverna del monte Ida, en la Isla de Creta y lo alimentaron con miel y la leche de Amaltea. Cuando Zeus creció, según algunas leyendas, dio a beber un vomitivo a Cronos, que propició que vomitara a sus demás hijos. Tiempo después, estos, combatieron contra Cronos y los titanes y los vencieron.

De estos mitos hay reminiscencias en los relatos bíblicos con las leyendas de los Nephilim, los gigantes bíblicos, descritos también en el libro de Enoc y que nos hablan de los grandes períodos por los que pasó la humanidad y los cambios de eras, grandes períodos de tiempo o aeones. Muy alusivo resulta el apodo o alias de Nemrod, como “gigante”. En la Biblia hebrea, hay relatos de relaciones maritales que leídas a la letra muerta dan evidencia de “incestos”, como el caso de Abraham y Sara, quienes fueron hermanos y esposos, en forma similar a otras parejas de hermanos esposos, como Isis y Osiris en Egipto, Deméter y Dionisos en Grecia y Junajpú e Ixbalanqué, en el Popol Wuj y en el mismo Génesis bíblico, se repite en Rebeca e Isaac. Pero más difícil resulta la historia de las hijas de Lot que después de la destrucción de Sodoma y Gomorra, deciden embriagar a su padre para cohabitar con él. Relato casi imposible de entender a la letra muerte. Sin embargo, si explicable a escala individual. En el Gnosticismo universal, los mitos, el mito solar y los relatos bíblicos, pueden interpretarse a escala cosmogónica o microcósmica. En el microcosmos hombre, se relaciona con el Padre interno, el Íntimo y sus dos hijas, el alma humana y el alma divina.

Ambas deben fusionarse o casarse con su dios interno, después de un largo proceso de purificación alquimista. La historia del rey David y su relación “ilícita”, con Bethsabé, resulta igualmente incomprensible. De esa unión habría de nacer el rey Salomón. De esto da cuenta el capítulo 11 del segundo libro de Samuel. No puede obviarse también el lado benévolo de Semiramis en la leyenda, que al final, la equipara a una paloma, la paloma sagrada del Espíritu Santo. En este sentido, no hay que olvidar los aspectos positivo y negativo de la Madre Divina.

 

El culto a la Diosa

 

Citaremos a continuación párrafos de la obra de Alan Butler: “La Diosa, el Grial y la Logia –Rasteando los orígenes de la religión”, para refutar de manera contundente, el error histórico que significa negar la divinidad femenina, representada en particular en la virgen María y en general, en todas las deidades femeninas, que en primera instancia, recuerdan el papel protagónico de la mujer, como abuela, madre, esposa, hermana, hija y a escala mayor, a la madre Naturaleza, a la madre Tierra, Gaia, Pachamama y a la madre universal, la Prakriti, el Barbelo de los gnósticos.

“El Judaísmo del cual deriva el cristianismo se basa en un modelo patriarcal de creencias; es decir, al menos en lo relativo a Dios, está orientado hacia lo masculino. De esta cualidad participa también la más reciente de las grandes religiones del mundo, el islam, con el que comparte raíces. Otra de las más importantes religiones del planeta, el hinduismo, si bien tiene diosas, es también  básicamente patriarcal por naturaleza. Si tenemos en cuenta esto, además de los millones y millones de fieles que siguen estas religiones, podríamos terminar aceptando que el ser humano muestra una clara tendencia a creer en una Divinidad masculina.

Sin embargo, por natural y por aceptada que pueda parecer en la actualidad una religión centrada en un «Dios», hay gran cantidad de evidencias arqueológicas y culturales que demuestran que las cosas no siempre fueron así, al menos en lo que se refiere a Europa… Las evidencias históricas demuestran de modo concluyente que durante decenas de miles de años, antes de la llegada de los pueblos de lengua indoeuropea, durante la fase final de la Edad de Piedra y durante toda la Edad del Bronce, no fue un Dios, sino una Gran Diosa, la que reinó suprema en la religión europea”..

La Diosa serpiente minoica

“En la actualidad se acepta en general que las creencias religiosas minoicas se centraban en una única Gran Diosa que tenía muchas manifestaciones, como por ejemplo, Diosa de la agricultura, Diosa del Parto, Diosa de los muertos, etc., aunque en última instancia estas no eran más que manifestaciones alternativas de la deidad principal. El mito de la creación de la Creta minoica es cíclico y perpetuo. En éste, la Diosa que es eterna, da a luz a un hijo, que es conocido como el joven Dios. El Joven Dios crece hasta que llega a la madurez y se convierte en consorte de la Diosa, momento en el cual se convierte en el Viejo Dios. Éste se une carnalmente a la Diosa, la cual da a luz a nuevo hijo, el Joven Dios. En esta ocasión el Viejo Dios debe morir, y el ciclo comienza de nuevo”.

“La religión minoica apunta con claridad a un origen ciertamente «primitivo» que también se puede ver en la primitiva religión egipcia y en la sumerio-babilónica. De hecho, en todas partes se pueden encontrar sombras de ello, como en nuestras antiguas creencias religiosas. La Gran Diosa «es» la Tierra, que, en su fertilidad, da a luz cada año a una nueva descendencia. Simbólicamente, esa descendencia guarda relación con los cereales, como el trigo y la cebada. El Joven Dios «es» ese grano, y alcanza la madurez antes de ser segado para hacer pan y cerveza.

Pero, evidentemente, es «su» simiente, ahora como Viejo Dios, la que vuelve a la tierra para generar la cosecha del año próximo. El Joven Dios no puede nacer si el Viejo Dios no muere. Se pueden encontrar tales «mitos vegetales» en la historia griega de Deméter y Dionisoi, en las fábulas egipcias relativas a Isis y Osiris, y en docenas de ejemplos más”. [Alan Butler, La diosa, el grial y la logia –Rastreando los orígenes de la religión: (Barcelona. Obelisco. 2004), 22,23]

La Diosa Isis

“Una vez aparecida la escritura, nos encontramos con aspectos de la Gran Diosa en todas las culturas alfabetizadas, aspectos nacidos de innumerables generaciones de tradición oral. En la antigua Grecia, la Diosa tuvo muchos nombres y rostros. Esto se debe en parte al hecho de que cada una de las regiones que comprendían la confederación que formaba la antigua Grecia contribuyó de algún modo a su panteón religioso definitivo. Egipto tuvo también multitud de diosas, pero ninguna personificó tan adecuadamente a la original diosa neolítica de la Tierra como la más importante de las deidades femeninas egipcias, Isis”.

“Isis conocida también como Ast, era una de las más antiguas deidades, entre los muchos dioses y diosas a los que los egipcios llegarían a dar culto. Se la representa invariablemente como una mujer que lleva un centro de papiro. Porta una corona con dos cuernos, entre los cuales se aprecia un disco. A veces, se ve a Isis con unas alas radiantes, alas que mueve para devolverle la vida al cuerpo de su marido y hermano asesinado, Osiris”.

“Su historia es una historia de dolor, pero con final feliz. Este hecho, en sí mismo, podría ser en parte responsable de la popularidad de su culto. Con el tiempo, se difundiría más allá de las fro0nteras de Egipto a todo el mundo conocido. Los expertos suelen decir de Isis que «evolucionó a partir de una forma muy primitiva del espíritu de los cereales. El principal reclamo de su fama en la historia de Egipto es la lealtad y el amor que mostró por Osiris, con quien su propia historia está íntimamente entrelazada”.

“Isis tenía muchos nombres y regía muchas ocupaciones humanas. Se la acepta en todo Egipto y más allá de sus fronteras como diosa de las cosechas y de los alimentos en general. Su estación era la primavera. Esta es la época en que las semillas que duermen en la tierra comienzan a germinar. Es el comienzo del proceso que lleva a la abundancia final del otoño”. [Alan Butler, La diosa, el grial y la logia –Rastreando los orígenes de la religión: (Barcelona. Obelisco. 2004), 39,40]

Isis y Osiris

“Isis estaba casada con Osiris, una deidad igualmente antigua. El culto de Osiris era ciertamente anterior a cualquier registro escrito en Egipto: y, dado que la escritura se instaló muy pronto en esta civilización, es casi seguro que los primeros habitantes del fértil valle del Nilo trajeron con ellos algo de Isis y de Osiris. El punto esencial del mito de Osiris es que moría y renacía de forma cíclica, mostrando un claro paralelismo con el joven dios y el viejo dios minoico. La historia de Osiris es, a este respecto, al menos, casi idéntica a la de los griegos Adonis y Atis. En cada caso, la muerte del dios es llorada por una diosa que se esfuerza por devolverle la vida a su consorte. Los egipcios creían que Osiris le había enseñado a la humanidad a sembrar y a cosechar los cereales por lo que comparte con Isis su asociación con la vida vegetal. Y esto quizá se deba a la importancia que daba la naciente humanidad a estos asuntos. La posición de Osiris como dios de los cereales que es sacrificado refleja un tema que nos veremos obligados a examinar una y otra vez incluso dentro del contexto cristiano”.

“Osiris era el hijo de Nut, una gran diosa del cielo, y de Ra, deidad principal de los egipcios. Osiris fue un dios justo y poderoso que gobernó con sabiduría las tierras de Egipto. Él civilizó a las gentes de los dos reinos, y les enseñó los rudimentos necesarios para que pudieran crearse un maravilloso hogar en el vallo del Nilo”.

“Aunque todo el mundo amaba a Osiris, éste tenía un enemigo: el dios Set. Set decidió dar muerte a Osiris y, para ello, recurrió a la astucia. Set hizo que le construyeran un hermoso sarcófago con las dimensiones exactas para albergar el cuerpo de Osiris. Después de invitar a muchas deidades a un fabuloso festín, Set hizo sacar el ataúd y persuadió a todos los invitados para que, por turnos se metieran en él y lo probaran. Cuando le llegó el turno a Osiris y éste se metió en el sarcófago, Set y sus esbirros cerraron rápidamente la tapa, sellaron las juntas con plomo fundido y lo espués en las orillas dando varado mucho tiempo después en las orillas de Biblos, enredado entre las ramas de un arbusto de tamarisco. Con el tiempo, el tamarisco se convirtió en un árbol, y el ataúd de Osiris se quedó encerrado en su tronco. Tan hermoso era el árbol que Melcanthus, rey de Biblos, hizo que lo talaran con el fin de hacer con él un pilar para su palacio, sin saber que el cuerpo de Osiris estaba en su interior”.

“Mientras tanto, Isis que había tenido noticias ya del asesinato a traición de su marido, salió precipitadamente hacia Biblos. Disfrazada de criada tomó a su cargo a un infante real, consiguiendo así ser admitida en el palacio, aunque con el tiempo se identificaría como la diosa que era. Abrieron el tronco del árbol y apareció el sarcófago e Isis se lo llevó de vuelta a Egipto por mar, para luego ponerse en camino con el fin de buscar a su hijo Horus. Pero, mientras ella estaba lejos, Set llegó al lugar en donde se encontraba Osiris y descuartizó su cuerpo en catorce pedazos, que posteriormente esparció por todos el país”.

“Al enterarse de lo que había ocurrido, Isis volvió precipitadamente y se puso a bontró todos salvo el falo, que segundo. Los encontró todos salvo el falo, que según dicen algunas historias, sustituyó por un falo hecho con cera de abejas. Osiris recobró la vida gracias a su fiel hermana y esposa Isis. El hijo de ambos, Horus, se tomaría cumplida venganza de Set una vez alcanzada la madurez”.

“Otras versiones de la historia dicen que Osiris nunca recuperó la vida, sino que se convirtió en rey de los muertos. La batalla entre Horus y Set proseguiría eternamente y sólo cuando Horus venza Osiris podrá Osiris recuperar su legítima posición como rey de Egipto. Mientras tanto, todos los faraones del antiguo Egipto asumieron aspectos de su personalidad y se convertirían «mágicamente» en Osiris durante el tiempo de sus reinados. Ellos eran el Osiris renacido, legatarios del ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento”.

“Es posible ver en esta historia un tema recurrente que está presente en casi todas las civilizaciones. Existe una canción popular inglesa, llamada «John Barleycorn» (que podría traducirse como “Juan Cebada”). Que en esencia narra un relato similar. La canción habla de las pruebas y de las tribulaciones por las que tuvo que pasar John Barleycom. En los versos iniciales de la canción a John se le derriba, se le golpea violentamente y se le asesina. Se supone que el que escucha la canción no se da cuenta, hasta el último verso, de que la letra habla del cereal de la cebada. La última línea deja claro que, después de ser derribado, golpeado y muerto, John Barleycom siempre vuelve a levantarse”.

“La historia de Isis y Osiris es una historia anual. En su forma original, el desmembramiento del cuerpo de Osiris era sinónimo de la siega, la trilla y la molienda del grano. En este contexto, Isis es la misma Madre Tierra. Sólo ella tiene el poder para tornar el grano y hacer que surja una nueva cosecha, para que Osiris, el grano dorado, pueda vivir de nuevo”. [Alan Butler, La diosa, el grial y la logia –Rastreando los orígenes de la religión: (Barcelona. Obelisco. 2004), 40-42]

Deméter, Perséfone y Dionisos

“Existen grandes similitudes entre esta historia y el relato del griego Dioniso. Dioniso es una deidad compuesta, pero también tiene un fuerte vinculado con la vegetación. Originalmente, asimismo le debía su existencia al culto de los cereales. Los relatos que existen en torno a él son muchos y variados, pero hay un tema subyacente similar al de los mitos de Osiris”.

“A Dioniso se le hacía pasar en ocasiones como hijo de Perséfone que de por sí podría equipararse a su madre Deméter. Estas dos deidades son las homólogas griegas de la egipcia Isis. En otras versiones del relato, Dioniso aparece casado con Perséfone o incluso con Deméter. Pero en todas las historias Dioniso caía en manos de sus enemigos y era asesinado de una forma horripilante. Era desmembrado y su cuerpo era cocido, asado y comido. Su esposa/madre/hermana se las ingeniaba de algún modo para reunir de nuevo todas las partes, y él dios terminaba siendo reconstruido. La única parte de su anatomía que escapaba a la indignidad del resto de partes de su cuerpo era su pene”.

“La alusión fálica de la historia llevó a una ceremonia anual en la cual las mujeres griegas desfilaban con cestas en la cabeza. En esas cestas se ponía una representación del pene de Dioniso, tallado en madera de higuera. Hay aquí un juego de alusiones sexual, pues el fruto de la higuera tiene un gran parecido con la vagina femenina”.

“Una sugerente similitud entre las historias de Osiris y de Dioniso se halla en el hecho de que en ambas se hace mención específica del pene. En algunas versiones de los relatos egipcios, Isis encuentra primero el desmembrado falo de Osiris. En la versión de Dioniso, su falo sobrevive al intento de los villanos de destruir por completo el cuerpo del dios”.

“Hay incluso versiones de la historia de Isis en las cuales la diosa utiliza el desmembrado pene de Osiris para inseminarse a sí misma. En otros relatos, lo hace con la ayuda de un miembro que se ha hecho ella sola. El objetivo de estas dos historias es esencialmente el mismo que se propone en la canción de John Barleycorn. Al dar su vida, el héroe proporciona los medios para su continuación. Todas estas historias son, básicamente, una explicación de los reiterados e inalterables ciclos de la naturaleza. El héroe muere, pero la única influencia perdurable y sustentadora es la de la Diosa. Ella representa la fertilidad de la Tierra que es directamente responsable de la continuidad de la vida”. [Alan Butler, La diosa, el grial y la logia –Rastreando los orígenes de la religión: (Barcelona. Obelisco. 2004), 42]

“El mito cristiano del «retorno» es una poderosa alegoría diseñada para guiamos a través de las fases de iniciación que conducen a la Gnosis. Fue creado a partir de la síntesis del mito judío del Éxodo y mitos paganos de la muerte y la resurrección del Dios-hombre Osiris-Dionisos. En su origen era un mito sencillo y abstracto, pero durante los siglos I y II d.C. fue revisado y embellecido para convertirse en el mito más influyente jamás creado: la historia de Jesús”. [Timothy Freke y Peter Gandy. Jesús y la diosa perdida. Ed Integral, 24] “Los personajes más importantes de esos mitos de iniciación alegóricos eran las diosas perdidas y redimidas y el Dios-hombre que muere y renace. En todo el mundo antiguo se encuentran variaciones regionales sobre estas dos poderosas figuras. En Egipto eran conocidas como Isis y Osiris; en Grecia, como Perséfone y Dionisos; en Siria, como Afrodita y Adonis; en Asia Menor, como Cibeles y Atis; en Mesopotamia, como Ishtar y Marduk; en Persia, como la Magna Mater y Mitra; en la zona de alrededor de Judea, como Asherah y Baal. Los gnósticos paganos eran conscientes de que todos estos dioses hombre y diosas eran básicamente dos arquetipos míticos universales.

A veces utilizaban el nombre general «Gran Madre» para referirse a la Diosa y «Osiris-Dionisos» para referirse al Dios-hombre. Los mitos del Dios-hombre pagano describen a un «Hijo de Dios», nacido de una virgen el 25 de diciembre, que muere en Pascua mediante crucifixión pero resucita al tercer día. Es un profeta que ofrece a sus seguidores la oportunidad de volver a nacer a través del rito del bautismo; un obrador de milagros que resucita a los muertos y convierte milagrosamente el agua en vino en una ceremonia matrimonial; un salvador que ofrece a sus seguidores la redención si participan en una comida de pan y vino, que simbolizan su cuerpo y su sangre. Los cristianos originales incorporaron a su mito de Jesús estos y muchos otros elementos míticos, como analizamos en detalle en Los Misterios de Jesús. [Timothy Freke y Peter Gandy. Jesús y la diosa perdida. Ed Integral, 30]

“Según los gnósticos cristianos, existen muchas alusiones al matrimonio místico en la historia de Jesús. La más importante es el ritual de la Eucaristía, basado en los antiguos ritos del matrimonio místico de los misterios paganos. En los misterios de Eleusis, la diosa Deméter estaba representada por el pan y el Dios-hombre Dionisos por el vino. Del mismo modo, los primeros cristianos asociaban el pan con María y el vino con Jesús, a quien se llama «la verdadera vid» en el evangelio según san Juan”. [Timothy Freke y Peter Gandy. Jesús y la diosa perdida. Ed Integral, 88, 89]

“En las bodas de Canaán, Jesús convierte milagrosamente el agua en vino, lo cual, según los gnósticos, representa el matrimonio místico. El agua que se transforma en vino es un símbolo arcaico que representa la intoxicación extática de la transformación espiritual. Los creadores de la historia de Jesús tornaron prestado este motivo de la mitología pagana, donde el Dios-hombre Dionisos convierte el agua en vino durante la boda de Ariadna. En la versión cristiana de este relato, Jesús no se presenta como el novio.

Sin embargo, en el Nuevo Testamento, Jesús se refiere a sí mismo, y otros se refieren también a él en repetidas ocasiones, como «el novio». Justo al principio del evangelio según san Juan, por ejemplo Juan Bautista saluda a Jesús como «el novio». [Timothy Freke y Peter Gandy. Jesús y la diosa perdida. Ed Integral, 89]

El laberinto de creta, Ariadna, Teseo y el minotauro

La historia de Dioniso con Ariadna, es profundamente simbólica. Ariadna, princesa de Creta. Para algunos, su nombre significa “la más pura”. Para otros: “luz del Padre”; de quien se dice en algunas tradiciones que era hermana del Minotauro (mitad hombre, mitad toro), simbolizando al Ego animal y a hanassmussen, es decir, los iniciados que no eliminan al Yo pluralizado. El minotauro, se encontraba encerrado en el laberinto, símbolo de las teorías de los intelectuales y pseudoesoteristas, que se niegan a experimentar y a eliminar al Ego animal, del camino esotérico lleno de extravíos. Es el camino interior, confuso, profundo, con peligros por fuera, por dentro, a los lados. Quienes se pierden en el laberinto, son devorados por el minotauro.

Los laberintos, son construcciones que aparentemente solo sirven para adornar, pero que en cambio asombran por su belleza y sus misterios, como por ejemplo: El Laberinto Egipcio del Lago Moeris, El Laberinto de Cnosos en Creta, El Laberinto de la Isla de Lemnos, El Laberinto de la tumba de Pórsena, El Laberinto de la Isla del So, el laberinto de Chicomostoc, en la zona arqueológica de La Quemada situada en el municipio de Villa Nueva, a unos 52 Km. de la ciudad de Zacatecas, México.

En la mitología, Ariadna se enamora de Teseo, hijo de Egeo, rey de Atenas, quien se ofrece matar a la bestia y le da un cordel, una madeja de hilo que el héroe va soltando a medida que entra al laberinto. Pero la tarea sería imposible para el héroe sin la ayuda de Ariadna.

El hilo conductor que le permite la salida. Es la madre divina asistiéndole en su lucha en contra de sí mismo. El hilo conductor, la estrella polar, Stella Maris, la lámpara dentro del laberinto. Teseo encuentra a la bestia y logra darle muerte con el hacha de doble filo, un símbolo que aparece colocado sobre el triangular masónico. El arquetipo del laberinto en la historia de la humanidad, se relaciona con la muerte. El ser humano rescata su alma de la bestia mitad hombre mitad toro (el mí mismo, el yo) entre pasadizos siempre cambiantes, siempre amenazantes. La muerte es el pasadizo mismo. Solo con la muerte del yo se logra la libertad del ciclo del eterno retorno, del eterno renacer y morir en el valle de lágrimas del Samsara.

Se dice de este laberinto que era la mayor proeza de los egipcios en vez de las pirámides. Es obra del Farón Amenenhat III de la XI Dinastía. El historiador griego Herodoto que lo vió en el siglo V A. de C. dice de él: Si se reunieran bajo un solo aspecto todas las fortificaciones y construcciones de Grecia, tal conjunto parecería haber costado menos trabajo y gasto que el laberinto”. De esta palabra egipcia deriva la palabra griega “labyrinthos” y más tarde el término latino “Labyrinthus”.

La segunda etimología proviene de la lengua Minoica donde Labrys significa “doble hoja” y esta presenta en muchos santuarios de Creta y está asociado al par de cuernos del Toro. El Labrys se asocia en el palacio de Cnosos al hacha doble que aparecía en muchas partes de ese Palacio cuya planta y estructura era laberíntica. El hacha doble es el símbolo de la potencia masculina y femenina y representa la unión de los contrarios o la síntesis de los opuestos. El tercer origen etimológico alude a Isidoro de Sevilla que, en la Edad Media donde aparecieron laberintos en las catedrales, lo deriva de “Labor” (trabajo) e “Intus” (interior o lugar cerrado).

Entonces si el laberinto era una prisión representaba el “trabajo para salir” y si había que entrar representaba la “protección para un tesoro”.

Fulcanelli nos dice acerca del laberinto:

La imagen del laberinto se nos presenta como un símbolo del trabajo en la Gran Obra, con sus dos mayores dificultades: 

  1. La del camino que hay que seguir para llegar al centro donde se libra el duro combate entre las dos naturalezas.
  2. La del camino de salida con el hilo de Ariadna para no extraviarse en los Meandros de la Obra y verse incapaz de salir.

 Alegóricamente, el minotauro (símbolo de la naturaleza animal del ser humano), debe ser derrotado por Teseo, (el héroe solar, el principio crístico o espiritual) en el laberinto de Creta. La salida de Teseo del laberinto después de vencer al minotauro sirviéndose del hilo de Ariadna, simboliza su renacimiento, su evasión de la muerte e inmortalidad. Por este motivo el laberinto tiene una asociación con la muerte y este es el motivo por el cual ha sido encontrado en tumbas.

Existen danzas rituales de coreografía laberíntica en Suecia e Inglaterra donde se hacían danzas en laberintos hechos en el pasto y relacionados con el renacimiento. En la época medieval aparecen nuevos laberintos en las catedrales con una diferencia con respecto a los laberintos clásicos y es que en los góticos hay un solo camino desde la entrada hasta la salida. Este laberinto se asocia con el duro camino hasta Dios desde el nacimiento (La salida) hasta llegar a Él (El centro) y está asociado a la idea de salvación.

Samael Aun Weor, en su conferencia “El despertar de la conciencia”, aborda el tema de la siguiente manera: “Son innumerables las escuelas; por todas partes abundan escuelas y autores que se combaten mutuamente. En la catedral de Notre Dame de París, dibujado en el suelo aparece un laberinto.

Recordemos al laberinto de la isla de Creta; en el centro de aquel laberinto estaba el minotauro cretense. Se dice que Teseo logró, pues, orientarse en medio de ese laberinto, hasta llegar a donde existía el minotauro, y enfrentándose en lucha cuerpo a cuerpo, le venció. La salida de ese laberinto fue posible mediante el hilo de Ariadna, que pudo llevarle hasta la liberación final. Resulta interesante que, precisamente, en el piso de la catedral de Notre Dame de París, fue dibujado ese laberinto maravilloso. Indudablemente, todo esto es algo que nos invita a la reflexión”.

“Orientarnos no es cosa fácil. El laberinto de las teorías es más amargo que la muerte. Mientras algunos autores le dicen a uno que los ejercicios respiratorios son magníficos, otros le dicen que son dañinos; mientras unos afirman una cosa, otros afirman otra. Cada escuela presume que tiene la verdad y el laberinto es, pues, muy difícil. Cuando uno consigue llegar al laberinto tiene que habérselas en lucha cuerpo a cuerpo con el minotauro cretense, es decir, con su propio Ego, con el Yo, con el mí mismo, con el sí mismo; y solo logra uno salir del centro del laberinto mediante el hilo de Ariadna, que debe conducirnos hasta la luz. Pero la mayor parte de las gentes se pierden entre el laberinto de tantas teorías, de tantas escuelas y de tantas confusiones”.

“¿Cómo hacer para orientarnos? ¿De qué manera? Obviamente, nos debe interesar el despertar de la conciencia. Solo así podemos, verdaderamente, caminar con éxito dentro de aquel misterioso laberinto; pero, mientras no hayamos despertado, estaremos confundidos. Algunos hasta se entusiasman por estos estudios momentáneamente y luego los abandonan. Hay quienes –con la cabeza rellena de teorías–, creen haber descubierto ya el camino secreto, aunque anden bien dormidos”.

Ariadna y Dioniso

Volviendo al relato mitológico de Ariadna, al salir Teseo victorioso, huyen de Creta hacia Atenas. En su camino de regreso, hacen una escala en la isla de Naxos donde Ariadna se duerme (el sueño de la conciencia), Teseo la deja abandonada y sigue su viaje. Tiempo después la encuentra Dioniso, quien inmediatamente se enamora de ella como nunca antes y contraen matrimonio. Múltiples elementos simbólicos se observan tras el relato. Ariadna y Teseo, ora representan a la pareja de héroes solares que trabajan en los tres factores de la Revolución de la conciencia, ora representan a la pareja divina, el alma humana (masculina) y el alma divina (femenina). Las mitológicas escalas de isla en isla en el mar de la vida; son comunes en la mitología clásica. Se corresponden con los incesantes retornos de vida en vida por los que pasan los héroes al quedarse dormidos. Solo despertando o manteniéndose despiertos, sin dejarse fascinar por las ilusiones del mundo pueden llegar de vuelta a la tierra amada. Ariadna se corresponde con Sofía, Pistis Sofía, el alma que se duerme hasta que es despertada por el dios, por Dioniso, como la princesa dormida de los cuentos de hadas, que ora representa a la conciencia dormida que debemos despertar; pero que también representa a la serpiente Kundalini que solo despertaremos con los misterios del Amor, gracias a los poderes superiores de Dioniso.

Los principios religiosos

Samael Aun Weor, explica que todas las religiones tienen los mismos principios anímicos y espirituales. Las religiones conservan los valores eternos, no existen reli­giones falsas. Todas las religiones son necesarias, todas las religiones cumplen su misión en la vida. Es absurdo decir que la religión del vecino no sirve y que sólo la mía es verdadera. Si la religión del vecino no sirve, entonces la mía tampoco sirve porque los valores son siempre los mismos. Es estúpido decir que la religión de las tribus indígenas de América es idolatría, entonces ellos también tienen derecho a de­cir que nuestra religión es idolatría.

Y si nosotros nos reímos de ellos, ellos también pueden reírse de nosotros. Y si nosotros deci­mos que ellos adoran o adoraban ídolos, ellos también pueden decir que nosotros adoramos ídolos. No podemos desacreditar la religión de otros sin desacredi­tar la nuestra también, porque los principios son siempre los mis­mos. Todas las religiones tienen los mismos principios.

De acuerdo con las leyes eternas de Evolución e Involución, Bajo el sol, toda religión nace, crece, se desarrolla, se multi­plica en muchas sectas y muere. Así ha sido siempre y así será siempre. Los principios religiosos nunca mueren. Pueden morir las for­mas religiosas, pero los principios religiosos, es decir, los valores eternos, no mueren jamás. Ellos continúan, ellos se revisten con nuevas formas. Hay hombres profundamente religiosos que no pertenecen a ninguna forma religiosa. La gente sin religión es conservadora y reaccionaria por na­turaleza. Sólo las mujeres y hombres religiosos logran las profundas transformaciones íntimas, la revolución de la conciencia. Dia­léctica. No hay motivo que justifique las guerras religiosas como las de Irlanda. Es absurdo calificar a otros de infieles, herejes o paganos, por el simple hecho de no pertenecer a nuestra religión. El ajq’ij, chamán o curandero, que en el corazón de las selvas africanas, ejerce su sacerdocio ante la tribu de caníbales, y el aristócrata arzobispo cristiano que oficia en la Catedral metropolitana de Londres, Pa­rís o Roma, se apoyan en los mismos principios, sólo varían las formas religiosas.

Todas las religiones hablan del alma, del cielo, del infierno, etc. Los principios son siempre los mismos. Entre los romanos, el infierno era el Averno; entre los griegos era el Tártarus y entre los indostaníes el Avitchi, etc. El cielo, entre los romanos y griegos, era el Olimpo. Cada re­ligión tiene su cielo.

Cuando terminó la religión de los romanos, cuando se degene­ró, los sacerdotes se convirtieron en adivinos, titiriteros, etc., pero los principios eternos no murieron, ellos se revistieron con la nueva forma religiosa del cristianismo.

Los sacerdotes paganos, denominados augur, druida, fla­men, hierofante, dionisios y sacrificador, fueron rebautizados en el cristianismo con los sagrados títulos de clérigos, pastores, prela­dos, pope, úngido, abate, teólogo, etc. Las sibilas, vestales, druidesas, papisas, diaconisas, ména­des, pitonisas, etc., en el Cristianismo fueron denominadas novi­cias, abadesas, canonesas, prelados superiores, reverendas, her­manas, monjas. Los dioses, semi‑dioses, titanes, diosas, sílfides, cíclopes, mensajeros de los dioses de las antiguas religiones, fueron rebauti­zados con los nombres de ángeles, Arcángeles, serafines, potesta­des, virtudes, tronos, etc. Si antiguamente se adoraron a los dioses, ahora también se les adora, sólo que con otros nombres. Las formas religiosas cambian según las épocas históricas y las razas. Cada raza necesita su forma religiosa especial. Los pueblos necesitan la religión. Un pueblo sin religión es de hecho un pueblo totalmente bárbaro, cruel y despiadado.

Realmente solo existe de hecho una sola religión única y cósmica. Esta religión asume diferentes formas religiosas según los tiempos y las necesidades de la humanidad. Así pues, resultan absurdas las luchas religiosas porque en el fondo todas son únicamente modificaciones de la religión cósmica universal. Desde este punto de vista afirmamos que (… ) no está contra ninguna religión, escuela o sistema de pensamiento. Lo único que hacemos ( … ) es entregarle a la humanidad una clave, un secreto sexual, una llave con la cual todo ser viviente puede asimilarse el principio Cristo, contenido en el fondo de todas las grandes religiones del mundo.

Reconocemos a Jesús-Iesus-Zeuz-Júpiter, como el nuevo súper-hombre que asimiló totalmente el principio Cristo, y de hecho se convirtió en un dios-hombre. Consideramos que nosotros debemos imitarlo. Él fue un hombre completo, un verdadero hombre en el sentido más completo de la palabra, pero mediante la magia sexual logró asimilarse absolutamente el principio Cristo Universal y Cósmico. Aquellos pocos bien comprensivos deben estudiar el Evangelio de Juan, capítulo tres en los versículos que van desde el uno hasta el veintiuno; allí encontrará el devoto de El Matrimonio Perfecto, pura y legítima magia sexual enseñada por Jesús. Es claro que la enseñanza está en clave, pero el entendido entenderá intuitivamente. La moderna humanidad ha cometido el error de separar al gran maestro Jesús de todos sus antecesores que como él también se cristificaron; esto ha perjudicado a la humanidad actual. Necesitamos comprender cada vez mejor que todas las religiones son únicamente una sola Religión”.

El adorable Dios Khristus (Cristo) deviene de arcaicos cultos al dios-fuego. Las letras P (pira) y la X (cruz), del nombre latino de Cristo: Xpistus, significan el jeroglífico de producir el fuego sagrado. Cristo fue adorado en los Misterios de Mitra, Apolo, Afrodita, Júpiter, Jano, Vesta, Baco, Astarté, Demeter, Ketzalkoatl, etc. Jamás ha faltado en religión alguna, el principio Cristo. Todas las religiones son una sola. La religión es inherente a la vida como la humedad al agua. La gran Religión Cósmica Universal se modifica en millares de formas religiosas. Los sacerdotes están plenamente identificados unos con otros en todas las formas religiosas por los principios fundamentales de la Gran Religión Cósmica Universal.

No existe diferencia básica entre el sacerdote mahometano y el sacerdote judío o entre el sacerdote pagano y el cristiano legítimo. La religión es una. Única y absolutamente universal. Las ceremonias del sacerdote sintoísta del Japón o de los lamas mogoles es similar a las ceremonias de los brujos y hechiceros del África y Oceanía.

Cuando una forma religiosa se degenera, desaparece y en su lugar la Vida Universal crea nuevas formas religiosas. No desdeñamos ni subestimamos ninguna religión. Todas las religiones son perlas preciosísimas engarzadas en el hilo de oro de la divinidad. Únicamente afirmamos que la Gnosis es la llama de donde salen todas las religiones del Universo. Eso es todo.

Epílogo

Es claro que la Natividad del Señor, va más allá del maravilloso acontecimiento del advenimiento del niño Dios de Belén, en Tierra Santa porque constituye un arquetipo. Un mito solar inherente a la religión universal. Ante todo hay que aceptar y reconocer que el Cristo, es el Segundo Logos, el Hijo de Dios, el segundo aspecto de la Santísima Trinidad; pero que la divinidad y el principio Cristo ha sido reconocido y adorado por todos los pueblos, por todas las religiones y cosmovisiones antiguas. Lo que cambian son los nombres y algunos detalles.

De esta manera, el niño Jesús, tiene los mismos atributos de Mitra, entre los persas; Horus entre los egipcios; Dionisos, entre los griegos, Huitzilopochtli, entre los aztecas o Kukulcán o Ah Kinich, entre los mayas. Por ese motivo se celebra la Navidad, el nacimiento del niño Dios en Belén, en la época del solsticio de invierno, en clara alusión al nacimiento del Sol, celebrado por esta época en todas las antiguas religiones solares.

En consecuencia, es preciso recordar que constituye un grave delito quitarle los valores espirituales a la humanidad. Negar las maravillosas razones que inspiran la Navidad y exhortar a no celebrarla, junto con negar los atributos sublimes de la Divina madre son de grave responsabilidad. Recordemos que una religión sin diosas está a mitad del ateísmo materialista.

No es posible, en los tiempos actuales, pretender desacreditar una religión por sus orígenes paganos. Debemos recordar que, en tiempos antiguos, el paganismo fue la religión de los aldeanos y habitantes del campo; basada en una vida en armonía con la Naturaleza, en el respeto, la veneración y el sabio aprovechamiento de las fuerzas naturales. Este aspecto cobra especial importancia en los tiempos actuales en el que las nuevas generaciones perciben en forma instintiva la necesidad de volver a la Naturaleza. Por esta época vemos cada vez más, jóvenes, adolescentes y niños amantes de la Naturaleza y protectores de los animales y de todas las formas de vida silvestre.

Otro aspecto digno de reflexión es que no podemos negar la unidad de todas las religiones. Pretender un Cristianismo puro, ajeno a todas las antiguas cosmovisiones, es absurdo. Es parte de la “herejía de la separatividad”. En los tiempos actuales, mediante las poderosas herramientas de la ciencia de la Historia y la religión comparada, resulta incuestionable las fuentes del Judaísmo en Mesopotamia y Egipto. Hemos de recordar que Abraham, Rebeca, esposa de Isaac y Raquel, esposa de Jacob; eran originarios de Caldea.

El pueblo Judío vivió muchos siglos en Egipto y Moisés se educó en los misterios egipcios. Ester, fue esposa de Jerjes, el emperador Persa, en ese entonces, el imperio más poderoso del viejo mundo.