Contenidos:
Un Avatar, un mensajero de lo alto
Clases de Avataras
Avataras de Visnú
El Kalki Avatar
El Avatar de Acuario
Un Avatar, un mensajero de lo alto
En el Diccionario de la Real Academia Española o Drae, encontramos la etimología de la palabra Avatar: (Del fr. avatar, y este del sánscr. avatâra, descenso o encarnación de un dios). Para el tipo de estudio que estamos realizando, nos interesan la segunda y tercera acepción que da el DRAE para explicar el significado de la palabra Avatar o Avatara: 2. m. En la religión hindú, encarnación terrestre de alguna deidad, en especial Visnú. 3. m. Reencarnación, transformación.
Un Avatar o Avatara es la manifestación visible de la Divinidad en la Tierra, es la encarnación periódica de un dios, de un Maestro de Misterios Mayores de la Logia Blanca, de un miembro del Círculo Consciente de la Humanidad. Es Dios, hecho carne, Dios encarnado o la manifestación de Dios en un ser humano. Algunos iniciados afirman que cada hombre máquina tiene los principios anímicos y espirituales en su Esencia, para ser un Avatar, pero ni están conscientes de ello, ni han creado las condiciones para encarnar a Dios dentro sí mismos, a su dios interno, a su Real Ser.
“Yo dije: ustedes son dioses. Y todos ustedes hijos del Altísimo” (Sal 82:6). “Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearlo. Jesús les respondió: Muchas buenas obras les he mostrado de mi Padre; ¿Por cuál e ellas me apedrean? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: ¿No está escrito en su ley: Yo dije, dioses son? Si llamó dioses a aquellos a quiénes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada)”. (Jn 10:31-35).
La encarnación de una divinidad, el nacimiento de un niño dios, la venida de un ser celestial a una matriz, se define en los planes de la Logia Blanca, cada vez que la humanidad se pervierte de manera desmedida, de modo que necesita el auxilio poderoso de un ser celestial que desciende a la Tierra para la salvación de los elegidos, es decir, de aquellos que comprenden y realizan su mensaje.
El proceso para dejar de ser máquinas, desarrollar la Esencia y alcanzar la liberación espiritual, constituye una trabajo extraordinario y se denomina: La Auto Realización Íntima del Ser. El Venerable Maestro Samael Aun Weor explica que: La tríada inmortal Atman-Buddhi-Manas, se cita en muchos textos sagrados, pero, ¿quién la ha encarnado? El hecho de que muchos iniciados –en el pasado– no dieran a conocer toda la verdad, fue necesario. Había que hablar en los términos en que ellos lo hicieron, para despertar el interés del público. Tal vez si antes se hubiera aclarado que el ser humano todavía no tiene encarnada su Alma Humana, y que solamente tiene una fracción de Alma encerrada dentro del Ego, las gentes habrían rechazado esta verdad.
El Dr. Rudolf Steiner, en 1912, profetizó que “vendría una enseñanza de tipo superior”, y obviamente ya se está dando. Había que preparar primero el ambiente, y claro que ya está preparado. Solamente así se le podía entregar a la humanidad esta enseñanza superior.
Sabemos que la Esencia es una fracción de Alma, pero con esa fracción podemos elaborar lo que el Tao llama “Embrión Áureo”. Ese Embrión Áureo viene a establecer, en nosotros, un perfecto equilibrio entre lo material y lo espiritual. Pero no es posible elaborar dicho Embrión, si antes no hemos liberado a la Esencia que se encuentra embotellada dentro del Ego, del “Yo”, del mí mismo. Desintegrando el Ego, la Esencia o Buddhata se transforma en el Embrión Áureo.
Sólo una persona que posea el Embrión Áureo, está consciente. Quien consiga elaborar dentro de sí el maravilloso Embrión Áureo, despierta en todas las regiones o mundos del espacio, y encarna a su Tríada inmortal. Incuestionablemente, quien logra ese propósito, se convierte en Hombre legítimo, en Adepto del Círculo Consciente de la Humanidad Solar. ¡Eso es todo!
Entre los hindúes, el nacimiento de un Maestro de misterios mayores, constituye el descenso de Dios a la Tierra o la reencarnación de un dios. De acuerdo con esta tradición esotérica, las diversas encarnaciones de dioses en la Tierra o el nacimiento de un maestro de misterios mayores o de los grandes fundadores de religiones, son avataras.
Los estudios gnósticos enseñan que es importante acudir a la religión comparada, a los principios religiosos inherentes a todas las antiguas religiones para entender que, por ejemplo, tradiciones orientales, como las enseñanzas de Manú, se equiparan a la Cábala y que las diferentes manifestaciones de Dios en la Tierra están simbolizadas en los avataras. La fundadora del movimiento teosófico, la Maestra Helena Petrovna Blavatsky (HPB), explica en el tomo 4 de su obra “Isis sin Velo” que: Todas las naciones versadas en astronomía, y en especial la India, veneraban profundamente la cruz como base geométrica del simbolismo del avatar o manifestación de Dios en el hombre, del Creador en la criatura.
HPB, la insigne escritora teosófica y mártir del siglo XIX, en el primer tomo de esa maravillosa obra ya citada: “Isis sin Velo”, explica en el siguiente párrafo, en qué consiste la encarnación de un Avatar en la Tierra: Cuando el Buda se manifiesta en forma carnal es un Avatar, Mesías, Cristo, Logos o Verbo, esto es, una transmutación del divino espíritu, el Padre que está en el Hijo y el Hijo que está en el Padre. El inmortal espíritu cobija al hombre mortal y desciende a infundirse en la morada de carne. Todo hombre es capaz de convertirse en Buda, dice la doctrina. Así es que en la interminable sucesión de los tiempos vemos de cuando en cuando hombres que alcanzaron más o menos completamente la unión con Dios, que equivale a la unión consigo mismos.
Clases de Avataras
En diferentes textos de la India, se explica que desde la creación del mundo, han “descendido” muchos avataras o mensajeros de lo alto. Según los textos hindúes, hay diferentes tipos de avataras según su jerarquía, así como de acuerdo con la razón de ser de su encarnación y su trabajo específico.
De acuerdo con la tradición, existen avataras de Visnú, avataras principales y secundarios. Entre las categorías de avataras, existen los avataras guna, avataras shaktyavesa y otros más. Es así, como hay avataras de Shiva y otras jerarquías. La Venerable Maestra HPB explica en el tomo III de la obra citada que, en el Rayo de la Creación, “la primera emanación del Absoluto, que corresponde al Adam Kadmon con los diez sephirotes inmanentes en él”, se corresponde con el primer Avatar o manifestación del Buda, según los budistas.
Han venido al mundo, avataras para cada una de las edades o yugas, avataras iniciadores de una nueva Era. Conforme a la tradición hinduista no conservadora, Melquisedek, Zoroastro, Mahavira, entre otros enviados de lo Alto, han sido considerados avataras.
Particularmente, entre los avataras, Khrisna es venerado como el octavo Avatar de Vishnú.
Equivocadamente, muchos iniciados, sin ser avataras, fueron declarados así. En algunos casos, se ha considerado avataras de una época a iniciados que no se han encarnado en esa misma época. En estos casos, se reconocen como mensajeros de lo alto, dioses, devas o grandes iniciados, pero no avataras. En otros casos, se ha designado avataras a personas o iniciados que no lo son, como ocurrió con Jiddu Krishnamurti, declarado así por Annie Besant y otros teósofos, pero el mismo Krishnamurti desmintió tal denominación.
También han surgido personas que sin tener grados espirituales auténticos o sin merecerlo, se han atribuido el grado de Avatar. En este sentido, Oscar Uzcátegui, en el capítulo II de su obra: «El Hombre Absoluto» advierte lo siguiente: Un auténtico Maestro, siendo una porción de la Gran Realidad, es siempre capaz de sembrar en sus discípulos el ardiente anhelo de encontrar al Ser. Cuando este requisito no se llena, estaremos en presencia de un fraudulento o impostor.
Uzcátegui, se refiere también a los los falsos avataras o falsos profetas: ¿Habéis oído hablar de avataras? ¿Enviados? etc., etc. Hoy por hoy, lamentablemente, en la gran mercadería de almas, muchos se autocalifican de enviados, Mesías, reencarnaciones iluminadas, etc.; empero, sus obras no coinciden con sus mensajes y lo que es peor arrastran a las masas inconscientes a fanatismos de tal envergadura que llevan a estos fieles hasta la mismísima muerte.
Baste recordar, sin ir muy lejos, la trágica matanza de los seguidores de Jim Jones, en la Guayana Suramericana. Centenares de gentes fueron obligados a beber “veneno”, con la excusa de “no ceder” ante la amenaza del “diablo”, que en tal caso era el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica.
La Venerable Maestra HPB, en la obra citada, anuncia que: Para demostrar cuán erróneamente interpretaban las masas ignorantes el verdadero significado de los avatares, conocido tan sólo de los estudiantes de ocultismo, daremos oportunamente un cuadro sinóptico de las emanaciones y avataras según las doctrinas indoísta y caldea.
Avataras de Visnú
En el Bhagavad Gita se leen las siguientes palabras del Avatar Krishna: Cuando quiera que la rectitud desmaya, ¡oh Bhârata!, y cobra bríos la iniquidad, entonces renazco para proteger a los buenos, confundir a los malos y restaurar firmemente la justicia. De edad en edad renazco Yo con este intento.
La Gnosis eterna explica que Visnú es el segundo dios de la Trimurti hindú, equivalente en la trinidad cristiana al segundo logos, a la segunda fuerza primaria de la Naturaleza y el Cosmos, al Hijo, al Cristo Cósmico.
El hinduismo enseña que son diez las encarnaciones del dios Vishnú y sus nombres son: Matsia, Kurma, Varaha, Narasimha, Paraśhurāma, Rāma, Vamaná, Krishná, Budha y Kalki.
La Venerable Maestra HPB, explica el significado de los diez avataras de Visnú: “Estudiemos ahora los diez avatares míticos de Visnú, que encontramos enumerados en el orden siguiente: 1º Matsya 2º Kurma 3º Varaha 4º Nara–Sing. 5º Vamuna 6º Parasu–Rama 7º Ramachandra 8º Khristna 9º Gautama 10. (Avatar futuro) Pez. Tortuga. Verraco. Hombre–león. Enano. Guerrero. Héroe. Dios Hombre. Sabio–Santo”.
Al referirse al Avatar Matsya, HPB, en el tomo 4 de Isis sin Velo, explica que: “El relato hinduista del diluvio alude al primer avatar de Vishnú y corresponde a un yuga anterior al nuestro, al de la aparición de la vida animal”.
Indica HPB que: “Visnú está representado en su segundo avatar en figura de tortuga que sostiene una columna cilíndrica, sobre la cual está sentada la ilusoria imagen de Visnú con todos sus atributos, que respectivamente lleva en las cuatro manos: una flor, una maza, una concha y un disco, sostenido este último sobre el índice levantado en la misma posición de la cifra 1, de modo que el disco representa muy verosímilmente el cero. Igual aspecto ofrece la representación de Visnú en su primer avatar, cuando sale de la boca del pez”.
Entre las múltiples comparaciones entre Visnú, Krishna y Cristo, la Venerable Maestra, HPB, en el tomo 3 de: “Isis sin Velo”, afirma lo siguiente: Según las tradiciones hinduistas, en su primera encarnación o avatar tomó Visnú la figura de hombre–pez, y en corroboración de esta alegoría se ve en el templo del dios Rama una imagen de Visnú del todo correspondiente a la descripción que del Dagón caldeo nos da Beronio, o sea en figura de hombre que sale de la boca de un pez con los Vedas en la mano en señal de haberlos recobrado del abismo oceánico donde los sumergió el diluvio.
También en torno de las encarnaciones de Visnú, a lo largo de los siglos, han surgido discusiones en torno de quien es o no una de esas diez encarnaciones. En la obra citada, la V.M. HPB, expone lo siguiente: los brahmanes ponen algún reparo a la generalizada creencia de que Gautama fue la novena reencarnación o avatar de Visnú, lo cual niegan en redondo los más eminentes teólogos budistas, quienes afirman que el culto de Buda ha de anteponerse al de todas las divinidades védicas por cuanto Buda restauró la religión que durante siglos había prevalecido en la India… y más adelante afirma también que Los budistas no admiten que el fundador de su religión fuese un avatar de Visnú.
HPB amplia esta información indicando que: No creen los brahmanes que el primer Buda fuese un avatar de Visnú, sino un reformador del hinduismo en aquella época.
El Kalki Avatar
Entre los hindúes, el Kalki Avatar o Kalki Avatara, es el destructor de la suciedad o de la impureza, también denominado: el destructor del mal. Es el Avatar que los textos hindúes anunciaron desde la antigüedad, que se encarnaría al final del Kali Yuga. Es la décima y última encarnación de Visnú antes del gran cataclismo. Según el hinduismo, al Kalki Avatara le corresponde librar una gran batalla apocalíptica e iniciar la nueva era, la era de la verdad, la Era de Acuario.
En relación con la importancia espiritual que tiene la nueva Era, el V.M. Huiracocha en su obra: “La Iglesia Gnóstica”, señala que: La Verdad es una, y ella ha de abrirse paso cueste lo que cueste. La proximidad de Acuario así lo indica y ya pueden hacer obstrucción todas las sectas.
Conforme a los diferentes textos hindúes, el Kalki Avatara es el sacerdote y guerrero que al final de la era del Kali Yuga, vencerá a los perversos e iniciará una edad de oro. Para algunos estudiosos, el Kalki Avatara o Kalkii Avatar es aquel que hará desaparecer la suciedad espiritual del mundo, el destructor de la mancha.
HPB, en el tomo 3 de “Isis sin Velo”, correlaciona al décimo Avatar de los hinduistas, con el quinto Buda de los budistas y el Sosiosh zoroastrino, afirma la Venerable Maestra: “El Sosiosh zoroastriano no es ni más ni menos que una transmutación del Visnú hinduista que aun hoy día aparece en el templo de Rama representado en figura del Salvador o Conservador correspondiente a su futura décima encarnación (Kalki–Avatar)”.
Más adelante, en la obra citada, HPB, explica: también a Visnú se le representa con varias coronas en la cabeza y en su décimo avatar arrojará a los malvados a las regiones infernales donde luego de unificados alcanzarán la remisión de sus culpas; y aun los mismos ángeles protervos que se rebelaron contra Brahama y fueron lanzados por Shiva al abismo sin fondo, irán a reunirse con los dioses en el monte Meru.
La Maestra HPB, sigue explicándonos en el tomo 3 de “Isis sin Velo” que: Esperan los hinduistas la décima encarnación de Visnú como los cristianos creen en la segunda venida de Cristo, que parece idea tomada del hinduismo. En su décimo avatar aparecerá Visnú como “Salvador”, y en opinión de algunos brahmanes asumirá la forma del caballo Kalki… Respecto al Avatar Kalki o décima y última encarnación de Visnú, hay en el hinduísmo dos opiniones: la de los que toman la doctrina en sentido literal, y la de los vaihnâvas,que dan valor puramente alegórico a las formas animales que asume la divinidad en sus avatares.
El Avatara de Acuario
Ya explicamos que existen diferentes tipos de avataras y entre ellos, se encuentran los avataras de cada Era, Así por ejemplo, Juan Bautista fue el Avatar de Piscis, ya que Jesucristo o Jeshua Ben Pandhirá, es el salvador del mundo, el más exaltado instructor solar, el iniciado más exaltado de la Logia Blanca. Así que posee un grado superior al de cualquier Avatar.
Existen también los avataras para cada Edad o Yuga. Anteriormente existieron las edades de oro, de plata, de cobre y actualmente vivimos en la Edad de Hierro o Kali Yuga.
En estos tiempos de crisis mundial y de bancarrota de los valores morales. En esta época de grave crisis ecológica, en la que la contaminación del medio ambiente ha llegado a límites alarmantes. En esta época que inicia el terrible cambio climático. En esta época en la que hay violencia por todas partes, impunidad desmedida, guerras y rumores de guerras, con el peligro latente de que pueda estallar la tercera guerra mundial. En esta época, resultaba imprescindible la encarnación de un Avatar, del Avatara de Acuario, del décimo de los avataras de Visnú, del Kalki Avatar. El último de los diez avatares, se encarnó en América y su nombre es: Samael Aun Weor.
Samael Aun Weor, es además, el Buda Maitreya y el quinto ángel del Apocalipsis, el Verbo de Dios, el sacerdote guerrero, el Logos del rayo de Marte, el rayo de la guerra mística, el rayo de la fuerza y el presidente fundador de las instituciones gnósticas.
En la introducción de la Iglesia Gnóstica del V.M. Huiracocha se lee lo siguiente: “ha llegado el momento que, esta que es la primitiva y verdadera Iglesia Cristiana, salga al
encuentro de la humanidad en está Era precedente al Nacimiento de Acuario”.
Oscar Uzcátegui, en la obra citada, narra la respuesta que dio el V.M. Samael Aun Weor cuando se le preguntó acerca del Kalki Avatar o Avatara de Acuario: Kalki Avatara es ciertamente el Avatara para la Edad del Kali-yuga (Edad negra en la cual vivimos actualmente en esta Era de Acuarius). La palabra: Avatara, significa mensajero, es decir, aquél que entrega un mensaje y como quiera que a mí me ha correspondido la labor de entregar tal mensaje por orden de la Logia Blanca, se me llama mensajero, en sánscrito Avatara.
Un mensajero o Avatara es, en síntesis, un recadero, es el hombre que entrega un recado, un servidor o siervo de la Gran Obra del Padre. Que esta palabra no se preste a equivocaciones, está especificada con entera claridad.
Así pues, mis caros lectores, la palabra Avatara no debe conducirnos jamás al orgullo, puesto que solamente significa eso y nada mas que eso: recadero o criado o mensajero, un sirviente sencillamente que entrega un mensaje, eso es todo. Soy pues un criado, o sirviente o mensajero, que estoy entregando un mensaje. Alguna vez decía que soy un carguero de una carga cósmica, puesto que estoy entregando el contenido de una carga cósmica.
Uzcátegui, ampliando esta explicación, dice lo siguiente: Luego de las respuestas que él formuló, se repreguntó de nuevo al maestro Samael lo siguiente: Algunas gentes dudan de que usted sea el Avatara de Acuario, porque hay muchos que se dicen Avataras, hay muchos que se llaman, a sí mismos, Cristo, etc. ¿Cómo podría usted explicarnos que es el legítimo Avatara de esta Era de Acuario? El entonces respondió:
El día de la quema se verá el humo. Recuerden ustedes que también muchos profetas aparecieron en la época de Jesús y todos se decían, a sí mismos, avataras de Piscis, pero solo uno triunfó, ese fue Jesús de Nazareth.
Muchos profetas, muchos mesías hablan en la época aquella de la Atlántida que a sí mismos se decían Avataras y se hacían adorar como tales, pero solo uno salió triunfante en el momento decisivo de comprobarlo por medio de los hechos. Ese, el único, fue el manú Vaivasvata que llevó a su pueblo sano y salvo hasta la meseta central del Asia, salvándolo de las aguas del Diluvio Universal.
Así también por estos tiempos, muchos podrán decir: Yo soy el Avatara, pero los hechos hablaran por sí mismos y se sabrá quien es el Avatara en la hora de la verdad. El día del Gran Incendio, aquél que sea capaz de sacar un pueblo de entre el fuego y las llamas en el momento crucial y definitivo cuando llegue el fin de esta raza Aria, ese será el Avatara, los hechos hablarán, el árbol se conoce por sus frutos, de tal árbol tal fruto.