Cábala

Significado y origen

El DRAE da dos definiciones para el concepto más serio de Cábala. Son las acepciones 2 y 3 del diccionario y que transcribimos a continuación: “en la tradición judía, sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento”. “Conjunto de doctrinas teosóficas basadas en la Sagrada Escritura, que, a través de un método esotérico de interpretación y transmitidas por vía de iniciación, pretendía revelar a los iniciados doctrinas ocultas acerca de Dios y del mundo”. Estas son las acepciones que mejor corresponden con el sentido que damos en los estudios gnósticos a la ciencia de la Cábala. Las otras tres acepciones no tienen nada que ver con esta ciencia esotérica.

En Wikipedia, se explica que el término Cábala o Qabbaláh, es de origen hebreo y “es una de las principales corrientes de la mística judía. La base estructural de este estudio consiste en el análisis del Árbol de la Vida. Entre los judíos, es la tradición oral que explica y fija el sentido de la Sagrada Escritura, y por tanto entiéndase por Cábala al conocimiento en cuanto a las cosas celestiales mediante el ejercicio del estudio y cumplimiento de preceptos y reglas superiores”.

Entre los significados de la palabra Cábala, para algunos, significa “recibir” o “aceptar” y para otros, significa: “clave”. Otras formas como, usualmente se escribe la palabra Cábala son: Cabalah, Cabbalah, Kábala, Kabalah y Kaballah.

Para muchos estudiosos, no esoteristas, la Cábala surge en el Medioevo, sin embargo, los grandes tratadistas de la Cábala Hermética, afirman que es mucho más antigua. El gran mago y ocultista francés: Alphonse Louis Constant, el abate Constant, más conocido como Eliphas Levi, en «El libro de los Sabios» anota que

El sacrificio de Abraham, Rembrandt
El sacrificio de Abraham, Rembrandt
el origen de los misterios de la cábala se halla en el patriarca Abraham. Explica además que la “Torah, los profetas y el Talmud son ininteligibles sin la Cábala. Afirma además que los “libros sagrados son la propia Cábala escrita en jeroglíficos hieráticos, es decir, en imágenes alegóricas. La escritura es un libro cerrado sin la tradición que la explica y la tradición es la Cábala”.

Más adelante explica que: “La Biblia tiene un sentido oculto cuya ciencia tradicional se llama Cábala entre los hebreos. Esta ciencia era conocida por el apóstol San Juan y por los padres más sabios de la primitiva Iglesia”.

Asimismo, la gran escritora británica de ocultimo: Violet Mary Firth Evans, más conocida como Dion Fortune, en su obra: «La Cábala Mística«, profundiza en las razones por las cuales, los investigadores no esoteristas, creen equivocadamente que la Cabala surge en el Medievo: Sólo hacia el siglo XV, cuando el

Eliphas Levi
Eliphas Levi
poder de la Iglesia comenzó a debilitarse, algunos se atrevieron a escribir algo sobre la sabiduría tradicional de Israel. Los eruditos declaran que la Cábala fue fraguada en la Edad Media, porque no pueden descubrir retrospectivamente la sucesión de la serie de manuscritos primitivos, pero todos los que conocen la manera de trabajar de las fraternidades esotéricas saben perfectamente que toda una cosmogonía o psicología puede ser transmitida por medio de algún jeroglífico que no signifique absolutamente nada a los no iniciados.

Estas antiquísimas cartas o imágenes podían ser transmitidas de: generación en generación, dándose la explicación necesaria solo verbalmente, de manera que la verdadera interpretación no se perdiera jamás. Cuando existía alguna duda en la aplicación de algún punto oscuro, se hacía referencia al jeroglífico sagrado, y al meditar sobre él se despertaba todo lo que la meditación de las generaciones anteriores había encerrado en él. Es muy sabido por Los místicos que si una persona medita en un símbolo con el cual hayan sido asociadas ciertas ideas en el pasado, obtendrá acceso a dichas ideas, aunque ese jeroglífico jamás le haya sido explicado por Los que han recibido la tradición de labios a oído.

Más adelante, Dion Fortune explica que varios de los profetas, como Isaías, Ezequiel y diferentes rabís de la edad media dieron muchas

Dion Fortune
Dion Fortune
claves cabalísticas, pero que el autor de la Cábala fue el Arcángel Metratón.

Eliphas Levi, en el prefacio de «El libro de los Esplendores», explica que: “En efecto, los hebreos poseen una ciencia que San Pablo sospechaba sin conocerla, y San Juan iniciado por Jesús, ocultaba y revelaba a la vez con jeroglíficos gigantescos en el Apocalipsis, tomados en su mayoría de las profecías de Ezequiel. Existe, entre ellos, un libro místico y maravilloso que se llama El Zohar o Esplendor. Libro inmenso, más importante que el Talmud, que sólo es el desarrollo de una teogonía

San Juan evangelista en Patmos - Hans Burgkmair
San Juan evangelista en Patmos - Hans Burgkmair
en algunas páginas, que se denomina SIPHRA DZENIUTTA”.

Con más propiedad, en el Prólogo de su: “Curso de Tarot y Kábala”, el Kalki Avatar, Samael Aun Weor, explica que: La Cábala se pierde en la noche de los siglos, ahí donde el Universo se gestó en el vientre de Maha Kundalini, la Gran Madre. La Cábala es la ciencia de los números. El autor del Tarot fue el Ángel Metratón. Es el jefe de la sabiduría de la culebra y fue el profeta Enoch, del que nos habla la Biblia. El Ángel Metratón o Enoch nos dejó el Tarot en el cual se encierra toda la sabiduría divina, éste quedó escrito en piedra. También nos dejó las 22 letras del alfabeto hebraico. Este gran Maestro vive en los mundos superiores, en el mundo de Aziluth, en un mundo de felicidad inconcebible, según la Cábala en la región de Kether, un Sephirote bastante elevado. Todos los cabalistas se fundamentan en el Tarot, es necesario conocerlo y estudiarlo a fondo. El Universo está hecho con la Ley del Número, Medida y Peso; las Matemáticas forman el Universo, los números vienen a ser entidades vivientes.

Objeto de estudio

Dion Fortune en el primer capítulo de la obra citada, establece una relación entre el Yoga y la Cábala, hace un bello recorrido por las fuentes del esoterismo occidental y explica que: esta antigua tradición mística de Los hebreos poseía tres escrituras: los Libros de la Ley y Los Profetas, que se conocen como el Antiguo Testamento; el Talmud, o colección de comentarios eruditos sobre aquél y la Cábala, o interpretación mística del mismo. De estos tres libros, Los antiguos rabís decían que el primero era el cuerpo de la tradición, el segundo su alma racional y el tercero su espíritu inmortal. Las personas ignorantes pueden leer con provecho el primero y Los eruditos pueden estudiar el segundo, pero los sabios son Los que meditan sobre el tercero. Es realmente muy extraño que el Cristianismo no haya buscado Las claves del Antiguo Testamento en la Cábala.

Abraham y Melchizedeck - Rubens
Abraham y Melchizedeck - Rubens

La Cábala es una ciencia esotérica que busca el significado del mundo y la verdad. Algunos estudiosos afirman que “concentra la atención del misticismo judío hacia la naturaleza de la divinidad, la creación, los comienzos del alma y el destino, y el lugar del hombre en este mundo”. Es una ciencia de predicción y de interpretación de verdades cósmicas, de símbolos o claves desarrolladas por el Circulo Consciente de la Humanidad, como también por las partes superiores del Ser. El método del conocimiento para la interpretación cabalística es la intuición, esa facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad del razonamiento y, que en la Gnosis, constituye la forma más elevada del conocimiento superior, por encima de la inspiración y la imaginación. De hecho, cuando el neófito empieza a investigar qué es Gnosis, se encuentra que una de sus definiciones más conocidas es: “conocimiento intuitivo de las cosas divinas”.

Por ese motivo, el Avatara de la Era de Acuario, Samael Aun Weor, afirma en su obra “Curso Zodiacal” que: “existen dos clases de cabalistas: los cabalistas de la razón y los cabalistas de la intuición. La razón es una insubordinación y delito de lesa majestad contra el Maestro interno. Afirma además el Venerable Maestro que: “Los grandes cabalistas intuitivos no razonan, comprenden por percepción directa y escuchan la voz del silencio cuando observan alguna lámina del sagrado Tarot”.

Eliphas Levi, en el capítulo titulado: “Los Elementos de la Cábala, de “El libro de los Esplendores”, explica que: Cabala o ciencia tradicional de los hebreos, podría denominarse las matemáticas del pensamiento humano. Es el álgebra de la fe. Resuelve con sus ecuaciones todos los problemas del alma, despejando las incógnitas. Da a las ideas la sencillez y la rigurosa exactitud de los números; sus resultados son para la mente la infalibilidad (siempre relativa en la esfera de los conocimientos humanos) y la paz profunda para el corazón.

Más adelante, En el capítulo titulado: La Religión

Pitágoras
Pitágoras
de “El libro de los Esplendores”, Levi explica que: “La Cábala es la fórmula cifrada de la hipótesis divina. Los misterios son los teoremas de su álgebra. Es simple como dos y dos son cuatro, clara como las cuatro reglas de la aritmética y oscura para los ignorantes como la tabla de logaritmos o el binomio de Newton”.

También Dan Brown, en su obra: «El Código Da Vinci», da una interesante explicación del objeto de estudio de la Cábala y explica lo siguiente: Las enseñanzas místicas de la Cábala se basaban fundamentalmente en anagramas en los que mediante la alteración del orden de palabras hebreas se obtenían nuevos significados. Los reyes franceses del Renacimiento estaban tan convencidos de que los anagramas tenían propiedades mágicas que contaban con anagramistas reales que les ayudaban a tomar las decisiones más acertadas mediante el análisis de las palabras de los documentos importantes. Los romanos daban al estudio de anagramas la categoría de ars magna —arte mayor.

El Presidente fundador de las instituciones gnósticas de la actualidad, Samael Aun Weor, explica además en el capítulo XXV de su curso de Tarot y Kábala, que: En Cábala todo es número y Matemáticas. El número es santo, es infinito, en el Universo todo es medida y peso. Dios es un geómetra para los gnósticos. Las Matemáticas son sagradas. En la escuela de Pitágoras no se admitía a nadie que no supiera Matemáticas, música, etc. Los números son sagrados.

El Maestro Samael, explica además En el capítulo 22 de su obra: «Manual de Magia Práctica» que: “todas las Ciencias del Universo se reducen a la Kábala y a la Alquimia”.

Cábala y esoterismo

El esoterismo, es el conjunto de doctrinas secretas, reservadas a un número limitado de discípulos. En Occidente, desde hace varios siglos, muchas escuelas esotéricas han recibido influencia de la Cábala. Entre ellas, están la Masonería y el rosacrucismo.

Es por ello que En el capítulo titulado: La Cábala no escrita, de su obra: La Cábala Mística, Dion Fortune explica que: la interpretación de la Cábala no se encuentra entre Los rabís del Israel externo, Los que son hebreos solamente según la carne y la sangre, sino entre el pueblo elegido según el Espíritu; en otras palabras, entre los iniciados. La Cábala, tal como la conocemos, tampoco es un sistema puramente hebraico, porque ha sido completado durante el Medioevo por muchísimos conocimientos alquímicos y por la íntima asociación y fusión que tuvo con ese maravilloso sistema simbólico como el Tarot.

Fortune, explica además en dicho capítulo que: para utilizar la Cábala no se necesita absolutamente ningún conocimiento externo del idioma hebreo antiguo; todo lo que se requiere es poder leer y escribir las letras hebreas. La Cábala moderna se ha naturalizado en los idiomas occidentales, pero retiene,y debe retener siempre, todos sus nombres de poder en hebreo, que es el idioma sagrado del Occidente, así como el sánscrito lo es del Oriente. Hay quienes se oponen al libre empleo de términos sánscritos en la literatura oculta, y sin duda alguna, también se opondrán al empleo de las letras hebreas; pero su uso es inevitable porque cada letra hebrea es también un número, y la suma resultante de las letras de cada palabra, o nombre, es una clave importante de su significado. Además, pueden emplearse para indicar las relaciones existentes entre Las distintas ideas y potencias.

Samael Aun Weor, en el capítulo de Virgo de su Tratado de Astrología Hermética, va más lejos, al explicar que “la Cábala es la ciencia de la Vaca; leyendo las tres sílabas de Cábala a la inversa, tenemos La-va-ca. La piedra de la Kaba en la Meca leída a la inversa Vaca o la Piedra de la Vaca”. De esta manera, vincula a la Cábala, con profundos conocimientos esotéricos en la religión del Islam y de la India. De este último, explica que la ciencia de la Cábala es un tipo de conocimiento superior, relacionado con el Maha Vidya.

Libros y ramas de la Cábala

Los principales y más antiguos libros cabalísticos, son el Zohar o libro del Esplendor, escrito por Simeón Ben Yojai, así como el Séfer Ietzirá o Libro de la Formación o de la Creación, atribuido al patriarca Abraham. Es importante, además, para el estudio de la Cábala, el Salmo más largo de todos los salmos de la Biblia, el Salmo 119 que contiene las 22 letras del alefato hebreo, entre ellas: Alef, Bet, Guimel, Dálet, He, Vau, Yod y Tau.

Entre las ramas de la Cábala, se encuentra la Gematría, el Notaricón y la Temurá. Asimismo, en la Cábala dogmática, se encuentra la ciencia de la Merkabá y la ciencia de Bereshit.

En la Gematría se busca el valor númerico de las palabras, en el Notaricón, las letras iníciales o finales de las palabras, se organizan en forma parecida a un acróstico. En la Temurá, se transponen las letras de una palabra y surgen otras palabras, en un procedimiento similar al de los anagramas.

En la cuarta lección de Cabala, de “El libro de los Esplendores”, Eliphas Levi, explica que: Bereschith quiere decir génesis; Mercavah significa carrito, por la alusión a las ruedas y a los animales misteriosos de Ezequiel. El Bereschith y la Mercavah resumen la ciencia de Dios y del mundo.

Explica además Levi en la cuarta lección del libro citado que: esto es lo que se obtiene por la Gematría y la Temurá, que son las matemáticas de las ideas. La Cabala tiene su geometría ideal, su álgebra filosófica y su trigonometría analógica. Así es como obliga en cierto modo a la naturaleza a revelar sus secretos.

El Árbol de la Vida, los sefirotes y los arcanos

El Árbol de la vida es el símbolo cabalístico por excelencia. Se compone de 10 esferas y 22 senderos. Las esferas corresponden a los sefirotes, las emanaciones divinas o principios anímicos y espirituales del ser humano. Los primeros tres sefirotes son: Keter, Chokmah, Binah, que en la terminología cristiana se corresponden con la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los otros siete sefirotes, se corresponden con el septenario teosófico o con los cuerpos internos y la Mónada: Es así, como el cuarto sefirote: Chesed, se corresponde con el Maestro interno, el Íntimo, el Espíritu o el Ser. Los otros sefirotes son: Geburá, Tiferet, Netsaj, Hod, Yesod y Malkut. Los 10 sefirotes, se relacionan también con los planetas del Sistema Solar.

Dion Fortune explica que: El curioso sistema simbólico que conocemos como Árbol de la Vida es una tentativa para poner en forma diagramática cada una de las fuerzas y factores del Universo Manifestado y el Alma Humana, para correlacionar una con otras y revelarlas como en un mapa, mostrando las posiciones relativas en que puede considerarse cada unidad y las relaciones entre ellas. En pocas palabras, el Arbol de la Vida es un compendio de Ciencia, Filosofía, Psicología y Teología.

En el capítulo titulado: La Cabala, objeto y método, de “El libro de los Esplendores”, Eliphas Levi explica que: toda la Cabala está contenida en lo que los maestros llamaron las treinta y dos vías, que son treinta y dos ideas absolutas y reales, unidas a los diez números de la aritmética y a las veintidós letras del alfabeto hebraico.

Explica además Levi en el capítulo titulado: La Gloria cristiana de su obra: El libro de los Esplendores que: los cabalistas referían las ideas absolutas al valor numeral y jeroglífico de las veintidós letras del alfabeto primitivo, que suponen haber sido el de los hebreos. A cada una de estas letras se le asignaba un genio; cada letra es un ser viviente, un ángel. Los que están familiarizados con la poesía oriental comprenderán este lenguaje figurado. Pero lo propio del vulgo es tomar todo al pie de la letra y materializarlo; ahora bien, entre estas letras, hay dos que representan la divinidad a saber la primera y la última alef y tau, en griego alfa y omega, y en latín a y z, de donde se ha formado el nombre Azoth, que en la filosofía oculta es la expresión de lo absoluto.

Asimismo, en la séptima lección de “El libro de los Esplendores”, Levi afirma que: los diez primeros números, las veintidós letras del alfabeto y los cuatro signos astronómicos de las estaciones, resumen toda la Cabala. Veintidós letras y diez números las treinta y dos vías del Sepher Jetzirah, cuatro representan la mercavah y el shemanphorah. Es sencillo como un juego de niños y complicado como los más arduos problemas de las matemáticas superiores. Es ingenuo y profundo como la verdad y la naturaleza. Esos cuatro signos elementales y astronómicos son las cuatro formas de la esfinge y los cuatro animales de Ezequiel y de San Juan. Todo por vosotros en la sagrada ciencia”.

Comprender los principios cabalísticos encerrados en los 10 sefirotes, permite un mejor entendimiento de la religión en general y de la Biblia en particular. Para explicar más claramente lo anterior, acudimos nuevamente a Dion Fortune quien explica el origen cabalístico de la fórmula final del Padre Nuestro: Porque tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria. “la cláusula final del Padre Nuestro es cabalismo puro. Malkuth el Reino; Jod, el Poder, y Nazareth, la Gloria, forman el triángulo básico del Arbol de la Vida, con Yesod, el Fundamento, o receptáculo de Las influencias, como punto central. El que formuló esa oración conocía la Cábala.

Finalmente, el Buda Maitreya, explica en el capítulo de Sagitario del “Curso Zodiacal, que: haciendo una liquidación de todos los millones de volúmenes kabalísticos que ruedan por el mundo. Llegamos a la conclusión, de que toda Kábala se reduce a los 22 arcanos mayores del Tarot y 4 ases, que representan los cuatro elementos de la Naturaleza.

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