El Ens seminis y la energía creadora

En los estudios gnósticos, la valoración de las fuerzas creadoras en el ser humano, tiene una importancia superlativa. Para el Gnosticismo Universal, hay varios aspectos del trabajo esotérico que deben realizarse simultáneamente. Todos son sumamente importantes para el desarrollo interior de la máquina humana. El gran propósito de este trabajo simultaneo es el desarrollo armonioso de todas las infinitas posibilidades humanas, es decir, la Auto Realización Íntima del Ser.

Factores fundamentales para lograr la Auto Realización íntima son: el Nacimiento espiritual y la eliminación de los elementos indeseables de la conducta, así como el Sacrificio por la humanidad. Adicionalmente, el gnóstico sincero debe comprender la necesidad urgente e impostergable de desarrollar su Esencia, despertar conciencia y adquirir un conocimiento superior: la divina Gnosis. Este trabajo es de tipo superior y se denomina: la Gran Obra.

Para el logro de este caro propósito se requiere de una adecuada valoración de la energía, aprender a absorberla, conservarla, incrementarla y transformarla. Desde los primeros grados de estudio, las escuelas gnósticas en Guatemala y en el mundo, ofrecen procedimientos, métodos y sistemas para que el estudiante gnóstico aproveche energías cósmicas e internas que le otorguen la fuerza suficiente para realizar la Gran Obra.

Muchas energías al alcance del estudiante han sido generalmente desconocidas para la mayoría de personas, incluso para la ciencia y la religión convencionales. Sus atributos y forma de asimilarlas, han sido mantenidas en secreto durante siglos por diferentes escuelas esotéricas.

Las oraciones y rituales de muchas religiones mueven fuerzas desconocidas para la ciencia oficial. El Kalki Avatara de la Era de Acuario, Samael Aun Weor, explica en el capítulo XII de su libro: «El Matrimonio Perfecto», que los rituales son más poderosos que la dinamita y que manejan fuerzas nucleares.

Entre las diferentes formas de la energía necesarias para trabajar en la Gran Obra, destaca la Energía creadora escondida en las fuerzas sexuales, en el Ens seminis o esperma sagrado y en los estrógenos.

La Antropología Gnóstica explica que el conocimiento del poder escondido en el Ens seminis, constituyó en la antigüedad un secreto indecible y que solo se transmitía públicamente por medio de alegorías y diferentes simbolismos.

En las grandes civilizaciones agrícolas de la antigüedad: la civilización del arroz en el extremo Oriente, la civilización del trigo en los alrededores del mar Mediterráneo y la civilización del maíz en Mesoamérica, los granos de arroz, de trigo o de maíz tienen el mismo significado esotérico. Por eso el pan de trigo consagrado es el cuerpo de Cristo y por la misma razón, los cuatro hombres de maíz son el resultado de la preparación de 9 bebidas a base de maíz blanco y amarillo.

Detrás de las enseñanzas, rituales y tradiciones de todas las antiguas religiones, se oculta un profundo simbolismo que es importante aprender a desentrañar. Gran parte de la simbología religiosa se relaciona con las fuerzas sexuales. Entre esos símbolos universales se halla la piedra. En los cultos de las civilizaciones ancestrales aparece siempre la piedra.

Los mayas adoran a la piedra obsidiana o piedra del chay y los musulmanes rinden culto a la piedra de la Caba. Los alquimistas buscan la piedra filosofal y en el cristianismo, el apóstol Simón se convierte en Pedro. “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia” (Mt 7:18). Por la misma razón, el dios Mitra de los persas, nace de una piedra.

Por eso en el Nuevo Testamento hay muchas referencias a la piedra. En el capítulo 7 de Mateo, se encuentra la parábola de los dos cimientos y el llamado a construir sobre la piedra. En dicho Evangelio se encuentra también las siguientes palabras. “¿Nunca leyeron en las Escrituras: la piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo” (Mt 21:42). En el esoterismo gnóstico, se explica que el Evangelio de Pedro es el Evangelio del Sexo.

Las aguas espermáticas constituyen ese vidrio líquido, flexible y maleable de los alquimistas medievales. Son las aguas de la vida de las que habla Jesús en el diálogo con la mujer samaritana en el capítulo IV del Evangelio de Juan.

El caduceo de la diosa Iris y del dios Mercurio en los misterios griegos, tiene el mismo significado que los dos testigos del Apocalipsis de San Juan: El Caduceo y los dos testigos son dos cordones semi etéricos, semi físicos que en Oriente se conocen como Idá y Pingalá. El Budha Maitreya, Samael Aun Weor, explica en el capítulo II del «Libro Amarillo», lo siguiente: Los dos testigos se enroscan en la espina dorsal formando el santo ocho. Los dos testigos, enroscándose en la espina dorsal, forman el caduceo de Mercurio (…) Por ese par de cordones simpáticos ascienden hasta el cerebro, los átomos solares y lunares de nuestro sistema seminal.

El elemento químico mercurio tiene un significado profundo en la Alquimia y en diferentes formas, representa las distintas transformaciones del Ens seminis. En la antigüedad, muchas civilizaciones en los cuatro puntos cardinales del planeta, usaron diferentes compuestos del mercurio en rituales y ceremonias sagradas. El cinabrio rojo fue empleado para decorar tumbas y sarcófagos de altos dignatarios.

El V.M. Samael Aun Weor explica en el capítulo titulado: Dos Rituales de su obra «El Matrimonio Perfecto» que: las fuerzas sexuales se hallan íntimamente relacionadas con los cuatro elementos de la Naturaleza”. Más adelante, explica el Presidente fundador de las instituciones gnósticas, que: “La fuerza sexual es como la electricidad. Se halla difundida por todas partes. Es una fuerza que reside en los electrones. Esa fuerza fluye en el núcleo de cada átomo, y en el centro de cada nebulosa. Sin esa fuerza no existirían los mundos del espacio infinito. Esa es la energía creadora del Tercer Logos.

La Química oculta o Alquimia enseña que el Ens seminis es producto de distintos procesos evolutivos ocurridos a partir de la transformación de tres clases de alimentos: el alimento físico, el aire y las impresiones. El esperma sagrado es el producto más elaborado y de mejor calidad que se obtiene en la fabrica humana a partir de esos tres tipos de alimento.

El alimento físico se procesa de acuerdo con la ley de octava y pasa por siete transformaciones conforme a la escala musical, hasta la fabricación del Ens seminis. En el transcurso de la digestión del alimento físico, interviene el aire que contribuye a la transformación de los alimentos y enriquece el producto de la fábrica humana. Si se quiere un producto químico de mejor calidad, es imprescindible que la fábrica humana reciba un tercer tipo de alimento: las impresiones y que aprenda a transformarlas. La Psicología Gnóstica explica que de los tres alimentos, el más importante es el de las impresiones.

El Ens seminis, como cualquier manifestación cósmica o fenómeno natural, está sometido a las leyes de Evolución e Involución y, empleado sabiamente, puede pasar por extraordinarias revoluciones o transmutaciones alquímicas. Aclarando estos procesos transformativos del Ens seminis, el Avatara de Acuario, explica en el capítulo II de su «Mensaje de Navidad 1964-1965», lo siguiente: En el esperma hay evoluciones formidables y tremendas involuciones. El solo trabajo natural de formación del esperma es evolutivo; El último resultado de todo lo que comemos y bebemos, es el esperma.

Es también necesario saber que las evoluciones del esperma están sometidas a la fundamental ley cósmica sagrada, de Heptaparaparshinokh, que es la ley del Santo Siete, la septenaria ley. Cuando el Ens-Seminis o esperma completa sus evoluciones septenarias, debe recibir un impulso desde el exterior y ser transmutado (…), porque de lo contrario entra de lleno en el proceso de la involución o retroceso”.

Una vez completado su proceso evolutivo, el Ens seminis, entra en involución. La involución del Ens seminis deviene cuando el ser humano desperdicia, pierde o bota su esperma sagrado. También cuando lo acumula mediante la abstención sexual o celibato sin someterlo a un proceso de transformación superior.

El mercurio de los sabios, puede ser transformado mediante la transmutación alquimica. Este es el símbolo alquimista de la transmutación del plomo en oro y de la transformación de las aguas de la vida en el vino de luz del alquimista en las bodas de Caná, como está descrito en el capítulo II del Evangelio de Juan.

Durante miles de años, el poder que encierra la energía creadora permaneció en secreto por los iniciados aunque algunos profanos lo sospechaban. Así el V. M. Samael explica en el Mensaje de Navidad ya citado lo siguiente: Los viejos sacerdotes cuentan que de toda la primitiva sabiduría relacionada con el Ens-Seminis, solo quedó la tradición que afirmaba categóricamente la posibilidad de auto realizarse íntimamente con el exioehary, semen o esperma.

Ciertas informaciones fragmentarias aquí y allá dispersas por distintos lugares, no indicaban los métodos para operar con el Ens-Seminis y los primitivos Arios descendientes de la Atlántida cansados de tantas guerras comenzaron a indagar buscando el esoterismo del Ens-Seminis.

Los anhelantes buscadores de la luz sabían muy bien por las tradiciones que con el Ens-Seminis se logra la autoperfección individual, pero desconocían la clave (…) y sufrían buscándola, más no la encontraban. Realmente solo los viejos hierofantes egipcios, Indostaníes, etc., descendientes de la antigua sociedad Atlante llamada Akhaldan, poseían toda la ciencia Tántrica completa con la clave secreta.

El oculto significado de la transmutación alquímica, era hasta hace pocos años un misterio. Fue el Gran Arcano de los esoteristas. En pleno siglo XX, en la década de 1940, cuando Samael Aun Weor, empezó a divulgar estas enseñanzas, fue considerado pornográfico por unos y por otros como un vulgarizador de la doctrina. Todavía, hace pocas décadas, el desperdicio de las energías creadoras y la fornicación incesante, era considerado por el mundo como algo natural y de lo más normal.

Sin embargo, en los últimos años han aparecido múltiples publicaciones relativas al tema. Desde revistas populares como «Buen Hogar», hasta revistas de contenido más serio y científico, como «Muy Interesante», han publicado artículos que se refieren a la posibilidad de aprender a no fornicar y al aprovechamiento adecuado del Ens seminis.

Entre las múltiples publicaciones de las últimas décadas acerca del tema, el doctor Reinaldo Massoni, quien es médico, sexólogo y psicoanalista, en su obra: ”El Sexo la energía fundamental de la vida”, publicado por Editorial Aguilar sostiene que es posible practicar el coite sin eyaculación. Este autor afirma que se puede llegar al orgasmo sin eyaculación y los denomina: orgasmos implosivos. En el capítulo VII, página 148 de la obra citada afirma que: Hay otros orgasmos en los que, por medio de técnicas muy especiales, la energía se eleva a centros mentales y allí se deposita, generando una expansión de la fuerza interior del ser humano. A estos se les llama orgasmos implosivos y con ellos el ser se conecta más consigo mismo.

En los estudios gnósticos se prefiere asociar todo tipo de orgasmo con la eyaculación o fornicación y por ende con la involución del Ens seminis. La sabiduría gnóstica enseña que los procesos revolucionarios del ens seminis asociados a la retención y transmutación del mercurio de los sabios conducen al éxtasis y a la iluminación.

. La Gnosis explica además que en el Ens seminis, se encuentra todo el Ens virtutis del fuego sagrado.

Las fuerzas sexuales pueden liberar o esclavizar. Se relacionan directamente con la reproducción de la especie, e incluso con la degeneración de la misma. Pero, también pueden asociarse con la regeneración humana. Las prácticas eróticas asociadas a la espiritualidad más profunda, existen desde tiempos inmemoriales y se esconden en obras monumentales como El Cantar de los Cantares del Antiguo Testamento, el Ananga Ranga y el Kamasutra. En el taoísmo auténtico se habla del poder curativo que se obtiene de la combinación del Yin y el Yang en la sexualidad trascendente.

En las escuelas gnósticas se aprende el sabio aprovechamiento de la energía creadora y que el sexo es sagrado. Las personas solteras aprenden los ejercicios básicos. Los procedimientos de tipo superior para la transmutación del ens seminis están reservados para las parejas de hombres y mujeres legítimamente unidos en matrimonio.

El cuervo de los alquimistas

Para algunos, esta criatura de la Naturaleza está asociada a la oscuridad, la mala magia, la podredumbre y la traición. Recordemos, por ejemplo, el dicho popular: «cría cuervos y te sacarán los ojos». O en todo caso, podemos recordar también como se le asocia siempre, por parte de dibujantes y guionistas, con la brujería, quienes lo presentan o dibujan, conjuntamente, como parlantes e inseparables amigos de los que se dedican a las malas artes.

Lo cierto es que nada en la Naturaleza es bueno ni malo; todo depende del uso que hagamos de las cosas: un cuchillo (que no es ni bueno ni malo) puede servimos para cortar la carne y los alimentos o de arma para herir o matar a alguien. De igual modo el cuervo, como elemental de la Naturaleza, no es ni bueno ni malo y si algunos lo han utilizado para el mal, hay otros que lo han utilizado para el bien. Como prueba de ello, está el simbolismo alquimista, que lo utiliza para representar la primera fase de la Gran Obra: La Putrefacción. Esto se debe a que el cuervo es el símbolo de la corrupción y la muerte de los
«elementos inhumanos» que llevamos dentro.

Para realizar la Gran Obra alquimista, en principio, se necesita preparar el mercurio o arché, porque sin esta materia prima no se podría realizar este Magnus Opus.¿Y cómo se prepara el mercurio de los sabios? Pues, mediante el secreto secretorum de la Alquimia. Se trata de un sencillo artificio: conexión del lingam-yoni, sin la pérdida del ens-seminis, porque dentro del ens-seminis está el ens-virtitus del fuego.

Inicialmente, cuando la pareja alquimista comienza a trabajar con el A.Z.F., las
aguas mercuriales son negras y se les representa con el cuervo. Y dicen los alquimistas en forma simpática y alegórica que «de entre esas aguas negras hay que sacar la gelatina blanca, es decir, refinar estas aguas para convertirlas en blancas y puras; convertir al cuervo negro en paloma blanca».

Por otro lado veamos lo que nos dice el V M. Samael sobre esta enigmática criatura: «Fuera de toda duda, hay criaturas repugnantes en la Naturaleza que acusan marcada involución. Los antiguos egipcios, por ejemplo, aborrecían las ratas. Es obvio que estas se encuentran en estado de franca involución. Otro es el estado de los cuervos. Estos, aunque se alimentan de la muerte, por el hecho de desenvolverse en el Rayo de Saturno, poseen ciertos poderes maravillosos
que indican evolución. Yo he podido evidenciar lo que son las facultades del cuervo… En cierta ocasión, hallándome en un pequeño poblado de Venezuela, en cierta casa donde un pequeño niño se encontraba gravemente enfermo, vi con asombro un grupo de cuervos que muy tranquilos se habían posado sobre el techo de aquella casa. Aquellas gentes sencillas, me declararon lo siguiente: Este niño morirá… Cuando pregunté el motivo de tal sentencia, ellos (por toda respuesta) me señalaron aquellas aves negras. Entonces comprendí… El caso no tuvo remedio, y
realmente la criatura murió. Lo que más me asombró fueron las facultades de aquellos elementales, que sabían que la criatura iba a morir y posados sobre el tejado de aquella mansión aguardaban el supremo momento para el festín. Indubitablemente, la cena macabra nunca pudo llegar, porque a la criatura se le
dio cristiana sepultura; sin embargo, las aves llegaron y la Ley se cumplió…”

Así las cosas, el cuervo se nos presenta bajo un aspecto diferente y con sus maravillosos poderes; se hace partícipe de la alta magia y es un gran símbolo alquimista del Rayo de Saturno y aunque algunos tenebrosos lo hayan utilizado para el mal, lo verdad es que es una criatura inocente y bella de la Madre Naturaleza.

Por: César Owen / España

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Gnosis en la civilización Maya (segunda parte)

La primera parte de este tema la cerramos con una cita del Popol Vuh o Popol Wuj por parte del Avatara de Acuario, Samael Aun Weor. Iniciaremos esta segunda parte, transcribiendo una cita del Popol Vuh del V.M. Huiracocha , el doctor Arnoldo Krumm Heller. En su libro: «Logos Mantram Magia«, publicado en la colección Miscelanea de la Editorial Kier. “No había –dicen- excepto el Caos, aunque cubierto majestuosamente por un cielo eterno. Sólo Dios existía, Tepiu K’ocumatz, en forma andrógina. Es decir, hombre y mujer a un tiempo, Padre y Madre a la vez, creador y criatura. De Él, salió el Huracán (voz maya que después fue llevada a los mares caribes) y que significa, para los indios antiguos, viento, soplo y palabra…”

La Cruz maya

Así como el maíz tiene enorme importancia en el esoterismo maya, la cruz ocupa también significativa importancia en la extraordinaria Civilización maya. A este respecto, muchos investigadores se han referido a la Cruz maya. Así por ejemplo, J. Enrique Ardón, en su libro: “Cuando se rompió el hilo» (la Atlántida y los Mayas) afirma que: “la realidad es que esa cruz de brazos iguales (+), que aparece en Palenque y se puede ver también en un monolito antiquísimo que se encuentra en el Museo Arqueológico de Guatemala, así como en un monolito de la Acrópolis en el Templo VI de Tikal y en una estela de “Dos Pozas”, Petexbatún (Petén) es la votánica que trajeron aquellos cultos enviados del Oriente, entre los que destacó Valum Votán como lo narra nuestra historia”.

Muy oportuno, nos parece citar el siguiente párrafo del V.M. Huiracocha en su obra ya citada: “Votan o Wotan, era el gran Dios de los antiguos alemanes, el Dios del viento, representación del Aliento divino, de que nos habla Tácito. En Rusia hay un pueblo, los Votajas, que hablan un idioma parecido al Sánscrito y que conserva voces mayas. Por eso, no es extraño que volvamos a encontrar en Yucatán y Guatemala, al Dios Votan con el mismo nombre”.

David Freídel, Linda Schele y Joy Parker en el capítulo II de su obra. “El Cosmos Maya” publicada en castellano por el Fondo de Cultura Económica, muestran un análisis formidable, relacionando la Cruz maya con la Astronomía. En las páginas 72 y 73 citan una frase de extraordinaria importancia para los estudios gnósticos: “…me había advertido que acudiera siempre a la naturaleza en busca de la fuente del simbolismo mitológico”.

Los autores citados demuestran en el contenido de su obra que en sentido astronómico la Cruz maya está formada por la Eclíptica y la Vía Láctea. Además que los animales ahí representados, son nada más y nada menos, que los animales de las constelaciones. Así por ejemplo el ave mitológica que generalmente corona la Cruz maya corresponde a Wuqub Kak’ix (Siete guacamayo) y este a su vez con la constelación de la Osa Mayor. Es significativo que esta hermosa y enorme constelación, que en Guatemala, parece un barrilete (cometa) gigante, en Europa es denominada: carro o trineo. Dicha constelación presenta siete estrellas observables a simple vista. De ahí que el Wuqub Kak’ix podría denominarse: Guacamayo de siete estrellas.

Es innegable que todas las religiones han ubicado a sus dioses y diosas en el cielo. Así por ejemplo en la Cultura clásica: diosas, dioses, héroes y mensajeros de los dioses griegos y latinos se encuentran en el firmamento. Ahí encontramos a Marte, a Venus, a Mercurio, Júpiter, Hércules y Casiopea, entre otros.

En forma similar, los mayas, también representan su mitología en el Cosmos. Los autores en mención citan a Bárbara y Dennis Tedlock autores de una de las versiones más autorizadas del Popol Wuj y coinciden con ellos en que, por ejemplo, la constelación de Géminis, para los mayas corresponde a la pareja creadora: Ixpiyacoc e Ixmucané. Sin embargo, es conveniente aclarar a la luz de la Gnosis, que no es que afirmemos que los planetas,estrellas o constelaciones, sean dioses. Los objetos astronómicos, son en realidad símbolos o representaciones didácticas de la divinidad. Aunque en todos los pueblos antiguos, el planeta Tierra por ejemplo, es considerado como un ser vivo. Por consiguiente, como todo ser vivo tiene su alma o su ánima mundi, la cual es divinal.

Francisco de Paula, García Peláez, arzobispo de Guatemala de 1846 a 1867, expuso en el primer tomo de sus “Memorias para la Historia del Antiguo Reyno de Goathemala” que en el entrecruzamiento central de la cruz de Palenque se encuentra el árbol de la vida hebraica y que dentro de este símbolo, se lee una letra T, que nos recuerda, tanto a la palabra nahua: Teocalli, como al latín Theos. García Peláez afirma que es indudable que para los mayas, igual que para los cristianos, la cruz era un símbolo sagrado. El V.M. Huiracocha en la obra citada anteriormente, afirma que: “es la Cruz, el símbolo más antiguo de la Tierra”. La cruz de Palenque y más precisamente la cruz de la que desciende el sumo sacerdote Pacal en la loza monolítica del templo de la Inscripciones en Palenque, está hecha de cañas de maiz, de milpa.

Samael Aun Weor explicó magistralmente en su obra: “Dios Pacal y el Katún trece, lo siguiente: “aparece sobre la piedra, que pesa varias toneladas y que cubre al sepulcro, una gran cruz hecha con cañas de maíz, y esto nos invita a la reflexión. Entre los mayas, así como entre los náhuas, zapotecas, toltecas, etc., el maíz es sagrado. Alegoriza o simboliza a la simiente humana. Por ejemplo, en China, la India, Japón, etc., la simiente humana está alegorizada o simbolizada por el arroz y en los pueblos cristianos de Europa y del medio Oriente, la simiente fue alegorizada o simbolizada por el trigo. La cruz hecha de caña de maíz, obviamente resulta tremendamente significativa, pues bien sabemos nosotros (los gnósticos) que la cruz es un instrumento de liberación, no únicamente de martirio. Realmente, la inserción del phalus vertical dentro del Cteis formal hacen cruz. Bien y si tal cruz es hecha de cañas de maíz, nos está indicando algo extraordinario.

Es obvio que en el Ens seminis, dentro del cual está contenido el ens virtutis del fuego, existen poderes extraordinarios. El ens seminis, o entidad del semen, o esperma sagrado del ser humano, contiene poderes místicos trascendentales, formidables, que los mayas analizaron cuidadosamente en sus estudios, no solamente en Palenque, sino en Cancún, en Chichén Itzá, etc.”. La Cruz maya, entre otros simbolismos, representa a los cuatro puntos cardinales. En cada punto cardinal, rige una representación del Dios Chac, que no es solamente el dios del agua. Es el Señor y dador de vida, el Tercer logos, el Espíritu Santo, entre los mayas.

La cruz y la piedra filosofal

Entre los mayas, cada punto cardinal, se representa con un color diferente. Los colores son: rojo, amarillo, blanco y negro. En el Popol Wuj, se hace referencia a estos cuatro colores, cuando Jun Junajpu y Wuqub Junajpu descienden al valle de Xibalbá a competir en el juego de pelota con los 9 camé, con los nueve señores del inframundo: “enseguida llegaron donde se encontraban cuatro caminos y allí sí fueron vencidos, donde se entrecruzan los cuatro caminos: un camino era rojo los otros eran un camino negro, un camino blanco; y el otro un camino amarillo. Eran cuatro caminos.” (Versión de Luis Enrique Sam Colop, Editorial Cholsamaj). Se narra en el Popol Wuj que ahí empezó la derrota de Hun Hunahpú (Jun Junajpu) y Vucub Hunahpú (Wuqub Junajpu).

Tiempo después la doncella Ixkik (Ixquic) se encuentra en Xibalbá con un árbol de morro o JÍCARO. El sagrado IAO, el Gaio, Gallo o Abraxas de los gnósticos. Una de las calabazas o morros le habla a la doncella y con un escupitajo resulta en cinta. De ahí deviene la inmaculada concepción de Hunahpú (Junajpu) e Ixbalanqué (Xbalamke).

“De pronto habló la calavera que estaba entre las ramas del árbol: -¿Qué es lo que deseas de lo que son sólo huesos, los objetos redondeados en las ramas de los árboles? Dijo la cabeza de Jun Junajpu cuando le habló a la doncella”. “-¿Los deseas? Agregó. -¡Sí, los deseo! contestó la doncella. -¡Está bien! Extiende tu mano derecha, que yo la vea, dijo la calavera. -¡Sí! Respondió la doncella, extendiendo su mano derecha hacia la calavera”.

“En ese instante la calavera lanzó un chisguete de saliva que vino a dar directamente en la palma de la mano de la doncella. Cuando ella vio la palma de su mano que examinó de inmediato ya no había saliva de la calavera en su mano”. (tomado de la versión del Popol Wuj de Sam Colop).

Resulta muy significativo que el divino redentor del mundo haya sido crucificado en el monte de la Calavera y en la Cábala hebraica se estudie el árbol de la Vida.

Los dioses principales de todas las antiguas civilizaciones nacen de inmaculadas concepciones. Hitzilopochtli entre los aztecas, Mitra entre los persas, Horus en Egipto y el niño dios de Belén, Jesucristo. La doncella Ixquic (Ixkik), tiene los mismos atributos que Cuatlicue, Isis, Devaki, Mayevi, Rea, María.

Esos cuatro colores, se relacionan con la piedra filosofal. Los mayas adoraron a la piedra de obsidiana (de color negro) y los musulmanes adoran la piedra de la Caba (de color negro). En las sagradas escrituras, se hacen muchas referencias a la piedra. En el Nuevo testamento, Jesús narra la parábola de los dos cimientos (Mt 7.24-29). En Lc 20.17, se lee: «La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo». «He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa» (1 P 2.6).

Los alquimistas medievales se esforzaban por encontrar la piedra filosofal. Una vez encontrada, la esculpían con mucha dedicación a base de cincel y martillo y la sometían a fuego incesante. Al cocer la piedra, esta presentaba diferentes colores en forma sucesiva. Los colores de la piedra filosofal, eran: negro, blanco, amarillo y rojo. Estos colores, nos recuerdan la leyenda de los reyes magos. Se dice en la leyenda que hubo un rey mago de etnia negra, otro de etnia blanca y otro de etnia amarilla. También se afirma en la leyenda, que los reyes magos vestían mantos de púrpura, de color rojo.

En relación con los cuatro colores simbólicos, el Presidente fundador de las instituciones gnósticas, Samael Aun Weor, en el capítulo titulado: La Cruz de San Andrés, de su obra ya citada: «La Doctrina Secreta de Anáhuac, expone lo siguiente: «en Caldea, los ziggurats, generalmente torres de tres pisos, a cuya categoría perteneció la famosa Torre de Babel, estaban pintados de tres colores: negro, blanco y rojo púrpura. Para dar una idea del alcance extraordinario que en la Filosofía Hermética toma el simbolismo de los colores de la Gran Obra, observemos que siempre se representa a la Virgen vestida de azul (equivalente al negro), a Dios de blanco y al Cristo de rojo».

«En los sagrados templos del viejo Egipto de los faraones, cuando el recipiendario estaba a punto de sufrir las pruebas de la iniciación, un maestro se acercaba a él y le murmuraba al esta frase misteriosa: !Acuérdate que Osiris es un dios negro!». «Evidentemente, este es el color específico de las tinieblas, de las sombras cumerías, el del diablo, a quien se ofrecieron siempre rosas negras, y también el del Caos primitivo donde todos los elementos se mezclan y confunde totalmente. El símbolo del elemento tierra, de la noche y de la muerte radical de todos esos agregados psíquicos que en su conjunto constituyen el mí mismo».

«Indubitablemente, lo mismo que en el Génesis hebraico, el día sucede a la noche, así también la luz sucede a la oscuridad. Bienaventurados los que han sido regenerados y lavados por la sangre del cordero (el fuego sexual, serán siempre vestidos con vestiduras blancas». En la tierra sagrada de los faraones, Path, el regenerador, usaba siempre túnica de lino blanco para indicar el renacimiento de los puros, de los que han muerto en sí mismos».

Más adelante, el Kalki Avatar, afirma que: «el color blanco sucede al negro, el amarillo al blanco y el púrpura de los reyes sagrados de las dinastías solares se sucede siempre al amarillo». Explica además el Maestro que por ese motivo, en el Viacrucis, colocan el manto púrpura (rojo) a nuestro señor el Cristo.

Volviendo al Popol Vuh, una vez han crecido Hunahpú e Ixbalanqué deciden ir a preparar el terreno para la siembra. Después de un día entero de trabajo limpiando la maleza, van a descansar a su hogar y regresan al día siguiente a continuar sus labores agrícolas. Pero al llegar al terreno de cultivo, se encuentran con la sorpresa de que la maleza ha crecido nuevamente. Como no entienden qué ocurrió, deciden regresar en la noche para acechar a los animales. Cuando aparecen los animales, intentan atraparlos, pero todos se les escapan, no logran capturarlos. Por fin logran cazar al ratón. El ratón les habla entonces del juego de pelota y vuelven al hogar a recuperar sus implementos del juego.

Este mito tiene enorme significación esotérica. Desde el punto de vista astronómico, resulta sumamente interesante la explicación que da César Augusto Coto De León en su obra: “Bajo el cielo de los mayas”. Según Coto la crecida de la maleza ocurre entre un año y otro. Después de transcurrido un año y, con el cambio de las estaciones, es natural que vuelva a crecer la maleza. Los animales, como ya se explicó anteriormente, en su significado astronómico, simbolizan a las constelaciones. La mayoría de animales se escapan porque casi todas las constelaciones, durante el año, tienen determinado número de días en el que no son visibles en el cielo nocturno. La característica de ser visibles todo el año en determinada latitud, solo la poseen las denominadas constelaciones circumpolares.

Lo más extraordinario, es que según Coto De león, en muchos pueblos mayas de Guatemala, se relaciona al ratón con la constelación de la Osa menor, Explica además Coto, que la Osa menor, es la única constelación circumpolar en Guatemala. Así explica Coto De León que la pelota, representa al planeta Tierra y que el descubrimiento del juego de pelota corresponde al descubrimiento de la redondez de la Tierra por los mayas.

Desde el punto de vista más profundo del esoterismo, la maleza, representa a las manifestaciones del Ego, es decir, de los elementos indeseables de la conducta humana, que no permiten que crezca la semilla, el maíz. Los animales representan al deseo, a los defectos de carácter. El juego de pelota tiene una significación alquimista extraordinaria. En el Popol Vuh, este juego ritual se practica en parejas: por el binario. “De dos en dos jugaban eran cuatro por todos”.

“Cuando se reunían para entretenerse en el campo de juego llegaba un halcón a observarlos. Era el mensajero de Jun Raqan, Ch ‘ipi Kaqulja Raxa Kaqulja. Ahora bien, para este halcón no quedaba lejos la Tierra no quedaba lejos Xibalba, y en un instante subía al Cielo a donde Jun Raqan” (Popol Wuj, versión de Sam Colop).

Corazón del Cielo es triuno, es una trimurti, la Trinidad. Resulta muy significativo, que en el antiguo Egipto, el halcón representa al dios Horus.

En el colosal patio de juego de pelota de Chichén Itzá aparecen esculpidos en la piedra siete jugadores. En este caso, se representa al septenario teosófico. Para los yoguis de la India y para los teósofos, el ser humano es septuble en su constitución. El ser humano, además de su cuerpo físico, posee: vitalidad, emociones, pensamientos, voluntad, conciencia y espíritu.
El juego de pelota mesoamecano, representa la lucha de los contrarios, la lucha entre las fuerzas del día y de la noche, de la luz y la oscuridad, de la vida y de la muerte.