Judas Iscariote y el Drama Crístico

Introducción

En anteriores entradas hemos expuesto los acontecimientos relacionados con la Semana Santa, desde el punto de vista de los estudios gnósticos. En dichas entradas, hemos puntualizado que los Evangelios fueron escritos en clave y solo son comprensibles por aquellos que poseen las claves del esoterismo, en especial, los iniciados comprenden la profundidad de sus enseñanzas.

Con las claves que nos proporciona la Gnosis, se entiende que los acontecimientos relativos a la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo, forman parte de un antiquísimo drama puesto en escena por iniciados de diferentes civilizaciones. Ese drama, formó parte de los antiguos Misterios, en especial, los Misterios de Eleusis y que los gnósticos reconocemos, como el Drama Cósmico.

En el Drama de Cristo, narrado en los Evangelios canónicos, cada uno de los personajes que interviene, son vistos a la luz de la Antropología Gnóstica como personajes que es urgente encontrar en nuestra propia psiquis. Uno de esos personajes, el más controvertido y difamado de todos, es Judas Iscariote, quien en Jueves Santo concreta el terrible acto de entregar a su Maestro.

Contrario a lo que durante dos mil años, en la mente de la mayoría de seres humanos se ha formado en torno de quien fue Judas, los gnósticos vemos dos puntos de vista radicalmente distintos. En el primer caso, el Apóstol Judas representa el papel de uno de los tres traidores de Hiram Abiff, el Cristo íntimo. Judas representa al demonio del deseo. Los otros dos traidores, son Pilatos que representa al demonio de la mente, que siempre se lava las manos y Caifás al demonio de la mala voluntad, el que crucifica al Cristo dentro de nosotros mismos.

El segundo punto de vista totalmente distinto al que en la tradición se tiene de Judas, es de que el Apóstol, en ningún momento fue un traidor, sino que simplemente cumplió fielmente órdenes que le diera su Maestro.

Afortunadamente, en la actualidad se cuenta con abundante material que apoya la posición gnóstica, en especial, debido a que en 2006 National Geographic dio a conocer al mundo el Evangelio de Judas.

El Evangelio de Judas, había llegado al mismo destino que otros Evangelios Gnósticos, entre ellos, el Evangelio de María, el Evangelio de Felipe y el Evangelio de Tomás. El Evangelio de María, el Pistis Sophía y otros manuscritos aislados de la gran biblioteca gnóstica fueron apareciendo en el siglo XIX. Sin embargo, con el descubrimiento de la Biblioteca Gnóstica Copta de El Cairo, en Nag Hammadi, Egipto en 1945, los manuscritos gnósticos antiguos adquirieron relevancia.

Estos grandes descubrimientos arqueológicos, han resultado oportunos para los gnósticos actuales, toda vez que la divinidad, el Círculo Consciente de la Humanidad y la Logia Blanca han permitido que por fin tengamos oportunidad de “encontrar la verdad” y que ella nos haga “libres”.

Antes de la develación del Evangelio de Judas por parte de National Geografic, los maestros gnósticos y muchos investigadores habían explicado el terrible papel que le tocó representar al Apóstol.

Jorge Luis Borges: “Tres historias de Judas”

En la literatura universal, hay algunos ejemplos muy interesantes que tienden a vindicar el papel de Judas en el Evangelio. Así por ejemplo, James M. Robinson, en su obra: «Los Secretos de Judas, la historia del discípulo incomprendido y de su evangelio extraviado«, publicado en español por Planeta en 2006, en la página 170, cita a Ray Anderson del que indica que: “transcribe un diálogo entre Jesús y Judas en el cual Jesús perdona a Judas ¡y su libro lleva el título de El evangelio según Judas!”.

De los grandes escritores, quien intuyó con toda propiedad la grandeza del papel que representó Judas el Jueves Santo, fue Jorge Luis Borges, en sus: “Tres Historias de Judas”, de la que transcribimos a continuación, un hermoso fragmento:

La primera edición de Kristus och Judas lleva este categórico epígrafe, cuyo sentido, años después, monstruosamente dilataría el propio Nils Runeberg: No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas (De Quincey, 1857). Precedido por algún alemán, De Quincey especuló que Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma; Runeberg sugiere una vindicación de índole metafísica.

Hábilmente, empieza por destacar la superfluidad del acto de Judas. Observa (como Robertson) que para identificar a un maestro que diariamente predicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traición de un apóstol. Ello, sin embargo, ocurrió. Suponer un error en la Escritura es intolerable; no menos tolerable es admitir un hecho casual en el más precioso acontecimiento de la historia del mundo. Ergo, la traición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención.

Prosigue Runeberg: El Verbo, cuando fue hecho carne, pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia, de la dicha sin límites a la mutación y a la carne; para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno. Judas Iscariote fue ese hombre.

Judas, único entre los apóstoles intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesús. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y ser huésped del fuego que no se apaga. El orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las manchas de la piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones; Judas refleja de algún modo a Jesús. De ahí los treinta dineros y el beso; de ahí la muerte voluntaria, para merecer aun más la Reprobación. Así dilucidó Nils Runeberg el enigma de Judas.

Juiciosos análisis en defensa de Judas

James M. Robinson, anota, siempre en la página 170 de su obra, lo siguiente: “¿Qué sucede en el caso de Judas? Varios libros recientes acerca de Judas han expresado simpatía hacia él pues consideran que, después de todo, lo que se dice que tuvo que hacer no estuvo tan errado. (…)El libro de William Klassen, «Judas: ¿traidor o amigo de Jesús?» Defiende la tesis de que Judas fue más un amigo que un traidor”.

Otro investigado, Émile Gillabert, autor de varios libros relativos a los Evangelios Gnósticos y el pensamiento oriental, en la introducción a una de sus obras: “Judas ¿traidor o iniciado?” Publicado en español por Ediciones Obelisco en 2007, explica que: emprender la rehabilitación del personaje más vilipendiado de la historia, aquel cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de traidor, aquel que, como un confidente ambicioso, ha pasado por haber vendido a su Maestro, puede parecer un desafío.

Más adelante afirma que: el intento de rehabilitar a Judas aparece justamente en una época en la que el espíritu de la gnosis se manifiesta de nuevo. Y finaliza su introducción diciendo: ¿Acaso la exigencia de la verdad no pide que se reabra el expediente de Judas, que parecía encontrarse definitivamente cerrado? Si la dignidad humana está en juego, no es cuestión de pasarlo por alto.

Gillabert, cita en las páginas 28 y 29 de su libro al investigador Carlo Suarès, quien publicó, entre sus obras, una titulada: «La Biblia restituida» y publicada por Du Mont-Blanc en 1967. Según el autor, Suarès acude al pasaje del capítulo 13 del Evangelio de Juan en el que Jesús responde que el traidor “es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar.

Gillabert, transcribe lo siguiente: En su interpretación, Carlo Suarès precisa: «Este texto es tan simple y claro que hace falta ser obstinadamente ciego para interpretarlo como se ha hecho. Jesús que, como sabemos no puede entregarse a sí mismo, enviará a uno de los suyos para que lo entregue a él, la luz, a las tinieblas del mundo. Este “entregador”, el encargado de entregarlo, será el portador de esa luz, (…) Esta extraordinaria misión será confiada a uno de los doce. Y se trata de algo de naturaleza tan sublime que los apóstoles, lejos de pensar que le corresponderá a Judas, se miran unos a otros, sin saber quién será el elegido […]. Jesús responde que será aquel con quien él comulgue y, por más que le pese a dos mil años de sucesión episcopal, el único con el que comulgó fue Judas».

Más adelante Gillaber continúa con sus comentarios de la obra de Suarès y transcribe: La mirada que Carlo Suarès dirige sobre Jesús y sobre la Iglesia, es la de un testigo, en muchos aspectos, privilegiado. Gracias a su conocimiento del pensamiento oriental (…) y a sus estudios sobre la Cábala, Suarès se eleva por encima del judaísmo de su infancia. Ve en Jesús al rabí que ha venido a cumplir las Escrituras, y ve en Judas al continuador de Jesús. Pero Jesús, ¿tiene una misión que cumplir por mediación de Judas?.

En la página 44 de la obra citada, Gillabert explica que: el «bocado» es una antigua costumbre, aún practicada en la India, mediante la cual un maestro honra a un discípulo o un visitante. Es, pues, un homenaje, pero también un signo de transmisión iniciática, por el cual el Uno se revela al uno: sólo aquel que haya «bebido» de la «boca» del maestro puede, lógicamente, recibir el «bocado».

Del Todo y de todas las cosas y Gurdjieff

El tigre del Turkestán, también conocido como el maestro G: George Ivanovich Gurdjieff, en el tomo II de su obra: «Del todo y de todas las cosas«, hace un análisis impresionante del papel que le tocó representar a Judas Iscariote.

En dicha obra, el venerable maestro G, construye una serie de relatos que un ser extraterrestre narra a su nieto durante un largo viaje espacial. Este ser extraterrestre, tiene una larga, muy larga existencia y por determinadas circunstancias le tocó vivir durante miles de años terrestres en el vecino planeta Marte, desde ahí se interesó por el “singular psiquismo de los terrícolas” y llegó a conocer toda la historia de la humanidad. A continuación, el relato acerca de Judas:

Quiero hablar de lo que está dicho en las Santas Escrituras, tal como éstas les han llegado —supuestamente sin haber sufrido la menor alteración— del más importante, del más sensato, del más devoto de esos seres, directamente iniciados por ese Individuum sagrado, que llaman sus «apóstoles». Ese discípulo devoto, amado de Jesucristo, se llama «Judas». Con arreglo a la versión actual de esas Escrituras Santas, aquel que va a sacar de allí el conocimiento de la verdad adquiere en su esencia la convicción de que ese Judas era el ser más cobarde, el más vil, y el traidor más pérfido que se puede concebir.

En realidad. Judas no sólo fue el más fiel y el más devoto, entre los adeptos más próximos a Jesucristo, sino que sólo su inteligencia, su ingeniosidad y su presencia de ánimo permitieron que ese Individuum sagrado realizara todos los actos cuyo resultado, si bien no llegó a destruir completamente en ellos las consecuencias de las propiedades del órgano kundabúffer (más conocido por kundartiguador entre los gnósticos), alimentó e inspiró sin embargo, durante una veintena de siglos, el psiquismo de la mayoría de ellos, e hizo al menos su triste existencia más o menos soportable.

Para que puedas representarte mejor la verdadera individualidad de Judas, y el alcance de su manifestación, debes saber que después de la formación definitiva de Jesucristo en cuanto a ser responsable, ese Individuum sagrado, habiendo revestido el cuerpo planetario de un ser terrestre, resolvió, para realizar la misión que le había sido asignada desde Lo Alto, iluminar la razón de los seres terrestres tri-cerebrales por intermedio de doce de ellos, pertenecientes a diferentes tipos, a quienes él se puso a iniciar y preparar personalmente.

Ahora bien, en el momento más intenso de sus divinas actividades, unas circunstancias que le eran ajenas le obligaron, antes de haber llevado a cabo todos sus designios —es decir, antes de haber tenido tiempo de explicarles ciertas verdades cósmicas y de darles las instrucciones necesarias para el porvenir— a dejar que se realizara la ruptura prematura de su existencia planetaria.

Decidió entonces, de acuerdo con los doce seres terrestres que había iniciado intencionalmente, recurrir al misterio sagrado de almtznoshinu —del cual conocían todos ya el proceso de realización, y para cuya ejecución habían adquirido todos los datos requeridos— con el fin de conservar la posibilidad, mientras durase el estado de individualidad cósmica en que se encontraba, de llevar a cabo el trabajo de preparación conforme al plan que él se había trazado para cumplir la misión que le había sido asignada desde Lo Alto.
Pero después de haber tomado esa decisión, cuando estuvieron listos para intentar la preparación requerida para este misterio sagrado, se dieron cuenta que no podía hacerse, pues ya era muy tarde.

Estaban cercados por «soldados», y esperaban de un momento a otro su detención con todas sus consecuencias. Fue entonces cuando intervino Judas.

Ese futuro santo, inseparable y fiel asistente de Jesucristo, fue «maldecido» y «execrado» por los extraños seres de tu planeta, en su cándida estupidez, cuando habría merecido al contrario la gratitud de los seres terrestres tri-cerebrales de todas las siguientes generaciones porque él les hizo un inmenso servicio objetivo.

Ese acto sensato, valeroso, cuya iniciativa tomó con devoción desinteresada, consistió en esto: en el momento en que se quedaban sin esperanza de poder efectuar la preparación necesaria para el cumplimiento del almtznoshinu sagrado, el que es hoy en día San Judas se levantó de pronto y se apresuró a decir:

«Yo iré y haré lo necesario para que usted tenga la posibilidad de cumplir sin obstáculo esa preparación sagrada; los demás, manos a la obra, sin tardar». “Dicho esto, se acercó a Jesucristo, y después de haber hablado con él en voz baja unos instantes, recibió su bendición y se fue”.

“Los demás pudieron llevar a cabo todo lo que exigía la realización del proceso sagrado de almtznoshinu. Después de lo que acabo de decirte comprenderás sin duda cómo los seres tri-cerebrales pertenecientes a los dos tipos de que te he hablado, han falsificado todas las verdades para satisfacer sus fines egoístas, hasta el punto de cristalizar en la presencia de los seres de todas las generaciones siguientes una representación tan manifiestamente injusta de Judas —ese Santo gracias al cual se han beneficiado durante veinte siglos, de un hogar de paz bienhechora en el corazón de su existencia desolada.

Pienso incluso que si han presentado así a Judas en sus «Santas Escrituras», fue que uno de ellos tuvo la necesidad, por cualquier razón, de minimizar la importancia de Jesucristo. Al parecer, él era tan cándido, tan incapaz de prever nada, de presentir nada, en pocas palabras tan imperfecto, que aun habiendo vivido largos años con Judas, demostró ser incapaz de mentir y de comprender que su discípulo más próximo era un pérfido traidor que lo vendería por treinta miserables denarios.

Gurdjieff, en la misma obra, explica además que significa el sagrado proceso de Almtznoshinu: Se llama «almtznoshinu sagrado» el proceso gracias al cual ciertos seres tri-céntricos —que, después de haber revestido su propio cuerpo kessdyan, han logrado llevarlo a un funcionamiento perfecto, así como a un grado de Razón bien determinado— realizan intencionalmente la «materialización» del cuerpo kessdyan de un ser que ya ha dejado de existir, hasta una densidad tal que ese segundo cuerpo adquiere de nuevo, por cierto tiempo, la posibilidad de manifestarse a través de ciertas funciones propias de su antiguo cuerpo planetario. Es posible efectuar ese proceso sagrado en el cuerpo kessdyan de un ser que, en el curso de su existencia, también él, ha llevado ese cuerpo eseral superior hasta un funcionamiento perfecto”.El sagrado almtznoshinu es uno de los diversos procesos iniciáticos, relacionados con la Resurrección. El cuerpo astral es el mismo cuerpo kessdyan

Judas y los maestros de la Gnosis contemporánea

En el libro: “Ciencia Gnóstica«, en una entrevista que se le hizo, el V.M. Rabolú respondió lo siguiente: a través de las sectas religiosas o creencias, siempre se ha tenido a Judas como un elemento perverso, dañino, malo, y en realidad, ante las Jerarquías Cósmicas (y yo soy muy testigo de eso) lo que le tocó a los Apóstoles fue un Drama Cósmico para darnos la Enseñanza viva, de la que tenemos que realizar cada uno de nosotros. En realidad, de todos los Apóstoles del Maestro Jesús, el más adelantado, o no digamos adelantado, sino el de categoría superior fue Judas. A quién le tocó representar el papel más terrible.

En dicha obra el Maestro explica además que: cuando el Maestro Jesús obligó, destinó a Judas para representar ese papel y Judas no se sentía en capacidad de hacerlo. Entonces se arrodilló ante el maestro Jesús, y llorando le dijo que no le permitiera representar ese papel, porque él no se sentía capacitado. Pero Jesús le respondió: tú tendrás que hacerlo, tú eres el único preparado para ello”.

El maestro Rabolú explica además que el gran iniciado Judas, trabaja en los mundos infiernos bajo las órdenes del Padre que está en secreto. Ahí se esfuerza por redimir a los arrepentidos. El lucha por sacar almas del Abismo, para que aquí (en el mundo físico) se revolucionen (…) pero no obstante, toda palabra que pronuncian aquí los religiosos y creyentes contra Él, la siente, todo lo siente allá: las frases hirientes, como cuando una persona traiciona a otra y la llama “judas”. El siente aquello, lo siente en carne viva. Porque se desconoce realmente su elevada Jerarquía.

Varios estudiosos han remarcado las razones de por qué en los relatos de los Evangelios Canónicos, no aparece el momento en el que Jesús llama a Judas. Algunas tradiciones afirman que esto se debía a que Jesús venía con Judas de su preparación iniciática por las escuelas iniciáticas de el Mediterráneo, Egipto y Tibet. Otros afirman que Judas, tenía otros nombres y que en los distintos Evangelios, tanto Canónicos, como Apócrifos, sus nombres se entremezclan.

Según algunos de estos investigadores, Judas era a la vez Tomás y Dídimo y que era uno de los hermanos del mismo Jesús. Acuden al enigmático y controversial pasaje del Evangelio de Marcos: “¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están ´también aquí con nosotros sus hermanas?”. (Mr 6:3). Este versículo que quieren esconder los creyentes de algunas religiones cristianas y otros lo malinterpretan, está ampliamente aclarado en los Apócrifos de la Infancia en donde se explica que efectivamente, Jesús tuvo hermanos, todos hijos de un matrimonio anterior de José el carpintero.

En la explicación profundamente gnóstica del papel que representan los apóstoles, se entiende que Pedro tiene las llaves del Cielo y Judas, las llaves del Inferno. Pedro nos abre la puerta para entrar, cuando abandonamos la fornicación y aprendemos a manejar conscientemente el Ens seminis, mediante la práctica del tantrismo blanco. Mientras Judas nos abre las puertas del Infierno y nos da la clave para salir de nuestros propios infiernos psicológicos, comprendiendo que, como también lo enseñaran Krisna y Buda, en el apego y en el deseo se encuentran los asideros del Ego que urge decapitar o ahorcar.

En el Mensaje de Navidad 1973-1974, titulado: Sí hay Infiero, Sí hay Diablo, Sí hay Karma, el Kalki Avatar, Samael Aun Weor, explica lo siguiente: Todos, de niños, hemos recibido cierta educación, y entonces se nos inculcaron ideas negativas y perjudiciales, erróneas y absurdas. Continúa explicando el Buda Maitreya que en la Edad Media existió la comunidad gnóstica de los Iscariotes y que los adeptos de esta comunidad “fueron quemados vivos en la hoguera de la Inquisición”.

Sigue explicando el Avatar de la Era de Acuario, que: También causa cierto dolor el hecho concreto de que Judas Iscariote, hasta la fecha actual, es considerado realmente como un discípulo traidor”. “Judas Iscariote es otro caso muy interesante. Realmente este Apóstol jamás traicionó a Jesús el Cristo; sólo representó un papel, y éste se lo enseñó su Maestro Jesús.
Así pues, cada uno de los doce Apóstoles de Jesús de Nazaret, tuvo que representar su papel en la escena. Judas no quería ejecutar el que le tocó; solicitó el de Pedro, mas Jesús ya tenía establecido firmemente la parte que cada discípulo tenía que simbolizar. El papel que Judas representó tuvo que aprendérselo de memoria, y le fue enseñado por su Maestro.

Judas Iscariote nunca pues traicionó al Maestro. El Evangelio de Judas es la disolución del Ego; sin Judas no es posible el Drama Cósmico. Es pues, este Apóstol el más exaltado Adepto, el más elevado de todos los Apóstoles del Cristo Jesús.

Indubitablemente, cada uno de los doce tuvo su propio Evangelio. No podríamos negar a PATAR, Pedro. Él es el Hierofante del Sexo, aquel que tiene las Llaves del Reino en su diestra, el Gran Iniciador. ¿Y qué diremos de Marcos, quien guardara con tanto amor los Misterios de la Unción Gnóstica? ¿Y qué de Felipe, aquel Gran Iluminado cuyo Evangelio nos enseña a salir en Cuerpo Astral y a viajar con el Cuerpo Físico en Estado de Jinas? ¿Y qué de Juan, con la Doctrina del Verbo? ¿Y qué de Pablo con la Filosofía de los Gnósticos? Sería muy largo narrar aquí todo lo que se relaciona con los doce y el Drama Cósmico.

¡Ha llegado el momento de eliminar de nuestras mentes la ignorancia y los viejos prejuicios religiosos! ¡Ha llegado el instante de estudiar a fondo el Esoterismo Crístico!

Jueves Santo

Introducción

La Semana Santa, la más santa de las semanas, nos transmite de manera simbólica muchas enseñanzas esotéricas desconocidas para la mayoría de personas. Es claro que de los siete tipos de cristianos, los tres primeros, es decir, los que pertenecen a los tipos instintivo-motor, emocional e intelectual de cristianos, conforme a la tipología esotérica, solo tienen acceso a la parte formal, literal, dogmática, externa y superficial del Cristianismo. Solamente los buscadores de la verdad, miembros de una escuela esotérica y los iniciados, tienen acceso a las profundas verdades encerradas en el Drama Cósmico que se conmemora por la época de la Semana Santa.

La última cena -Juan de Juanes
La última cena -Juan de Juanes

Ya hemos explicado que la Semana Santa, la tradición del equinoccio de primavera, solo se entiende plenamente cuando se estudian sus fundamentos astronómicos. Es gracias a la ciencia de la Astronomía que podemos entender por qué la Semana Santa es una fiesta movible.

También hemos dado explicación en anteriores entradas, acerca de la relación que tienen los ocho días de la Semana Santa con la ley de Octava, con el santo ocho y el signo del infinito; así como con los ocho años de tribulaciones de Job. Los primeros siete días de la Semana Santa se corresponden con cada una de las notas musicales formando una octava completa y se corresponden con los siete planetas vistos a simple vista por los antiguos (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno. Domingo de Ramos se corresponde con el primer Do de la octava musical y Domingo de Resurrección con el Do de una octava superior.

Santo Job -Léon Bonatt
Santo Job -Léon Bonnatt

En cada día de la Semana Santa ocurren acontecimientos extraordinarios que deben ser vistos más allá de lo ocurrido en Tierra Santa, hace dos mil años y que tuvieron como personaje central a Jesús de Nazaret o mejor dicho: Jeshua Ben Pandhirá.

Todos los acontecimientos de Semana Santa, narrados en los Evangelios Canónicos y conservados por la tradición, constituyen enseñanzas muy valiosas para los aspirantes a la luz y a la liberación espiritual.

Es claro que es legítimo argumentar que relatan el drama, pasión, muerte y resurrección del ser más extraordinario que ha poblado la Tierra. Pero conmemorar la Semana Santa solamente desde la perspectiva del Cristo histórico resulta muy incipiente y elemental. Lo mejor es profundizar en la búsqueda de orientaciones para el trabajo íntimo que debemos realizar si también queremos alcanzar nosotros la salvación, la inmortalidad e incluso la legítima Resurrección.

Un día crucial para obtener muchas enseñanzas, lo constituye Jueves Santo, rodeado de mucha tradición, simbolismo y enseñanzas esotéricas.

Las fiestas de primavera y los Misterios

La Semana Santa es una fiesta antiquísima

relacionada con la Primavera, que coincide con muchas otras fiestas que se celebraron en el mundo antiguo. Desde la tradición del huevo de pascua, las danzas primaverales de griegos, latinos y celtas, pasando por los Misterios de Eleusis, con las ceremonias del pan y del vino y la adoración al dios del teatro y del vino: Dioniso o Baco.

Los misterios de Eleusis
Los misterios de Eleusis

Es oportuno en este momento, citar a P. D. Ouspensky, quien en su obra: “Un Nuevo Modelo del Universo”, explica lo siguiente: En la Grecia histórica los Misterios eran atributo de sociedades secretas de una clase especial. Estas sociedades secretas de sacerdotes e iniciados, establecían cada año, o cada determinado intervalo de tiempo, fiestas especiales, en las que también se daban funciones teatrales alegóricas. Estas funciones teatrales, a las que en particular se les dio el nombre de Misterios, se llevaban a cabo en diferentes lugares, -los más famosos eran los de Delfos y Eleusis en Grecia, y en la isla de Phile en Egipto. El carácter de las funciones teatrales y los dramas alegóricos que se representaban eran más o menos constante. Tanto en Grecia como en Egipto, la idea era siempre la misma, a saber, la muerte del dios y su resurrección.

Sigue explicando Ouspensky: Pero las representaciones teatrales que para la gente eran todo el contenido de los Misterios, eran realmente de importancia secundaria. Tras de esas representaciones se encontraban escuelas que eran la esencia de todo esto. El fin de estas escuelas era la preparación de los hombres para la iniciación. Solo los que estaban iniciados en ciertos secretos podían tomar parte en los Misterios.

Ouspensky continúa líneas adelante, con su explicación vinculando de manera directa los Misterios con el Drama Cósmico: hay una notable analogía entre el contenido de los Misterios y la vida terrena de Cristo. La vida terrena de Cristo, tomada como sabemos de los Evangelios, representa el mismo Misterio que aquéllos que eran representados en Egipto, en la Isla de Phile, en Grecia en Eleusis y en otros lugares. La idea era la misma, a saber, la muerte de Dios y su resurrección. La única diferencia entre los Misterios que eran representados en Egipto y en Grecia y el Misterio representado en Palestina estriba en el hecho de que este último era representado en la vida real, no en el teatro, sino rodeado por la naturaleza real, en las calles y en los lugares públicos de pueblos reales, en un campo real, con cielo, montañas, lagos y árboles por escenario, con una multitud real, con emociones reales de amor, maldad y odio, con clavos reales, con sufrimientos reales.

Todos los actores de este drama sabían sus partes y actuaban de acuerdo con un plan general, según el fin y el propósito de la obra. En este drama no había nada espontáneo, inconsciente o accidental. Cada actor sabía qué palabras tenía que decir y en qué momento; y decía de hecho exactamente lo que tenía que decir y del modo como tenía que decirlo. Este era un drama con el mundo entero como público por cientos y miles de años.

La Pascua Judía

“Jesús… dijo a sus discípulos: saben que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado” (Mt 26:1-2). “El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulo a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua?”. (Mt 26:17).

Cena en la pascua judía
Cena en la pascua judía

La celebración de la Pascua Judía, es la conmemoración de la salida de Egipto por parte de los israelitas. Se origina en la última de las plagas de Egipto, en la noche en la que murieron todos los primogénitos egipcios, debido a que Faraón se negaba a liberar al pueblo Judío del cautiverio. En el capítulo XII de Éxodo, se narra como Jehová ordenó a Moisés que los hebreos apartaran un cordero por familia. Todos los corderos debieron ser machos de un año. El cordero debió ser inmolado. Su sangre colocada en los postes y el dintel de cada casa hebrea. Esa noche, comieron la carne del cordero, asada al fuego. Comieron además, panes sin levadura y hierbas amargas.

“y lo comerán apresuradamente; es la Pascua de Jehová”. (Ex 12:11). “Y este día les será en memoria, y lo celebrarán como fiesta solemne para Jehová durante sus generaciones, por estatuto perpetuo lo celebrarán. Siete días comerán panes sin levadura; y así el primer día harán que no haya levadura en sus casas… El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendrán una santa convocación… Y guardarán la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué sus huestes de la tierra de Egipto, por tanto, guardarán este mandamiento en sus generaciones por costumbre perpetua. En el mes primero comerán los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde”. (Ex. 12:14-18).

Agnus Dei, el cordero inmolado
Agnus Dei, el cordero inmolado

El calendario hebreo, es un calendario lunar y antiguamente iniciaba en Primavera. El primer mes del calendario, era Nisán y marcaba el inicio del Éxodo. Nisán significa el retoño, el primer brote. En el calendario hebreo vigente, corresponde al séptimo mes y siempre por la época de marzo y abril, es decir, en Primavera. La noche del 14 de Nisán, los judíos comen el cordero pascual. La palabra pascua, viene del hebreo: pesah, que según el DRAE, significa lugar de pastos, en alusión a la culminación del ayuno. En otras acepciones se afirma que la palabra pascua significa «paso»: el paso del invierno a la primavera, el Éxodo judío y el proceso de la muerte a la Resurrección.

La preparación de la cena del Señor

“Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. Y Jesús envió a Pedro y a Juan” (Lc. 22:7-8). “Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: vayan a la ciudad, y les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; síganle y donde entre, digan al señor de la casa: el Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Y él les mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; prepárenlo para nosotros allí. Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua. Y cuando llegó la noche, vino él con los doce”.

La última cena -El Greco
La última cena -El Greco

Con la lectura de los anteriores pasajes de los Evangelios, se hace evidente que el gran iniciado Jesús, sabía perfectamente que se acercaba su muerte y que moriría en la cruz. Por otro lado y contrario a lo que muchos suponen. La preparación de la cena de pascua por el Señor, evidencia que existió enorme coordinación entre él y otros iniciados para que conforme al papel debidamente escrito en el Drama Cósmico, todo estuviera matemáticamente dispuesto. Es evidente que en estos pasajes, hubo contraseñas, claves secretas para reconocerse, determinado “santo y seña” para evitar confusiones.

Pedro y Juan

Indudablemente, no fue casual que enviara a Pedro y a Juan a preparar la cena del cordero. El Kalki Avatar, Samael Aun Weor, explica en su «Mensaje Supremo de Navidad 1967-1968«, lo siguiente: el Sahaja Maithuna (Magia sexual), es la ciencia de Pedro y este Santo Apóstol de los Misterios de Jesús, tiene las llaves del Reino. El nombre original de Pedro es PATAR y las tres consonantes, P, T, R, están grabadas a base de cincel y martillo sobre la Piedra viva que sirve de puerta al Reino.

La P, nos recuerda a los Pitris o padres de la humanidad; La T, viene a recordarnos al hombre y la mujer unidos sexualmente; La R, mística, nos recuerda, al Ra egipcio, al fuego sagrado. La piedra sexual, la piedra filosofal de los alquimistas medioevales, es el betilo mágico de todos los países, la ostrita esculapiana, la piedra con que Machaón curase a Philoctetes; recordemos las piedras aulladoras, oscilantes, rúnicas y parlantes de los Terafines, las piedras del rayo, las galactitas órficas, etc.

Crucifixión de Pedro
Crucifixión de Pedro

Explica además el Buda Maitreya en la obra citada que: el Maestro del Maithuna, PATAR, murió crucificado con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba. JUAN, I. E. O. U. AN. El Verbo mismo, recuesta su cabeza en el corazón del Gran Kabir Jesús como diciendo: el amor se alimenta con amor.

Sigue explicando el Venerable Maestro: dicen las sagradas escrituras que Pedro dijo a Jesús: ¿señor y qué de este? Refiriéndose a Juan. El Gran Kabir le respondió: «Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú». Juan el Verbo vela acurrucado en el fondo del Arca aguardando el instante de ser realizado. Nadie puede trabajar en el camino de Juan sin haber antes andado por el camino de Pedro.

La última cena

“Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con ustedes esta pascua antes que padezca! Porque les digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios”. (Lc. 22:14-16).

“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: esto es mi cuerpo, que por ustedes es dado; hagan esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: esta copa es el nuevo pacto en mi sangre que por ustedes se derrama”. (Lc. 22:19-20).

 

El Presidente fundador de las instituciones gnósticas, explica en su libro: “El Matrimonio Perfecto”, que: La Última Cena es una ceremonia mágica de inmenso poder. Algo muy similar a la arcaica ceremonia de la Hermandad de la Sangre. La tradición de esta hermandad dice que si dos o más personas mezclan su sangre entre una copa y luego beben de ella, quedan hermanados eternamente por la sangre. Los vehículos astrales de estas personas se asocian entonces íntimamente para toda la eternidad. El pueblo hebreo atribuye a la sangre características de un tipo muy especial. La Última Cena fue una ceremonia de sangre. Los apóstoles trajeron cada uno entre su copa, gotas de su propia sangre, y vaciaron estas gotas entre el cáliz del Cristo Jesús. En ese cáliz el Adorable había echado también su sangre real. Así, entre el Santo Graal, se mezcló la sangre del Cristo Jesús con la sangre de sus discípulos.

Cuenta la tradición, que Jesús también les dio a comer a sus discípulos, partículas infinitesimales de su propia carne. “Y tomando el pan, habiendo dado gracias, lo partió, y les dio diciendo: “este es Mi Cuerpo, que por vosotros es dado: haced esto en memoria de Mí”. “Así mismo también el vaso, después que hubo cenado diciendo: este paso es el nuevo pacto en mi Sangre, que por vosotros se derrama”. Así se firmó el pacto. Todo pacto se firma con sangre. El Astral del Cristo Jesús quedó asociado, unido a sus discípulos y a toda la humanidad, por el pacto de sangre. El Adorable es el Salvador del mundo. Esta ceremonia de sangre es tan antigua como el infinito. Todos los grandes Avataras la han verificado desde los antiguos tiempos. El Gran Señor de la Atlántida también realizó la Última Cena con sus discípulos.

Esta ceremonia de sangre no fue improvisada por el Divino Maestro. Esta es una ceremonia arcaica antiquísima, la ceremonia de sangre de los grandes Avataras. Toda Unción Gnóstica, sea cual quiera el culto o creencia, secta o religión, está asociada, unida íntimamente a la Última Cena del Adorable, por el pacto de sangre. La Santa Iglesia Gnóstica Cristiana Primitiva, a la cual nosotros tenemos la dicha de pertenecer, conserva en secreto los rituales primitivos que usaron los apóstoles. Estos fueron los rituales de los cristianos que se reunieron en las catacumbas de Roma durante la época del Cesar Nerón. Estos son los rituales de los esenios, casta humilde de grandes Iniciados entre los que se contaba el Cristo Jesús. Estos son los rituales primitivos de los antiguos cristianos.

El lavatorio de pies y las palabras gnósticas del adorable

Las Sagradas Escrituras narran que

después de la Santa Cena, el Señor procedió al lavatorio de pies. El Avatar de la Era de Acuario, Samael Aun Weor, en su obra: «Los Misterios Mayores«, explica que: el lavatorio pertenece al chacra prostático (la Iglesia de Esmirna), nadie podrá llegar al monte de la Transfiguración, sin haber pasado por el lavatorio. En las líneas de los pies están escritas nuestras pasadas reencarnaciones. El Cristo nos lava los pies con las aguas seminales. El chacra prostático ejerce control sobre las vesículas seminales; El lavatorio simboliza lavar, desintegrar las maldades y lacras del pasado, con él quedamos limpios y puros.

El lavatorio de pies -Tintoretto
El lavatorio de pies -Tintoretto

En la Última cena, el Señor deja también testimonio de la necesidad de la Gnosis, del conocimiento de sí, para alcanzar la salvación: “si me conocieran, también a mi Padre conocerían; y desde ahora le conocen y le han visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre y nos basta. Jesús le dijo: ¿tanto tiempo hace que estoy con ustedes, y no me han conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Jn. 14:7-9).

“El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni lo conoce; pero ustedes le conocen, porque mora con ustedes está en ustedes”. (Jn. 14:17). “En aquel día ustedes conocerán que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes”. (Jn. 14:20). “Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levántense, vamos de aquí”. (Jn.14:31). “Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste”. (Jn. 17:25).

El papel de los apóstoles

En la cena, el Divino Redentor del mundo, da las últimas instrucciones a sus discípulos. Conforme a los papeles que cada quien debe representar en el Drama Cósmico ordena a Pedro que lo niegue tres veces, antes de que el gallo cante dos veces. “De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces”. (Mr. 14: 30). También en la cena ordena a Judas que vaya a ultimar detalles para entregarlo. Acción que ocurrirá posteriormente en el huerto de Getsemaní. “Entonces Jesús le dijo: lo que vas a hacer, hazlo más pronto”. La Divina Gnosis de todos los tiempos, enseña que Judas Iscariote no fue un traidor, sino que simplemente cumplió órdenes precisas de su Maestro.

Ya en el Monte de los Olivos, el divino redentor del mundo nos lega su maravillosa oración para aprender a aceptar lo inevitable: “Padre mío, si es posible pasa de mi este cáliz, mas no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

Jesús ora en el monte
Jesús ora en el monte

Después de este pasaje, viene una nueva enseñanza relacionada con el despertar, al encontrar a sus discípulos con la conciencia dormida. “Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Velen y oren, para que no entren en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue y oró, diciendo las mismas cosas. Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían que responder”.

Es claro que aquellos que pertenecen a los tipos 1, 2 y 3 de cristianos, creen que los discípulos se acostaron a dormir, buscaron quizá un leño, una roca para reposar sus cabezas. Pero no: estaban con el cuerpo físico despierto, quizá charlando, pero con la conciencia dormida, como todos los habitantes del reino en el cuento de la Bella Durmiente del Bosque. Y Jesús, un hombre despierto, ve, como el príncipe del cuento que todos están durmiendo.

Los ojos cargados de sueño, se observan en los dormidos, cuya mirada parece la de autómatas, de zombis; cuya mente está en cualquier lugar, menos dentro del cuerpo de los dormidos, quienes se encuentran mentalmente en el pasado o en el futuro, menos en el presente. Comparen la mirada de cualquier adulto, con la mirada de un niño de menos de dos años, con la mirada de un animal al acecho: un perro o un gato por ejemplo. Y comprenderá el profundo significado de los ojos cargados de sueño.

Cristo en el monte de los olivos -Mantegna
Cristo en el monte de los olivos -Mantegna

El arresto de Jesús

“Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos”. (Mrc. 14:43). Al momento de la captura del Señor, intervienen sacerdotes, escribas y ancianos.

El esoterismo gnóstico explica que los sacerdotes de las religiones de los hombres número 1, 2 y 3 no creen en el Cristo íntimo, no le comprenden, ni lo aceptan. Por lo tanto lo rechazan y condenan. Los escribas, son los bribones del intelecto, que no llevan a la práctica sus teorías y por lo tanto no comprenden y no son capaces de encontrar la verdad que los haría libres. Los ancianos, la gente con experiencia, tampoco es capaz de comprender el mensaje revolucionario del Cristo íntimo y no están dispuestos a sacudirse de sus viejas creencias y de sus prejuicios.

El beso de Judas -Luca Giordano
El beso de Judas -Luca Giordano

Cerramos esta entrada comentando un pasaje singular que se narra en el Evangelio de Juan. Ahí se narra que al momento de preguntar por él para prenderle, en Jesús se manifestó su Real Ser Interior Profundo, muy grande, poderoso e incomprensible para sus captores. “Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron en tierra”.

Siete tipos de cristianos

Introducción

Al conversar con diferentes personas creyentes de una o de otra forma religiosa del Cristianismo, el observador imparcial, descubre que sus concepciones religiosas son distintas, incluso entre miembros de una misma religión. Estas formas diferentes de concebir la propia religión, resultan difíciles de explicar por los medios usuales.

La Psicología Gnóstica explica que hay una tipología esotérica para clasificar, de acuerdo a su desarrollo espiritual, conforme al desarrollo del Ser a todos los seres humanos. Según esta tipología, toda la humanidad puede clasificarse en siete categorías. Los primeros tres tipos de seres humanos, integran a lo que en los estudios gnósticos, se denomina como: la humanidad mecánica. Son personas en las que predomina el trabajo de una de los tres cerebros: intelectual, emocional o instintivo motor.

El cuarto tipo de persona corresponde al ser humano equilibrado, aquel en el que ya no prevalece el trabajo de una de las funciones psicofisiológicas. Es el hombre despierto y en el que los diferentes centros de la máquina humana, funcionan en forma armoniosa.

Los tipos superiores de persona, son seres humanos con alto desarrollo espiritual. No nacen, se hacen. Surgen de profundas revoluciones íntimas, de enormes super esfuerzos intencionales y padecimientos voluntarios.

Profundizando aún más lo que estamos explicando en relación con las diferentes formas de concebir la religión, algunas personas tienen una percepción muy elemental o primitiva de la religiosidad, mientras otras tienen concepciones más desarrolladas. Y estas diferencias, se explican en la tipología esotérica ya descrita.

En este sentido, Piotr Demiánovich Ouspenski, explica en su obra: “El cuatro camino”, lo siguiente: “de inmediato verán que si hay siete categorías del hombre, debe haber, correspondientemente, siete categorías de todo lo que pertenece al hombre. No sabemos acerca del hombre No. 5, No. 6 y No. 7, pero sabemos la diferencia entre el hombre No. 1, No. 2 y No. 3, y de ese modo podemos entender fácilmente que la religión del hombre No. 1, como quiera se llame, será una religión primitiva, simplificada en todo sentido. La religión del hombre No. 2 será sentimental, emocional, llena de ilusiones e imaginación. Y la religión del hombre No. 3 estará compuesta de teorías, palabras y definiciones para todo. Estas son las únicas clases de religiones que conocemos, aunque si existen hombres de niveles superiores, deberá haber también una religión del hombre No. 5, una religión del hombre No. 6 y una religión del hombre No. 7.

En forma similar, el Kalki Avatar de la Era de Acuario, Samael Aun weor, en el Supremo Gran Manifiesto Universal del Movimiento Gnóstico, 1964, explica también las características de los siete tipos de cristianos. Afirma el V.M. que el hombre instintivo y brutal se contenta con ver las ceremonias religiosas pero sin entenderlas en lo más mínimo. El emotivo y sentimental tan pronto está llorando ante los santos de su devoción, como tan pronto levanta hogueras inquisitoriales para los que ellos califican de herejes.

El intelectual quiere interpretar las sagradas escrituras solo desde el punto de vista intelectual, sin intelección iluminada, ni mucho menos intuición. En cambio, el inquieto buscador, es el que comienza a buscar más a fondo la verdad.

Más allá de este tipo de cristianos, están los auténticos cristianos, con muy graves errores pero cristiano. Los cristianos perfectos y los cristianos absolutamente perfectos.

Un serio estudio del tema, fue desarrollado por Franklin Ugas (FUGAS), de Venezuela y que consideramos oportuno transcribirlo a continuación a nuestros lectores, ya que es difícil encontrarlo en la red.

Los siete tipos de cristianos

Según la historia han transcurrido 2011 años desde el acontecimiento de las calles de Jerusalén y el Gólgota, y aún no hemos comprendido qué significa ser un verdadero cristiano.

Ante todo es necesario entender que cristiano no es un hombre que se dice “cristiano”, o que otros llaman “cristiano”. Cristiano es un individuo que vive de acuerdo a los preceptos del Cristo Cósmico. Tal como internamente somos, dominados como estamos por el “Yo” de la Psicología Experimental, resulta algo más que imposible hacer carne, sangre y vida la doctrina científico-religiosa que fuera divulgada por Jeshuá Ben Pandirá en las calzadas de Jerusalén o por nuestro señor Quetzalcoatl entre los nahuas del México antiguo, o por el bendito señor Krishna, el Cristo hindú.

Podemos decir, sin temor a caer en exageraciones, que tenemos un 97% de anti-cristianos y
apenas un 3%, o menos de cristianos
. Esto significa que el Anticristo vive en el fondo de cada uno de nosotros y que se expresa en forma múltiple. Muchos sin embargo suponen que el Anticristo es un personaje extraño, nacido en tal o cual lugar de la Tierra o venido de este o aquel país. Quienes así piensan están completamente equivocados, porque el Anticristo no es un sujeto definido sino todos los sujetos o personas. Secuencialmente, el Anticristo (el “inicuo” del que nos hablara Pablo de Tarso) es un crudo realismo de los tiempos azarosos en que vivimos.

Por ejemplo, Jesús dijo: “Amad a vuestros enemigos”, pero ¿cómo amar a nuestros enemigos si ni siquiera sabemos amar a nuestros amigos? La auto-suficiencia del Anticristo que en nuestro interior cargamos, así como su orgullo, su soberbia y su amor propio, impiden la manifestación de eso que se llama “amor”, base fundamental del auténtico y legítimo Cristianismo.

Realmente ser cristiano es algo muy difícil. Ser cristiano significa tener el ser de un cristiano, es decir, tener alma y espíritu, poseer el Real Ser Interior Profundo. Sólo quien tiene al Real Ser encarnado, puede realmente vivir conforme los preceptos del Cristo Cósmico.

El Anticristo no puede vivir jamás de acuerdo con tales preceptos, el yo es el yo y eso es todo.

Dado que en el esoterismo se estudian siete clases de hombres, sobre esa base septenaria de la humanidad podemos clasificar siete escalas del Cristianismo:

1ª escala: La del hombre instintivo y brutal (superficial, externo). Este se contenta con ver las ceremonias religiosas pero sin entenderlas en lo más mínimo.

2ª. La del emotivo y sentimental. Estos tan pronto están llorando ante los santos de su devoción, como tan pronto levantan hogueras inquisitoriales para los que ellos califican de herejes; las guerras religiosas son siempre provocadas por esta clase de hombres.

3ª. La del intelectual. Estos como religiosos quieren interpretar las Sagradas Escrituras sólo desde el punto de vista intelectual, sin intelección iluminada, ni mucho menos intuición. Abundan mucho entre protestantes, adventistas, anglicanos, testigos de Jehová, católicos, etc.

4ª. La del inquieto buscador. Esta clase la encontramos entre las escuelas teosofistas, rosacrucistas, yoguismo, etc. Son los que comienzan a buscar más a fondo la verdad.

5ª. La del que ya fabricó alma y espíritu, este ya es un cristiano, con muy graves errores pero cristiano.

6ª: Los cristianos perfectos. Hombres auto-realizados que sufren mucho para eliminar los residuos del Ego o yo pluralizado.
7ª: Cristianos absolutamente perfectos. Cristianos sin residuos del yo. Grandes maestros totalmente auto-realizados.

Afortunadamente, aunque el programa que nos ha introducido en nuestra mente el Anticristo se resista con estas declaraciones gnósticas, la vida universal no es como él la plantea. Existe otra ciencia, otra sabiduría que desde tiempos inmemoriales está plasmada en los símbolos, en los textos sagrados, en las tradiciones más antiguas, etc., etc., y que ahora el Gnosticismo contemporáneo y su Avatara Samael Aun Weor, ponen al alcance de todos aquéllos que quieran convertirse en verdaderos Cristianos.

(Franklin Ugas –FUGAS- /Venezuela)