La ley del Karma

Karma es una palabra oriental que significa: Acción y consecuencia. De acuerdo con la Ley de los opuestos, se relaciona entonces con: causa y efecto y también con la Tercera Ley de Newton o Tercera Ley de la Mecánica Clásica: La ley de Acción y de Reacción.
El Karma es una ley, es la ley de acción y de reacción, pero aplicable únicamente a los actos humanos, tanto a los actos de la máquina humana, como a los actos de seres humanos auténticos, tanto de actos individuales, como familiares, colectivos, comunales, nacionales y hasta de la humanidad en general.

En la vida diaria, es usual encontrar reminiscencias o aproximaciones a la Ley del Karma en expresiones de la sabiduría popular, en la literatura, la filosofía y en la religión. Frases como las siguientes se refieren al Karma:

El que la hace, la paga.
El que tenga techo de cristal, que no tire piedras
Si siembras vientos, cosecharás tempestades,
Si sembré rosales, cosecharé siempre rosas.
El que a hierro mata, a hierro muere.
No hagas eso. Te va a castigar Dios
Ojo por ojo, diente por diente.
Con la misma vara que midas, serás medido.
En la economía del Universo, nada se pierde
El que tiene, recibe, y mientras más dé, más recibe: esa es la Ley.

Muchas personas creen en la ley de la compensación y los filósofos de diferentes escuelas estudian la Ley de causa y efecto. En el Kybalion se afirma que la ley de Causa y Efecto, es uno de los Siete principios herméticos. Afirma que: “nada ocurre casualmente y que todo sucede conforme a la Ley”.

Así como los místicos, los esoteristas y hermetistas, reconocen el principio de causalidad de los fenómenos, resulta maravilloso que por el otro lado de las corrientes filosóficas, también se acepta como irrefutable este principio en la lógica dialéctica y hasta en el materialismo.

La divina Gnosis enseña que la ley de compensación del ciudadano común, El principio de causa y efecto de la filosofía, la ley de acción y de reacción de la Física, vinculada a los actos humanos, se denomina: Karma. Pero el karma no se aplica necesariamente de manera inmediata, ni siquiera en la misma vida. La ley del Karma opera con el tiempo y se relaciona con la ley del Eterno retorno.

De acuerdo con los estudios gnósticos, todo vuelve, todo retorna. Si por ejemplo, hoy es un día martes, conforme a la ley del Eterno retorno, dentro de pocos días volverá el día martes. Si por ejemplo, está corriendo el mes de marzo, con el transcurrir de los meses volverá el mes de marzo. Todo se repite: se repiten las estaciones, se repiten las noches y los días, las fases de la Luna y también se repiten los acontecimientos de nuestra vida: nuestros errores, se viven repitiendo incesantemente., más las consecuencias de nuestros actos. La ley del Eterno retorno en los actos humanos, arrastra consecuencias. Estas consecuencias originan recurrencias. El Karma opera a través de la ley del eterno retorno y la ley de Recurrencia.

En Eclesiastés, se lee: Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve al viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron ; allí vuelven para correr de nuevo. (Ec. 1:4-7).

Más adelante se lee: ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol (EC 1::9).

Los acontecimientos de vidas pasadas, volverán a ocurrir con sus consecuencias y con ellos cobraremos o pagaremos Karma. Por los errores cometidos, se paga Karma. El Karma es la consecuencia de las malas acciones. El mal que se recibe, forma parte de las deudas kármicas. Por eso la antigua forma de la oración del Padre Nuestro decía: “Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”.

En momentos de duda, el Karma explica la justicia divina. La comprensión de esta ley divina, explica las aparentes injusticias divinas, así por ejemplo, porqué unas personas nacen rodeados de muchos bienes y otros en medio de la pobreza, la extrema pobreza o la miseria.

El Karma, no es una ley mecánica. Los antiguos egipcios rendían culto al dios Anubis, el chacal de chacales, el Sumo sacerdote de la Ley del Karma. Los egipcios representaban al chacal Anubis con una balanza y en las catedrales góticas de Europa se representa al Arcángel Miguel, también con una balanza en sus manos.

La filosofía hermética enseña que existe un antiguo aforismo, íntimamente relacionado con el principio de correspondencia: “tal como es arriba, es abajo”. Así como aquí en la Tierra, las deudas se pagan y si no se pagan sobrevienen consecuencias perjudiciales, así ocurre con la ley del Karma. Así como en la Tierra hay jueces que juzgan nuestras deudas, así en el terreno del Karma, intervienen los jueces de la Ley Divina.

El Kalki Avatar de la Era de Acuario, Samael Aun Weor, explica que junto al Sumo sacerdote Anubis, actúan seres sublimes denominados arcontes del destino.

Explica además, el Budha Maitreya, en su obra “El Misterio del Aureo Florecer lo siguiente:
No solamente se paga Karma por el mal que se hace, sino por el bien que se deja de hacer pudiéndose hacer». Cada mala acción es una letra que firmamos para pagar en la vida subsiguiente. La Ley de Acción y Consecuencia gobierna el curso de nuestras variadas existencias y cada vida es el resultado de la anterior...
Comprender íntegramente las bases y «modus operandi» de la Ley del Karma es indispensable para orientar el navío de nuestra vida en forma positiva y edificante.
«Cuando una ley inferior es transcendida por una ley superior, la ley superior lava a la ley inferior».
«Al León de la Ley se combate con la Balanza».
«Quien tiene capital con qué pagar, paga y sale bien en los negocios»;
«Quien no tiene con qué pagar,
debe pagar con dolor…»
«Haz buenas obras para que pagues tus deudas…»

Es posible conseguir créditos con los Maestros del Karma y esto es algo que muchos ignoran. Empero, es urgente saber que todo crédito se debe cancelar con buenas obras o con supremo dolor
Negociar con los Señores de la Ley es posible a través de la Meditación: orad, meditad y concentraos en Anubis, el Regente más exaltado de la Buena Ley. «Para el indigno todas las puertas están cerradas, menos una: la del arrepentimiento»… «Pedid y se os dará, golpead y se os abrirá».
Para entender los mecanismos del Karma, para comprender el funcionamiento de la ley del Karma, es conveniente acudir constantemente a la ley de correspondencias, al aforismo hermético ya indicado. “Tal como es arriba, es abajo”.
Es importante reflexionar en la existencia y funcionamiento de instituciones, leyes y actividades de la vida diaria, como: bancos, préstamos, deudas, jueces, abogados, intereses; para formarse una idea clara de cómo opera el karma.
A este respecto, el Presidente fundador de las instituciones gnósticas, explica en su libro Curso Zodiacal, lo siguiente:
Cuando tenemos capital acumulado en el banco cósmico, pagamos nuestras deudas y nos evitamos dolor. Aquellos que diariamente vivan haciendo nuevos ingresos al Banco cósmico, siempre tendrán con qué pagar sus deudas viejas. En esto de pagar deudas hay que tener en cuenta la ley de las analogías y de las correspondencias. Las analogías kármicas se combaten con las analogías dármicas Karma y Darma: estas dos palabras orientales, significan castigo y premio. En forma más filosófica, diríamos mala acción y mala consecuencia, y buena acción y buena consecuencia, y modificándose las causas se modifican los efectos, pues los efectos no son sino las causas reproducidas en otra forma.
Os van a hacer prisionero?. Dad libertad a otro. Os van a desencarnar un hijo?. Sanad al prójimo. Estáis en la miseria?. Dad lo que os quede al hambriento y sacrificad todos vuestros esfuerzos en favor de los demás. Rogad en oración a los señores del Karma y seréis escuchados
No olvides, discípulo amado, que la justicia es la suprema piedad y la suprema impiedad de la Ley. Pero aquellos que sólo hacen las obras del mal, serán víctimas de sus propias obras.
Por qué sufren las gentes?. Por qué blasfeman contra Dios?. Dios no es culpable de los sufrimientos humanos; nosotros mismos somos los creadores de nuestro destino
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Finalmente, es conveniente comprender que quien paga el Karma es la Esencia maravilosa y es necesario aprender a distinguir entre lo que es karma y lo que no es Karma. Ciertas enfermedades, como el Cáncer o la pulmonía, son el resultado del Karma, pero otras enfermedades, serán producto de las condiciones anormales de vida, de una inadecuada transformación de impresiones, de la expresión de emociones negativas o del yo de la Psicología Gnóstica, como el estrés y la depresión.

Un comentario en “La ley del Karma”

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