El esotérico pez en las aguas de la vida

El Pez es el soma de los misterios de Isis, María o Marah, de Stella Maris (la Estrella del Mar). Ella es el Vientre-Madre, la Noche-Madre, La iniciática Oscuridad sin límites del Espacio Abstracto Absoluto, donde las ondinas guardan el oro del Rhin o fuego del pensamiento divino y genesíaco. Ella representa a las aguas de la vida, al Caos espermático del primer instante, arriba y abajo.

Recordemos que el Pez nace y muere en las aguas de la vida. Recordemos al pez Dari de los Caldeos, que representa al HIJO DEL HOMBRE, saliendo de entre las aguas de la vida. Sin las aguas de la vida no es posible la regeneración y el Hijo del Hombre sale de las aguas de la vida.

Con respecto a los hombres-peces nos dice el Maestro Samael Aun Weor, en su obra «Mirando al Misterio»: «Yo siempre presentía que existían en el fondo de los océanos, hombres peces, criaturas inteligentes y hasta me parece que esto está relacionado en alguna forma con el famoso PEZ OANES de los caldeos.

No quiero quitarle al tal pez otras alegorías más profundas; sólo quiero enfatizar la idea de que tal símbolo se corresponde también con el misterio profundo de los hombres peces». Tiphon en el viejo Egipto de los faraones, despedazando el cuerpo de Osiris, tenía la Forma de un pez La forma del viejo ataúd de Osiris, trae a la memoria (por su semejanza y significado Iniciático) a otro “Pez”, representado magníficamente en el alfabeto semita con la letra samek, que ocupa el 15º lugar kabalístico, lo que indudablemente simboliza, en principio, a la famosa constelación de la Ballena, bajo cuya regencia debemos realizar todos los trabajos en la novena esfera.

Esa constelación esta relacionada con el acontecimiento de Jonás y tiene que ver con las medidas del ataúd de Osiris (que tiene la forma de un Pez) porque para ello tuvo Osiris que bajar al negro y horroroso precipicio, tuvo que pasar tres períodos. En el cuento infantil de Pinocho, también, el niño de madera, es tragado por la ballena y tiene que ser rescatado por su “padre” Gepetto.

Recordemos ahora que en Babilonia se adoraba a EA, una deidad mitad hombre, mitad pez, y a la que a veces se le representaba con un hombrecillo en una mano y una escuadra en la otra. El historiador Berosio lo Llama Ioannes (I.E.O.U.A. N.) y que para algunos es el mismo Jonás de la Biblia.

Si observamos el signo de PISCIS, vemos dos peces que simbolizan, en principio, la dualidad, la lucha entre las ideologías contrarias: el Espiritualismo y el Materialismo, tesis y antítesis, etc.

Por otra parte, los dos peces enlazados o unidos por un cordel, señalan a las dos almas (la Divina y la Humana), sumergidas entre las aguas profundas de la Noche-Madre, en maridaje eterno, hermanadas por ese cordel que es el Íntimo o Atman. Ellas trabajan bajo la dirección de Atman con el mercurio de los filósofos para separar las aguas de las aguas.

Nada podrían hacer Isis y Osiris sin el mercurio sexual; los dos peces eternos, se aman, se adoran y viven siempre creando y volviendo nuevamente a crear. El Gnosticismo Cristiano de los primeros tiempos fue simbolizado por el Pez. Lástima que millares de estudiantes de Ocultismo hayan olvidado la Gnosis del Pescado. La Edad de Piscis no ha debido ser un fracaso como realmente fue. La causa causorum del fracaso pisciano se debió a elementos tenebrosos que traicionaron a la Gnosis y predicaron ciertas doctrinas anti-Gnósticas o Agnósticas, subestimando al Pez, desechando la RELIGION-SABIDURIA y sumiendo a la humanidad en el Materialismo

La reacción contra el Gnosticismo fue el Materialismo repugnante sin Dios y sin Ley. Este fue el crimen más grave de la Edad de Piscis Jesús, el Cristo y sus 12 “pescadores”, Iniciaron una edad que bien habría podido ser de grandes esplendores; indicaron el camino preciso en la Edad de Piscis: El Gnosticismo, la sabiduría del pescado.

El Pez símbolo de la Era de Piscis se dice en griego «ICHTHYS» (Ijzýs). Puestas en vertical, estas letras forman un acróstico: «Iesús Christós Theos Yiós Sotér» («Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador»). El ancla o los panes que lo acompañan son símbolos de la salvación y del mercurio alquimista respectivamente. Es evidente la relación del Pez con el agua del Bautismo y la regeneración espiritual y es el «Alimento Supersubtancial» que se materializa multiplicado junto con el Pan.

Por: César Owen / España

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